Paseo por la tarde a Schlossberg y la Torre del Reloj
La tarde del sábado fue calurosa, y a ratos soleada, por lo que me entraron ganas salir un par de horas después de comer. Pensé que lo mejor sería ir al punto más alto de Graz en el centro, Schlossberg y visitar la Torre del Reloj. Ambos son puntos de referencia de Graz.
Desde Annenstraße por el puente hasta Murgasse y Schloßberger Platz
Eran más o menos las 3 p. m. cuando salí del apartamento. Dado que tenía la suerte de tener un balcón pude comprobar el tiempo antes de salir y qué ropa de abrigo llevaba la gente por la calle. Alrededor de los 10 ºC con un poco de sol que atravesaba las nubes grises, para mí estaba bien. Cogí mi chaqueta y me puse mis auriculares, cogí mi cámara analógica y salí.
Tardé unos 8-10 minutos en llegar al puente, esta vez caminando por el otro lado de la calle simplemente para verlo todo desde una perspectiva ligeramente distinta y poder prestar atención a los detalles a este lado. Pasé junto a las banderas del Diagonale, delante del Kunsthaus (supongo que ese es mi día a día hasta marzo, después ya veremos). Olvidé mencionar antes que desde el puente se puede ver la Murinsel (la Isla Mur) a la izquierda (o hacia el norte). Parece una nave futurista y está conectada con la orilla oeste del río con un puente. Se construyó hace más de 10 años, cuando Graz fue nominada en 2003 Capital Cultural Europea. Allí se puede ir a tomar un café y poco más. Yo nunca he ido pero tengo pensado hacerle una visita. Por suerte, como Graz es mucho más pequeña que Viena, no ofrece tantas cosas así que creo que podré permitirme visitar todas las atracciones y museos.
Después de caminar por Murgasse y llegar a la plaza principal giré a la izquierda, hacia Sackstraße y en cuestión de un par de minutos ya estaba en la plaza Schloßberger.
Han pasado 3 años desde que vine con mis hermanos de acogida de Carintia, que también estudian en Graz. Miré hacia delante y vi el paisaje familiar que me recordaba a El Sagrario de El Retorno del Rey (la montaña con las escaleras que van en zig-zag). Vi que ya casi estaba allí; en la cima estaba la Torre del Reloj y un montón de escaleras en zig-zag. Decidí empezar a subir y simplemente deambular por allí sin ningún plan excepto el de llegar a la Torre del Reloj.
Caminando por Schloßberg y descubriendo la zona
Hice varias fotos por el camino y las podéis ver aquí. Me lo pasé bastante bien subiendo porque hay muchas cosas para ver desde arriba, es un lugar de recreo muy bueno pero lo que yo encuentro genial es la gran cantidad de bancos que hay para sentarse. Me gustaría poder pasar por allí cuando tuviera algo de tiempo libre y el tiempo fuera un poco más cálido e hiciera más sol para poder escribir en mi diario o simplemente dibujar un poco. Este es, probablemente, el único lugar perfecto en Graz para eso. Lo habría hecho hoy si hubiera tenido más tiempo. La carretera se divide cada 10-15 minutos en varios caminos que van en diferentes direcciones. Me fijé en uno que se dirigía más al norte, alrededor de la colina y por donde nunca había ido antes. Mi curiosidad siempre tiene la última palabra así que cogí el nuevo camino.
Lo que también me gustó de aquí es que subir no se hace aburrido cuando vas pasando junto a rocas y peñascos, arriba y abajo, y hay más caminos arriba, donde puedes elegir a dónde ir. Después de 10 minutos caminando y parando aquí y allá a hacer fotos y observar el paisaje, llegué a un teleférico. Esperé un poco pero no vi a nadie subiendo o bajando. El camino aquí se dividía, una vez más, en dos direcciones y yo quería ver a dónde llevaba el camino que pasaba por debajo del teleférico pero descubrí que iba a algún lugar hacia abajo así que volví y me encaminé de nuevo hacia la cima.
De lo que también me fijé es que había muchos graffitis en los barrancos y muchos tenían un aspecto muy interesante. Además, había un camino que atravesaba directamente el barranco así que me sentía como en las películas (¡Indiana Jones! ). También se pueden encontrar muchas mesas con un poco de información de los autores (arquitectos), eventos históricos, monumentos o vegetación junto a la vaya. Me acercaba cada vez más a la cima y pude empezar a ver el castillo (en alemán, castillo es "Schloß o Schloss"). Después de unos minutos haciendo zig-zag por el bosque, llegué junto al castillo.
En lo alto de la colina y la Torre del Reloj
Lo primero que vi fue una cafetería junto al borde que parecía bastante chula, puede que la visite durante mis últimas semanas aquí, cuando el tiempo sea más cálido. El problema de estar en la cima, que se hizo incluso más obvio es día, es que el viento es bastante fuerte. En realidad, todo lo que sientes como viento no tiene nada que ver con el viento de la Torre del Reloj. Todo y todos acaban volando por los aires.
En frente de los muros del castillo hay un pozo donde se pueden tirar monedas, y detrás hay más caminos que llevan a la Torre del Reloj o al otro lado de la colina y detrás del castillo. Decidí dar una vuelta primero y fui subiendo. Nunca había estado en el otro lado pero recuerdo este camino de cuando fui a pasear con mis hermanos de acogida. Después de unos minutos estaba en un jardín en la cima y pasé por el Museo Garrison (creo que son los restos actuales del castillo), una torre que es el punto más alto de Graz y la estación del teleférico (Seilbahn). A unos metros más allá estaba el escenario que solían ser los barracones y una especie de cárcel de hace varios cientos de años. Hoy en día se usa como escenario y se puede subir, la entrada estaba al otro lado.
Di una vuelta, comprobé qué había en el parque de al lado y bajé por el camino hacia el escenario. Le hice una foto al interior y me dirigí a la Torre del Reloj.
La Torre del Reloj tiene un aspecto bastante atractivo, lo primero que se nota es la manecilla más grande del reloj muestra las horas y la más pequeña, los minutos. Ambas son doradas así que imagino que para los habitantes de la ciudad, en el pasado, era más importante poder ver qué hora es, más que los minutos, y las manecillas doradas reflejan la luz del sol, lo que las hace más visibles. O puede que sea simplemente una forma de exhibirlas.
El viento era tan fuerte que tuve que ponerme a un lado de la torre para protegerme. Cogí mi cámara analógica e hice algunas fotos. En el jardín debajo de la Torre del Reloj (que tiene un aspecto especialmente bonito durante el verano, lleno de colores vivos) estaban las banderas del Festival Diagonale. Hay unas vistas increíbles desde aquí (si no te acaba llevando el viento, claro).
Bajé por las escaleras hasta el jardín, hice más fotos y comprobé qué se podía ver desde allí. Al otro lado del río está el Kunsthaus, con su espectacular figura, un poco a la izquierda de la plaza principal y a lo lejos, bueno, no lo tengo muy claro aún, pero tampoco me importaba demasiado. Debajo del muro puedes ver varios caminos haciendo zig-zag hasta el llegar a la plaza Schloßberger. Unos minutos después, bajé por unas escaleras que parecían sacadas de un búnker. En medio de las escaleras, en la parte más vertical de la colina, había un hombre tocando el violín.
Decidí ir a la plaza principal pero no había nada especial y estaba casi vacía por el centro. Me metí por una calle cualquiera y di una vuelta hasta volver al puente cerca del Kunsthaus, hice un par de fotos y, como ya estaba algo cansado, volví a casa.
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