Lago di Garda, un lago de cuento

En Italia se quedó un trocito de mí, y no sólo por pasar un año de mi vida en la ciudad que se convirtió en mi segunda casa, sino también porque cada lugar visitado, cada rincón descubierto, cada camino ha conseguido que me enamorase un poquito más de este país. Tanto es así que estoy emocionadísima por volver a vivir allí en septiembre (no sé si os lo había dicho ya, pero… ¡sorpresaaaa!).

Hoy, en mi guía turística vengo a hablaros sobre el Lago di Garda, más concretamente, de Peschierda del Garda. Para empezar el Lago di Garda es un lago que se encuentra en la parte norte central y es el mayor lago de Italia. Es por ello por lo que se divide en diferentes zonas, todas ellas muy turísticas. Peschiera del Garda se encuentra en la parte del lago situada más cerca de Verona, es decir, en la parte sur del lago. De hecho, para llegar hasta allí desde Padova, yo cogí un tren que costaba 8,55 euros y en una hora y media estaba en uno de los entornos naturales más bonitos que he visitado. Sinceramente, la mayoría de viajes (como ya os he dicho muchas veces) los he hecho en tren. Y es que en Italia, comparado con España, resulta muchísimo más práctico moverse con este medio de transporte. Trenitalia 4ever.

Peschiera del Garda es una localidad más bien turística ya que si os interesa conocer las diferentes partes de las que se componen el lago, podéis moveros a éstas en autobús y no cuesta más de 5 euros. En ésta, uno de los parques temáticos más conocidos de Italia: Gardaland. Yo, personalmente, no he tenido la oportunidad de ir pero es como Isla Mágica o PortAventura. Durante las efemérides como Navidad o Halloween, el parque se transforma totalmente en un ambiente festivo. Y en verano, también cuentan con un parque acuático con lo cual es muy efectivo y necesario porque en Padova en los meses de verano se muere de calor, y mucho.

Además de este parque, la zona cuenta con una fortaleza considerada Patrimonio de la UNESCO. No es de gran dimensión pero cuenta con una zona natural muy cuidada con árboles y tipos de flora.

Por otro lado, tiene un pequeño canal que atraviesa la zona dividiéndola en dos partes así como un puerto donde paran barcos pesqueros. También paseando por este pequeño “paseo marítimo” podéis encontrar en el aula patos y, sobre todo, cisnes. No es que nunca haya visto uno pero fue una sensación muy especial ver uno de cerca.

Por último, su pequeño centro histórico es muy particular. Casa de colores, calles muy estrechas, propias del norte de Italia. Y, junto al centro histórico, hay un gran parque natural que parece sacado de un cuento de hadas. A mí personalmente este viaje me sirvió para tomarme un gran respiro, ya que allí estás en constante contacto con la naturaleza. Y, a veces, es muy necesario.

En el próximo post, prometo contaros el lugar que más me gustó del Lago di Garda. De hecho, llegamos hasta allí cogiendo un autobús desde Peschiera del Garda porque, como ya os he comentado, es muy fácil moverse rodeando el lago y hay transportes públicos como el bus para ello.

¡Hasta la próxima aventura!

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