Haciendo autostop por Francia, parte 15

Sábado 27 de agosto de 2016 - día 26

¡Estoy vivo y además he dormido! Buenas noticias. Pero menudo acojone el de ayer. Hoy quiero ir al lago de Guerledan, del que me habló Ivan. Luego salir de Lorient, no me siento muy a gusto en la ciudad. Creo que no está muy lejos, aunque son muchas callecitas y el camino es difícil al tener que cambiar muchas veces de carretera. Como la distancia es corta, voy a mi ritmo. Además, que tampoco quiero llegar muy temprano y morirme del asco porque no haya nada abierto (y encima estaré solo).

Desayuno tranquilamente mirando a la gente que ha salido a correr por el estanque. Luego, un viejo que iba andando se para en el camino del paseo a 10 metros y se me queda mirando sin decir nada. Le suelto un "hola" que ignora aposta. Pero como sigue mirándome, digo, pues yo tampoco le aparto la mirada. Duramos entre 15-20 segundos, vamos, una eternidad para una batalla de miradas. ¡Gano yo! (#William). Se va sin decir nada. Su intento de intimidarme no ha funcionado. Me pregunto si sería el que se nos acercó ayer por la noche. Puede ser, pero nunca lo sabremos, seguirá siendo un misterio...

Haciendo autostop por Francia, parte 15

En fin, que sobre las doce levanto el campamento y me voy a una cafetería de la ciudad para descansar un ratito, cargar el teléfono y escribir en la libreta. El tiempo pasa y empiezo a tener ganas de picar algo. Me pido un gran croque-monsieur (sándwich francés) con patatas fritas y ensalada. ¡Qué bien sienta, por Dios! Además, la camarera es muy dulce, hablando tan educadamente, cuidando la presentación del menú y tratando de usted. Su delicadeza me llega. Además, que el sándwich está muy rico (para volverse loco por las dos cosas).

Haciendo autostop por Francia, parte 15

Bueno, son las tres de la tarde, toca irse con las pilas cargadas en todos los sentidos. Cojo la mochila y ando durante unos 20-30 minutos hasta una autopista a la salida de la ciudad. El camino hasta el lago es bastante corto (70-100 kilométros) pero pesado porque tengo que cambiar varias veces de carretera. Además, empiezo a darme cuenta de que estoy en un día de locos... Los minutos pasan y nadie se para y además, que los de hoy no me han saludado con tanta simpatía como suele pasar, ni gestos de ánimo, ni nada...

Un coche se para tras media hora esperando. Subo y al segundo me doy cuenta de que es el único coche en el que me siento muy incómodo (de todos en los que me he subido en mi vuelta por Francia). Conduce un tío de unos cincuenta años y al lado va una chica más joven que él. Les pregunto cómo se llaman y el tío responde que "no prefiere decirlo". Con una voz súper desconfiada. (Fiesta). Luego me preguntan cosas sobre mi viaje pero con mucho desprecio. De verdad que me siento muy violento, es la primera vez que me pasa haciendo autostop. En serio, ¿por qué se han parado? no lo entiendo... Por suerte el viaje dura unos pocos minutos. Venga, hasta luego...

Bueno, otra vez estoy en un sitio de mierda. Correas a la derecha, izquierda, arriba, abajo. No las que te sujetan los pantalones, rampas de la autopista, autopistas. Puentes también, coches que corren por todas partes. Me cruzo con una pareja que hace autostop y les saludo. Me pongo a su lado mientras que no los cogen.

No funciona, me da que van a esperar mucho tiempo. Entonces les digo adiós y buena suerte; y me voy a otro sitio. Es algo difícil porque tengo que cruzar una procesión de carreteras grandes y peligrosas, pero bueno, con cuidado no pasa nada. Me pongo en una departamental y funciona, en dos minutos "BOUM". J****, qué gusto, sobre todo después de la salida de mierda de Lorient. Me subo con Erwan de Plouay (para que me vuelvan a decir si sigo en Bretaña) y su hijo en un bonito BMW. Me dice que normalmente no suele recoger a nadie cuando va con el crío, súper pequeño, pero que ha hecho una excepción al verme. Después de todo, sienta bien oír algo así (y más con el coche de antes).

