Diez cosas de comer que probar en Francia

Antes de empezar a escribir quiero dejar claro que no hay nada, absolutamente nada, comparable a la comida que tenemos en Inglaterra. No hay ni un solo día que no me apetezca comer en Pizza Express, Zizzi’s, ASK Italian, Wagamamas, Jamie’s, Nando’s, Franco Manca, Fire & Stone o en cualquier otro de los fantásticos restaurantes de los que puede presumir el Reino Unido. Y cuando hablamos de supermercados en Francia, pasa lo mismo. Los supermercados franceses no son nada en comparación con Tesco, aún menos con M&S o con Waitrose. Sin embargo, y a pesar de la falta de variedad, los franceses se las apañan para hacer algunos platos que no están nada mal, y hay algunas cosas para comer bastante conocidas que tienes que probar si vienes a Francia. Así que si estás de intercambio o si vienes de vacaciones a Francia, aquí te dejo 10 cosas que debes probar.

Aligot

Descubrí este maravilloso plato en una excursión que hice al mercado de Navidad de Toulouse; hay un puesto que va todos los años y que es famoso por su riquísimo aligot. Tengo unos amigos que lo probaron cuando estuvieron en una feria gastronómica en Carcasona. Lo pusieron por las nubes, así que tenía muchísimas ganas de probarlo. En resumidas cuentas, el aligot es puré de patatas con queso (normalmente se usa mozzarella o tomme), ajo, sal, mantequilla y nata. Aunque lleva pocos ingredientes, está delicioso y es un plato muy reconfortante. Así que si estás en Francia te recomiendo que lo pruebes, ¡sobre todo en invierno! Incluso puedes intentar hacerlo tú mismo si te apetece.

Tomme forte de Savoie

Tomme, el queso que se suele usar en el aligot, es uno de los mejores quesos que he probado en mi vida. Cuando vivía en Reino Unido, tampoco es que me encantase el queso (culpo a mi padre por solo darme cheddar durante 20 años, gracias, Robert), pero aquí en Francia es imposible que no te guste. Si pasas el tiempo suficiente en Francia y haces amigos franceses, casi con total seguridad que algunas noches tomaréis vino, pan y queso; es como el equivalente inglés de ir al Nando's o de pedir algo del Domino's. Cuando te canses de tanto camembert y brie (cuando comas tanto como yo, te pasará), tomme de Savoie es una buena alternativa. Tiene una textura y un sabor similar, pero algo más fuerte.

Roquefort

Si no te gustan los quesos fuertes, este no es para ti. El roquefort es un queso azul que se deja madurar en las bodegas naturales de Combalou, en Roquefort-sur-Soulzon, y que va muy bien en ensaladas y pastas. Si comes carne, prueba el pato con salsa roquefort –dicen que es un plato muy sabroso. Si eres vegetariano, prueba las berenjenas al horno rellenas de roquefort y higos secos o nueces –ambas opciones son un plato perfecto para comer en invierno. Si vas a Meet The Meat, un precioso restaurante en el centro de la ciudad, verás que casi todos sus platos llevan roquefort, ¡así que no tienes excusa para no probarlo!

Caviar d’aubergines

Para el cumpleaños número 21 de una amiga, decidimos arriesgarnos y probar algún restaurante nuevo en Toulouse; nos decidimos por un restaurante marroquí, Ksar, cerca de la parada de metro de Carmes por si quieres ir. Puesto que no como carne y nunca me ha gustado el cuscús, no estaba muy segura de si habría algo para comer que me gustara en ese restaurante. Por suerte, uno de los platos principales estaba formado por cuatro platos vegetarianos diferentes con guarnición de ensalada, y entre ellos, el caviar d'aubergines. Para mi sorpresa, el caviar d'aubergines no es caviar, sino un puré vegetariano hecho de berenjenas, ajo, sal, aceite de oliva, crema agria, tomillo, romero y pimienta. Combina muy bien con ensaladas o para mojar en pan. ¡Seguro que te encanta!

