Una aventura que llega a su fin...
Voy a dedicar este artículo a contaros el final de mi Erasmus en Finlandia y mis sentimientos al respecto. Tras un mes de marzo más o menos guay, y un mes de abril muy intenso debido a los trabajos que tenía hacer para clase, esperaba impaciente el mes de mayo, que estaría dedicado a viajar y disfrutar del final de mi estancia en Helsinki. El tiempo no había sido muy bueno durante el semestre, así que estábamos muy contentos de tener un mes de mayo perfecto, con sol constantemente durante más de tres semanas y, cuando digo que había sol, no me refiero a sol, pero 15 grados de temperatura y viento. No, tuvimos sol y las temperaturas llegaron a los 28 grados algunos días. De hecho, dedicamos bastantes días a tomar el sol en la playa que está justo al lado de nuestra residencia. Dejando a un lado el buen tiempo, los días también empezaban a ser más largos. Llegamos en el mes de enero, cuando anochecía a las 15:30-16:00 h y ahora, casi ni anochece. A medianoche, todavía hay luz solar, como podéis ver en la foto y, sobre las 2 de la mañana, el sol vuelve a aparecer progresivamente. Dado las cortinas tan poco útiles que tenemos en nuestras habitaciones, no es nada fácil dormir en esas condiciones... A todos nos despierta la luz sobre las 4 de la mañana, pero bueno, no nos quejamos porque así podemos disfrutar del día durante más tiempo.
Aparte de mis viajes a Estocolmo y a los países bálticos, seguí explorando los alrededores de Helsinki. En invierno, aquí cierran muchas cosas, pero ya en el mes de mayo, todo está lleno de actividades que hacer. Así que, fui a una isla de la que nunca antes había oído hablar. Una amiga y yo, cogimos un barco que nos llevaba a la isla, antiguamente ocupada por militares. En ese momento, aun se estaba más o menos tranquilo, pero ya se podía apreciar que había empezado la temporada de turismo. También me di cuenta de que había otra amiga un poco más al este de la ciudad, en un rincón excepcional de la ciudad en el que se anda siempre sobre pasarelas de madera. Este lugar era un refugio de pájaros, pero sin prismáticos no pudimos apreciarlos muy bien.
En invierno, no tuve oportunidad de conectar con la naturaleza, debido al trabajo, pero también por el frío. Me dio pena porque esa era la razón principal por la que había elegido ir allí. Afortunadamente, durante este mes, pude disfrutar realmente de la naturaleza. Lo mejor era poder ver la puesta de sol en un ambiente sensacional, compuesto por el lago, el bosque y la playa. Gracias a una amiga que me hizo ese regalo por mi cumpleaños, tuve incluso la suerte de montar en barca en estos fantásticos lugares, a un paso de la ciudad.
Aparte de todos estos buenos momentos, fue necesario empezar a trabajar en mi memoria... Pero bueno, eso es otra historia.
Al mismo tiempo que disfrutaba de lleno de esos últimos momentos, empecé a sentir unas ganas enormes de volver a casa. Tenía la sensación de que mi tiempo allí había terminado y ya empezaba a contar los días. Pero no había tenido en cuenta el hecho de que, en un momento determinado, durante esa última semana, me puse a pensar en todo lo que dejaba allí. Empecé a darme cuenta de que estaba realmente bien en Helsinki. Tenía una especie de sensación de libertad inexplicable; una libertad que creía que desaparecería al volver a casa. Además, la vida que habíamos creado allí, todos juntos, sabíamos que no la volveríamos a revivir, y eso nos asustaba un poco. Y también, estaban las despedidas. Uno por uno, mis amigos empezaban a volver a sus casas y no siempre es fácil decir adiós a personas con las que has vivido momentos increíbles, sabiendo que es muy probable que no los vuelvas a ver.
Así que puedo decir que he tenido la suerte de ir de Erasmus y que, todo ha ido tan bien, que me quedaría a vivir aquí toda la vida. Al mismo tiempo, me ha hecho darme cuenta hasta qué punto necesito estar en mi casa, con mi familia y mis amigos en Bélgica, con lo bonito que es.
Doy las gracias a todos mis amigos que han hecho inolvidable esta experiencia y también a toda mi familia por haberlo hecho posible. Os quiero.
Gracias por haber seguido mis aventuras.
Miles de besos.
Perrine
Galería de fotos
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