Y cremita, se desvía un poco de su recorrido para darme algo de suerte. Y me ayuda bastante, sobre todo a pasar la desviación (por el famoso Critérium de Plouay o el Gran-Prix de Plouay, hay muchos ciclistas que dormían a mi lado ayer por la noche, todo tiene una explicación). Pasar por esta desviación haciendo autostop hubiera sido un caos, además, que ya son las 17:30-18:00 y aún me queda para llegar. Al final me deja al borde de la carretera, ¡muchas gracias Erwan! Me demuestra que todos los Erwan molan.

Mon tour d'France en stop, partie 15

Venga, otra vez al meollo. Por esta carretera no pasan muchos coches. Los 3-4 (como mucho) que he podido ver en 10 minutos iban a 90-100km/h. Aunque tengan espacio para pararse, no es que de mucho tiempo. Pero bueno, aleluya, el cuarto o el quinto se para. Un golf con tres chicas guapas dentro. ¡Pedazo de suerte!

Se llaman Nolwen, Maëla y Chloé, tres chicas muy majas que van de festival, al Fisel, una fiestecilla de música bretona. A los cinco minutos me dicen que me vaya con ellas. ¡Ole! Lo siento por Guerlédan, al menos pasaré la noche con gente. Y mejor, que después de la nochecita de ayer...no me lo pensé ni un segundo. Muy buen rollo y además voy a ver qué tal son las tradiciones bretonas. ¡Perfecto! El día de mierda empieza a cambiar...

Mon tour d'France en stop, partie 15

Llegamos a Plabouzan (¿o algo rollo Rostrenan? ), el pueblecito de la fiesta. Montamos las tiendas en el descampado reservado. Me gusta ver mi tienda al lado de tantas. Prefiero la compañía a estar solo. Aunque también me estoy acostumbrando a la soledad. Al principio el festival es tranquilo. Voy al pueblo a darle un toque a Gros T y comprarme una cerveza fuerte, a lo bretón. Bastante majo el dependiente. Vuelvo para comerme un crepe con las chicas. Hay un espectáculo, bastante raro, pero bueno...dejémoslo en "original". Luego voy un momento a la tienda a coger un jersey.

Luego me encuentro con mis dos vecinas con las que hablo un rato mientras busco algo en la tienda con ellas en la puerta de al lado. Me invitan a tomar algo. Me dicen que se llaman "Ben et Vole" --> Bénévoles (juego de palabras: "Volun-tarias"), porque han sido voluntarias en los Vieilles Charues durante años. ¡Son tan majas y divertidas! Y hablan bretón perfectamente, fueron a la escuela bretona y todo, ¡de las de verdad! Estoy aprendiendo un poco de vocabulario, cosas finas como "Cierra la p*** boca" o "Que te den por c***". Teniendo en cuenta que mi vaso está cargado de ron, sin duda, ¡son de las buenas!

Después de unas copas, volvemos a la fiesta. Es la ostia, Beatbox a muerte, luego baile bretón... ¡A las 12:30 estoy reventado! Es el problema que tiene el estilo de vida saludable que he llevado este verano, comer bien y acostarme temprano. Las consecuencias se ven cuando salgo de fiesta un día. Voy a echarme una siesta y despertarme a las 2 de la mañana (me va a costar) para ver al campeón del mundo de Beatbox (¡es buenísimo y viene de Saboya! ). Luego, muerto, me acostaré por fin. Ben y Vole eran geniales, como las chicas que conocí en el último concierto. ¡Buenas noches después de este día lleno de todo tipo de emociones!

Mon tour d'France en stop, partie 15


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