Dobruška

Después de tanto tiempo, por fin he vuelto a casa, a Hradec Králové. No sé por qué, pero desde que estoy en la República Checa, aprecio más estar en casa. Ya he disfrutado de la independencia en Praga y en Francia, ahora quiero disfrutar de mi familia. Me siento genial en mi antigua habitación, tan cómoda y con tantos recuerdos. Me he dado cuenta de que es más que una habitación. Puedo estudiar, relajarme, es un lugar en el que quedarme después tanto viajar y cambiar de lugar. De hecho, desde que volví apenas he estado en Hradec porque he encontrado dos trabajos en Praga, pero cuando puedo intento venir a pasar tiempo con mi familia. Además, puedo ver otra vez a mis amigos del instituto y compartir recuerdos. Estoy muy contenta de poder estar con mi madre y mi hermana. Por eso creo que debería disfrutarlas todo lo que pueda porque pronto me volveré a ir.

Por ese motivo, hoy quisimos ir de excursión. Por la mañana, mi madre se fue a trabajar y yo me quedé con mi hermana. Decidimos tomar un desayuno de frutas, así que batimos manzanas y nectarinas y nos lo bebimos. Tenía que trabajar en mi trabajo final porque ya me habían mandado la versión corregida con las direcciones de correo electrónico que necesitaba. Escribí una carta de presentación y lo envié todo. Cuando llegó mi madre le prometí que haría yo la comida. Había comprado tortillas, por lo que decidí hacer algo sencillo: tortillas rellenas de verduras, pollo y salsa de ajo. Estaba muy bueno. Mi madre quería calentar la tortilla y le dije que podía hacer quesadillas (como trabajo en un restaurante mexicano, es lo que como allí). Hice la tortilla en la sartén y le puse queso y pollo. A mi madre le gustó mucho.

La idea era ir de excursión después de comer, pero hacía demasiado buen tiempo como para no estar en la piscina. Inmediatamente saltamos al agua y estuvimos allí una hora y media. Como ya os he dicho, a mi hermana le encanta el agua. Quería jugar conmigo y yo no paraba de lanzarla al agua. Me puse en mi tumbona verde porque me encanta tumbarme y sentir el sol. Es perfecto porque no tienes calor gracias al agua y a la vez el sol te calienta. Nos lo pasamos muy bien, hasta que mi hermana se dio en la cabeza y fue un buen momento para salir de la piscina e irnos.

Hace un mes que volví de Francia y aún no he podido ver a mis abuelos. Por eso fuimos de excursión a Dobruška. Primero fuimos al parque infantil para contentar a mi hermana. Tenía mucha energía e iba de una atracción a otra. Al final no tuve más remedio que unirme.

Después, mi madre tuvo la maravillosa idea de ir a nuestro restaurante favorito de Dobruška. Tenemos muy buenos recuerdos de ese sitio. Cuando era pequeña y vivía en Nové Město nad Metují, solíamos ir en bici de una ciudad a otra. Hay un camino que son aproximadamente 10 kilómetros. La gracia es que si lo consigues te llevas una recompensa: pan frito (topinka) en el restaurante. Y el camino no era nada fácil. Había un montón de colinas y cuestas, por lo que la comida era una buena motivación. Si dijo pan frito no suena muy apetitoso, pero este está riquísimo porque por encima lleva jamón y queso. Por eso, cuando pensé en probarlo otra vez, me apunté. Fue una sorpresa que la comida estuviera igual que hacía años. Aunque era bastante caro, teniendo en cuenta de que solo era un entrante y que Dobruška es una ciudad muy pequeña.

De hecho, Dobruška no me gusta nada. No hay nada que hacer allí. Solo hay una plaza, las calles son muy tranquilas y luego está el médico, la tienda y el restaurante. Lo único que hay además de eso es una piscina pública. Es a la que fuimos con mi padre hace dos semanas. La piscina está bien porque es grande y no hay mucha gente. El agua está fría, pero aún así me lo paso bien. Si comparo Dobruška con Nové Město nad Metují, el segundo es mucho mejor. La plaza es más grande, hay un castillo precioso y algunos parques. Pero igual es cosa mía porque pasé allí toda mi infancia.

Por fin, fuimos a ver a mis abuelos. ¡No los veía desde Navidad! Qué fuerte. ¡Estuvimos hablando de mil cosas! ¡Me encantaba tener tanto que contar! Primero, les hablé de toda la gente que había conocido en Francia, los sitios que había visitado y todo lo que había vivido. Después, presumí un poco de haber aprobado todos los exámenes, haber acabado el trabajo final y haber aprendido idiomas. Por último, les conté mis planes de futuro. Era genial, pero ellos tenían muchos problemas de salud y otras cosas que contar. Por ejemplo, acababan de vender su casita de campo favorita. ¡Me encantó verlos y me gustaría ir otra vez antes de empezar el semestre!

¡Mañana voy a hacer ejercicio con mi madre! También queremos reorganizar la cocina y he quedado con unos amigos en Praga.

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