Cuenta atrás, terminando de cumplir mis objetivos

¡Hola a todos!

Ya casi es medianoche, queda nada para que acaben mis prácticas de verano de Erasmus en Graz. Estos últimos días voy a vivir al máximo, a probar todo lo que pueda, sin importar el cansancio, la falta de sueño, el tiempo, el dinero o cualquier otro obstáculo. Sin excusas. Creo que Graz es una gran ciudad para vivir. Si pudiera seguir mi vida aquí a partir de mañana, probablemente me quedaría sin dudarlo. El viaje en general ha ido/va sorprendentemente bien. Los alrededores y la ciudad en general me enamoraron y aún me dejan sin palabras cada vez que cojo el metro y doy una vuelta por la ciudad. La calidad laboral y el ambiente en el lugar en el que estuve de becaria también han sido lo mejor que he visto nunca. Otra cosa que aprecio y agradezco es que me hice amiga de mis compañeros del ambulatorio y del dormitorio. Cuando vuelva a Budapest, echaré de menos ir a correr al bosque Leechwald, mi diminuta habitación, Jakominiplatz y su maravillosa comida callejera, el «kornspitz» (mi desayuno diario) de la panadería Hubert Auer, madrugar y ver las mismas caras cada día en el bus de las 6:30, los cantos de los pájaros, las campanas de la capilla junto al dormitorio, hablar con bosnios en la cocina, tomar el sol en la azotea y tener conversaciones hasta conmigo misma. Estas semanas fueron perfectas para establecer nuevos objetivos, crear planes de futuro y descubrir puntos de vistas diferentes que me han influenciado y me han orientado en otras direcciones. Creo que soy mucho más de lo que era antes del viaje.

Pero antes de que me de el bajón por tener que irme, os contaré lo que he hecho esta semana. Hicieron una discoteca silenciosa al aire libre en Stadtpark y fui con un compañero. En la página web de Silentdisco tenéis toda la información sobre fiestas silenciosas en Austria. Estos eventos se celebran en muchas grandes ciudades del país: Viena, Innsbruck, etc. En Graz, se celebró en Stadtpark, el sitio perfecto para una fiesta al aire libre. Las fiestas siempre son distintas según los invitados, el estilo musical, las características del sitio... El ambiente en Stadtpark era maravilloso, lleno de estudiantes de buen humor y gente contenta. No había gente rara ni niños, todos parecían estudiantes de allí o Erasmus, algún que otro turista y algunas personas de más de 30 años. Mucha gente vino con sus perros, monopatín o patines. Más que una fiesta normal, parecía un festival. Había dos tipos de música: canciones retro y rock (Abba, Michael Jackson, Red Hot Chilli Peppers, ACDC, etc. ) y música moderna (Major Lazer, Adele, Sia, etc. ). En los cascos había un botón para cambiar las emisoras y otro para el volumen. La entrada era un poco cara, 9 euros, pero valía la pena.

La fiesta silenciosa fue muy divertida. Era muy gracioso ver a la gente bailar sin música de fondo. Y también hacía gracia y era raro ver a cientos de personas cantar sin música. Luego, andar a casa me sentó muy bien.

(Las vistas desde el Kunsthaus).

Al día siguiente: sábado, día libre, tiempo para ver, vivir o probar algo nuevo, como siempre. Me levanté y me preparé para ir a la zona antigua. Quería ir al Kunsthaus Graz, el museo de arte moderno. Al edificio también se le conoce como «el amigo alienígena» porque parece un simpático alien azul gigante. Tiene ojos y pequeños «tentáculos». Por desgracia, no había ninguna exposición disponible, pero pude subir en ascensor hasta la cuarta planta y ver las vistas de Graz, incluido el Schlossberg y la Torre del Reloj.

Kunsthaus es un edificio futurista, con muchos detalles abstractos. El edificio en sí ya es una obra de arte, sin contar con lo que tiene dentro. Para mí fue un viaje impresionante, nunca había estado en un edificio con un diseño tan interesante. Había pequeños vídeos y presentaciones para los turistas sobre la estructura, la historia y la función del edificio.

