Barbacoa y sesión de fotos

Sesión de fotos

Un día, mi madre decidió que iba a ser fotógrafa profesional. La razón principal probablemente fue que no tenía trabajo y que quería cambiar su vida. A ella siempre le han gustado las actividades creativas como el dibujo, el diseño gráfico, etc., por lo que tampoco me sorprendió mucho. La cosa es que empezar como fotógrafa no es tan sencillo. Primero, fue a un curso de fotografía en Praga una vez a la semana durante dos meses y al acabarlo, le dieron un diploma. Pero como no era suficiente también se apuntó a un curso de maquillaje y a otro de peluquería. Después, obviamente necesitaba herramientas para empezar su negocio, así que pintó el sótano que hay junto al garaje y lo redecoró. Ahora tenemos un estudio de fotografía precioso en casa. También tuvo que invertir en una buena cámara y en focos. Estoy muy orgullosa de ella porque le encanta y no es un negocio fácil.

Sin embargo, antes de empezar de forma profesional, debía tener muchas fotos para enseñarlas a los clientes potenciales. Por este motivo, acordamos un día para peinarme, maquillarme y hacerme fotos. Primero me maquilló, hasta tenía brochas especiales para todo. Me puso otro tono de maquillaje bajo los ojos y selló la primera capa con polvos faciales. Le había dicho que quería los ojos negros porque no sabía qué me iba a poner para las fotos y me hizo una cosa que se llama «smokey eyes». Tenía muchos delineadores distintos y máscara de pestañas. Para los labios, elegí el color rojo. Cuando terminamos, ambas estábamos cansadas. Me gustaba mucho cómo quedaba, pero era demasiado para llevarlo todos los días. Para el pelo usó otra cosa especial: unas tenacillas para rizarlo. Ya las habíamos probado y eran perfectas. El pelo se rizaba muy rápido y quedaba todo igualado. Aunque es casi imposible usar las tenacillas tú sola, es mejor que alguien te ayude.

Al elegir la ropa para las fotos, me decanté por mi vestido negro largo y una camiseta y una falda que puestas juntas parecían un vestido. La segunda combinación era del estilo de la ópera Carmen y quedaba muy bien con el maquillaje y el peinado que llevaba. Me gustó lo que elegí y ya estaba lista.

Se me olvidaba mencionar que durante este largo proceso, mi madre se las apañó para hacer lo mismo con mi hermana. Imaginad lo feliz que estaba. Le encantaba el maquillaje, el peinado, el vestido y hacerse fotos. Normal en una niña. Llevaba un vestido violeta que tenía una falda enorme y unas cuantas flores en un peinado de estilo nupcial. El color de la sombra de ojos también era violeta. No se veía natural porque solo tiene seis años, pero estaba adorable.

Fuimos en coche a Smiřice para hacer las fotos en un parque. Había un puente antiguo que quedaba muy bien de fondo. La gente nos miraba, pero nos daba igual. El problema era que teníamos hacerme fotos a mí para que mi madre tuviera algo que mostrar a los clientes y eso mi hermana no quería entenderlo. No paraba de «posar» y era difícil hacer una foto en la que no saliera ella. Aunque al final conseguimos hacer un montón y lo pasé muy bien. ¡Aún no he visto todas las fotos, tengo muchas ganas!

Barbacoa

Me encantan los planes improvisados, pero conmigo es difícil hacerlos porque siempre lo tengo todo planeado. Por eso, si alguien me dice de hacer algo en el último momento, estoy casi siempre ocupada. ¡Pero ese día fue diferente! Tenía muchas cosas pensadas para hacer después de las fotos: salir a correr, hacer las maletas para Italia, terminar mi trabajo y limpiar mi habitación. Pero no debían de ser tan importantes porque de camino a casa mi amigo Honza me mandó un mensaje diciendo que podríamos hacer una barbacoa esa noche. Eso no me ayudaba nada. Por un lado, me encantan las barbacoas, especialmente en su casa, y hacía mucho tiempo que no iba. Por otro lado, tenía muchas cosas que hacer. Estuve pensándolo hasta que me di cuenta de que era una oportunidad única porque al día siguiente me iba a Italia, así que acepté. Hice una excepción con mis planes. Pospuse hacer las maletas para la mañana siguiente. Pospuse mi trabajo porque mi coordinador me había escrito diciéndome que me mandaría la versión corregida en unos días. Pospuse la limpieza hasta nuevo aviso y como el sábado corrí 10 km no pasaba nada si me lo saltaba. Además, dicen que el deporte solo es el 30 % a la hora de adelgazar, así que debería centrarme en la comida.

Me puse aún más contenta cuando supe que también iban Tom y Kuba porque son los únicos de Hradec con los que sigo en contacto. Preparar la barbacoa llevó su tiempo. Primero pusimos la carne en aceite y la salpimentamos, cortamos las verduras y calentamos la parrilla. Estaba lloviendo, pero eso no estropeó nada porque la barbacoa estaba bajo techo y comimos dentro. Los chicos estaban especialmente majos ese día.

Me recogieron en mi casa, hicieron la compra y después de la fiesta me llevaron a casa. He de admitir que, quitando los momentos con mi familia, era la primera vez que me sentía tan feliz desde que volví a la República Checa. Me di cuenta de que allí me lo podía pasar tan bien como en Francia. La noche fue genial: comida riquísima, compañía agradable y me reí mucho con ellos. Honza me dejó una guía de Verona y Lago di Garda, que era a donde iba al día siguiente.

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