Erasmus en Granada con mi hijo

Cómo llegué a Granada...

Mi hijo tenía cinco años y estaba realizando segundo de primaria cuando decidí que nos fuéramos 6 meses a Granada.

Yo estudiaba el cuarto semestre de mi carrera y hasta el momento no me había planteado si era posible estudiar un semestre en el extranjero con mi hijo, por supuesto.

Por esas fechas, una compañera me habló emocionada de todos los planes que estaba pensando para su año Erasmus. De repente sentí unas ganas enormes de vivir la experiencia y al día siguiente me dirigí al despacho desde de la Oficina Erasmus en mi universidad, que es la de Hamburgo.

Aunque en un principio el plazo para el próximo año estaba cerrado, las secretarias se involucraron para que al final fuera posible, ya que les impresionó la idea que una persona en mi situación se decidiese a realizar un Erasmus.

No tuve casi tiempo para pensar, tuve que elegir inmediatamente el lugar y fue Granada.

Una semana después ya tenía las maletas hechas. En tan sólo 6 semanas comenzaría mi aventura de dos.

La beca Erasmus y mi experiencia

Después de unas semanas recibí la beca que aproximadamente era 1. 400€ ya que cuando eres madre la beca aumenta un poco, sin embargo no era suficiente para dos personas. Por suerte mi tía nos ayudó económicamente, si no, no sé como lo hubiera hecho.

Mi Erasmus comenzó en febrero de 2013 y debería terminar en junio del mismo año.

Preparaciones

Ya que mi hijo iba al colegio tenía miedo de despuntar a mi hijo de su colegio y apuntarlo al otro, sin embargo el director me dijo que si por algún motivo debía regresar antes a Alemania, acogerían inmediatamente a mi hijo y eso me tranquilizó.

Desde Alemania intenté buscar un colegio en Granada. Pero no lo encontré debido a una confusión lingüística. En Alemania kindergarden corresponde a la educación infantil de España, sin embargo al traducir la palabra significa guardería.

Los que alguna vez habéis viajado con vuestros hijos ya sabéis lo que es preparar un viaje, a veces un poco estresante. Pensar que debo llevar y que no...

Y cuando te vas con un peque durante algunos meses, los preparativos se hacen aún más difíciles. No solo hay que pensar en la ropa, también en los juguetes que el niño puede necesitar y lo que no.

Tenéis que pensar dos veces qué llevar, porque vais a pasar por dos temporadas. Es decir, qué juguetes vais a necesitar - cuáles son sus favoritos y cuáles podéis tranquilamente dejar en casa.

También tuve que pensar que medicamentos llevarme, en nuestro caso tuve que llevarme el tratamiento homeopatía ya que en otros países como España los tratamientos no están tan desarrollados como en Alemania, por lo tanto a veces hay que gastar más dinero en las consultas médicas y en medicamentos alternativos.

Lo que si recomiendo es no llevarse todo, ya que después del Erasmus uno también quiere llevarse recuerdos de nuevo a casa.

Nuestra llegada y más preparaciones

Al principio quería buscar un piso desde Alemania, pero como no conocía nada, decidí buscar piso directamente en Granada, por eso los primeros días estuvimos en un piso de tránsito (Couchsurfing).

En 2013 era fácil encontrar una habitación en el centro de Granada el Albaycin, hoy en día debido a la gran demanda y las habitaciones ofrecidas por Airbnb es un poco más difícil. En mi caso poco después de una semana ya encontré una habitación grande para los dos.

Pregunté a la gente si me podían recomendar algún colegio donde llevar a mi hijo, y fue muy fácil encontrar una plaza. La verdad fue mucho más informal y rápido que en Alemania.

Vida universitaria en Granada

Lo más complicado para mí fue el comienzo en la Universidad ya que aunque había un despacho de ayuda al Erasmus, en mi caso no me sirvió de mucha ayuda. Esto también le pasaba a otros estudiantes Erasmus. No nos explicaron cómo y qué clases deberíamos escoger.

Pero al final, con la ayuda de los otros Erasmus todos los problemas se resuelven.

El siguiente problema fueron las clases. Aunque ya había estudiado español al principio fue complicado poder entender las clases y el accento "granino", por eso me apunté al Instituto de Lenguas Modernas y gracias al curso de español pude mejorar mi nivel.

Mi vida universitaria era un poco diferente al resto de estudiantes Erasmus, ya que con mi hijo no podía ir mucho de fiesta ni a los encuentros que organizaban durante el día. Aún así conocía a mucha gente nueva tanto en la universidad como gracias al colegio de mi hijo.

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