Tras mi pequeña excursión, fui a Hauptplatz (Plaza Mayor), donde descubrí que habían puesto hamacas, sofás y sillones. Nunca he visto una plaza mayor en ninguna ciudad o capital europea llena de hamacas para que la gente se acueste. De hecho, era un evento especial con el que estoy muy conforme. La gente podía sentarse o tumbarse y relajarse y había varias estanterías de las que se podían sacar libros y leerlos. Cuando terminaran, lo ponían donde estaba para que lo pudiera leer otra persona. ¡Es maravilloso leer en una hamaca en la Plaza Mayor!

Fui a New Yorker a probarme ropa tradicional austriaca, los vestidos «dirndl». Esto llevaba mucho tiempo en mi lista de cosas que quería hacer, pero no me compré ninguno porque no van con mi estilo. Aun así, fue divertido. En Graz veo todos los días a gente vestida con ropa tradicional porque quieren estar más cerca de sus raíces y sus tradiciones y porque es gracioso salir así a la calle. He hablado con algunos chicos de la residencia y dicen que esos vestidos vuelven a las chicas irresistibles. Así que, si te gusta, no dudes en ponértelo siempre que puedas.

Luego tocaba la comida. Martin Auer y Hubert Auer, Kern y Sorger son panaderías muy famosas y de gran calidad de Estiria. He estado en todas ellas y tienen muy buenos productos. Martin y Hubert Auer son las mejores de la ciudad con productos tradicionales, ecológicos, sanos y riquísimos, pero también con ideas nuevas y creativas. Comparadas con otras panaderías de Austria y Hungría, las panaderías Auer son distintas porque en algunas también venden comida caliente y postres. Sopa de calabaza, ensalada, lasaña, tortillas vegetales, chili con carne, polenta con estofado, gulash y mucho más. Mi plato favorito era la tarta-tortilla de queso, que tiene muy pocas calorías. Ideal para los que quieren comer algo rico, pero sano o que no engorde. Parece una deliciosa tarta de queso, pero lleva huevo, en vez de mascarpone o queso crema.

La masa está hecha de huevo, una fuente de proteína perfecta. Después le ponen otros ingredientes: pimentón, salami, requesón, champiñones, calabacín, piña, pesto, tomate... ¡y listo! Se mete al horno y ya está. Sano, rico, esponjoso y muy bueno. La otra panadería se llama Kern y es genial porque tiene un montón de tartas y dulces. Me compré un trozo de tarta Mozart, aunque me habría comido un trozo de cada porque todas tenían muy buena pinta: la famosa tarta Sacher, tarta Linzer, mousse de café y pastel de manzanas o de frutos del bosque. También tiene un gran surtido de cafés y helados exóticos, pero aviso: ponen trozos enormes, así que no os preocupéis si no podéis con todo. Por último, pero no menos importante, si os encantan los sándwiches y bocadillos, vuestro sitio es Sorger.

Esta es la tarta Mozart: con mousse de chocolate y crema de pistacho.

Ah, casi se me olvidan otros dos sitios geniales para comer. Uno está en Jakominiplatz, es un sitio de patatas fritas belgas con patatas riquísimas y crujientes (y también batatas). El otro sitio se llama Nordsee y está especializado en pescado, cerca de Hauptplatz. Tienen sopa de pescado, sándwiches, platos calientes, pescado frito, ensalada con pescado, pescado crudo y otros muchos platos interesantes y muy buenos.

El domingo quise madrugar para ir a un «Flohmarkt» tradicional (un mercado), en el que la gente vende ropa, zapatos, antigüedades, herramientas, aparatos eléctricos, libros o lo que quieran. Este mercado está cerca de Gösting, en Wienerstrasse, en el norte de Graz. Me di cuenta de que unía mucho a la gente. A los que iban les gustaban sobre todo los objetos decorativos y la ropa. Había mucha gente. Creo que si buscas algo como unos patines y te da igual que sean de segunda mano, este lugar es perfecto. Puedes encontrar ofertas muy buenas si quieres comprar un microondas, una lámpara, joyería y complementos o herramientas para el jardín y la casa. Pero con la ropa y los zapatos llevaría cuidado. La cosa es que comprar y vender en un mercado significa que estás concienciado, porque representa menos basura y es bueno para el medio ambiente.

Posdata: lo siento por la calidad de las fotos, no soy fotógrafa profesional.

Gracias por leerme. Dóra.

Galería de fotos