¡sur de la isla conquistado!

Día tres en el  sur de Islandia:

Como ya os dije en el post anterior continuamos nuestro viaje desde el pueblo de Vík puesto que nos hospedamos allí y pusimos dirección a la Jokulsaron hasta donde hay unos 200km.

Os dejo aquí el link del post de la experiencia en el hotel por si lo queréis mirar detenidamente.

Sinceramente, no os puedo decir todas las paradas que hicimos de camino puesto que vais a ir viendo un montón de carteles y se pueden parar en muchos sitios os contare más profundamente de la ruta establecida (os recomiendo compraros una guía porque sinceramente viene todo super bien explicado y vas viendo un poco de la historia por el camino ya que de esas cosas no te enteras al no ir en tour.)

Una cosa muy curiosa de esta zona es que vais a ver toda la carretera negra, pero de repente todo alrededor en verde y como con montículos (os pondré una foto de esto en el siguiente post de otra zona). Son erupciones de lava de hace muchísimos años que al solidificarse dejan esa curiosa forma del suelo. Si ahora piensas que en el fondo ves miles de lenguas de hielo… el contraste es absolutamente alucinante.

Primera parada: Fjallsarlon

Como ya os he dicho anteriormente pasamos por muchos más lugares eso ya queda en vuestra elección el tiempo que tengáis…etc.

Nosotras no nos acercamos mucho, la vimos desde lejos por tema de tiempo, pero creo que es algo imprescindible de ver, tenéis muchísimas lenguas de hielo por el camino, pero esta es especialmente bonita.

Segunda parada: Glaciar Laggon, Playa de los diamantes y Jokulsaron.

Creo que es otra de las cosas que más me impresiono de este país y la parada que me hizo plantearme otro viaje por el norte del país. Es simplemente alucinante y he de decir que todas las paradas en estos lugares son gratuitas.

Glaciar Laggon fue nuestro primer contacto con la zona ya que luego teníamos que cruzar el puente. Ver los bloques de hielo moverse por el rio nos parecía alucinante pero sinceramente no perdáis más de 5 minutos en verlo porque lo mejor está al otro lado del puente.

Diamond beach hace honor a su nombre. Cuando llegas ver la “arena” o tierra de la playa negra y al ver el contraste con los hielos al fondo es un espectáculo para los ojos, realmente parecen diamantes.

Es alucinante quedarse un rato allí, ver como se mueven los bloques de hielo grandes que aún se desplazan por el agua y observar como los bloques de hielo van de mayor a menor tamaño en la orilla.

Es un sitio precioso para ver un atardecer y para sacarse un montón de fotos. Lo que si que recuerdo es que hacía bastante frio, jugar con el hielo tiene su gracia, pero tener cuidado donde os subís si no vais con el material apropiado para ello.

Dicen que lo mejor viene al final y en esta parada fue así de peor a mejor. Jokulsaron para mí fue la mejor parada de las tres. Podéis dar un paseo por la costa mientras observáis las formas del hielo, sacar fotos preciosas. Tenéis una especia de tienda bar con servicios donde podéis comprar algún recuerdo o cualquier cosa que necesitéis.

Además, vais a ver un coche enorme (muy característico de este país ya que les usan para los glaciares) donde podéis contratar una excursión por dentro de alguna cueva de hielo.

Nosotras por cuestión de tiempo (teníamos que volver a Reikiavik ese día en coche) no nos lo podíamos permitir ya que duran entre 2 y 3 horas, pero es algo que tengo en mente hacer en mi viaje por el norte, promete y mucho.

Aquí os dejo el link directo con el que podéis contratar la visita a la cueva de hielo en Jokulsaron pero tienen un montón de actividades más que os pueden interesar o podéis añadir a vuestra ruta.

Tercera parada: Svínafellsjökull

Decidimos dejar lugares para visitar a la vuelta ya que volvíamos a recorrer el mismo camino. Parada para mi más que obligatoria. Es digno de ver, nuestra opción fue hacernos unos bocadillos y comer sentadas en el suelo contemplando las vistas. Claro está que todo depende del tiempo. Aquí abajo os dejo una foto para que entendáis mejor a lo que me refiero.

Cuarta parda: Svartifoss

Es la cascada en la que se supone que está inspirada la catedral de Reikiavik debido a la forma de sus rocas. Hay que subir una pequeña montaña y luego bajarla para llegar a la cascada, no recuerdo cuantos kilómetros eran, pero sinceramente recomiendo tiempo para disfrutar de estas zonas (porque hay varias cosas que ver y creo que merecen la pena, pero hay que invertir tiempo).

Nosotras nos llegamos a bajar hasta la cascada asique igual no podéis apreciar bien la formación de las piedras de la cascada asique buscarla en internet porque de verdad que merece la pena verlo.

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