Kebab de falafel (en pan de pita)

Antes de irme de intercambio, nunca había probado el kebab (ya sé que a todo el mundo le sorprende, es muy fuerte) y tenía muchas ganas de probar uno. En Francia hay un gran porcentaje de población marroquí, y una de sus especialidades es el kebab de falafel; se trata de pan de pita relleno de falafel frito, lechuga y cebolla hasta el punto que se salen los ingredientes (maravilloso). Si no comes carne, a veces cuesta encontrar una comida vegetariana que te deje lleno, sin embargo, con un kebab de falafel estarás lleno todo el día. Pide que te pongan salsa argelina o salsa blanca también, me lo agradecerás.

Palmiers

Tuve la suerte de tener un montón de panaderías y pastelerías francesas cerca de mi universidad cuando estudiaba en Toulouse. Una de ellas es Paul (que también existe en el Reino Unido, pero la francesa es mejor) y sirven pastas dulces y cremosas recién hechas desde las siete de la mañana, algo que me ayudaba a superar mis clases matutinas de cuatro horas (en especial los lunes). Las "palmiers" (palmeritas) son unas pastas francesas en forma de corazón o mariposa hechas de hojaldre y que se pueden comprar dulces (con azúcar por encima) o saladas (con tapenade o pesto). Son incluso mejores que el pain-au-chocolat o que los cruasanes, que seguro que aburres en seguida.

Macarons

Da igual dónde pruebes un macaron, nunca estará tan bueno como si lo comes en Francia. Aquí son cosa seria. Un macaron es como un bocadito dulce de color pastel hecho de merengue. Se pueden comprar en casi cualquier pastelería, incluso en el McCafé de McDonald's los hay de todos los colores. Si estás en París, pásate por Le Café Fauchon –tienen los mejores macarones que he probado, además de un montón de dulces como éclairs y pasteles que puedes acompañar de un "chocolat chaud" (¡el siguiente elemento de la lista! ).

Chocolat Chaud (épais)

Aunque soy la persona que va a más cafeterías del mundo, todavía no he encontrado esta bebida en ningún Costa, Caffé Nero y demás cafeterías que suelo frecuentar en el Reino Unido. Lo he categorizado como comida porque no es un chocolate caliente normal (prueba a comer algo después de tomarte uno y verás lo que quiero decir). Similar a la cioccolata calda italiana, el chocolate caliente "épais" (espeso) francés, lleva leche entera y maicena, de modo que queda muy, muy espeso, casi como un postre. Está riquísimo y es un capricho genial para los que les gusta el dulce. Si quieres probar el mejor chocolate caliente de Toulouse, pásate por Flowers Café: tienen el mejor chocolat chaud que he probado nunca.

Helado Adélie Caramel

Esta va más para aquellos que vengan a estudiar o a vivir a Francia y no tanto para los que vengan de vacaciones (Erasmus, preparaos para conocer a vuestro nuevo mejor amigo). Si estás cerca de un supermercado Intermarché, busca este helado en la sección de postres congelados (yo lo hice y valió mucho la pena). Un día después de fiesta, fui al supermercado a ver si encontraba algo para acompañar un maratón de Netflix de cinco horas (la única cura que hay para la resaca) y encontré este helado. Soy superfan de Haagen Dazs y Ben & Jerry's, y creo que Adélie (la marca de este supermercado) está al mismo nivel. También puedes comprar helados Adélie con sabor a ron y pasas, chocolate, vainilla y nueces de pecan y vainilla (tienen una variedad increíble).

Cualquier cosa del McCafé

Todavía no entiendo por qué en Reino Unido no tenemos esto, es una tremenda obsesión (aunque creo que si lo tuviéramos estaríamos todos obesos). McCafé (por si no lo has adivinado por el nombre) es una pequeña cafetería dentro de los McDonald's que tiene todos los dulces y bebidas calientes que se te podrían ocurrir: macarons, pastas francesas, muffins, galletas, tés, chocolate caliente, frappés... (¡incluso tienen té English breakfast! Me quedé pasmada) Esto explica por qué es uno de mis sitios preferidos en Francia (bueno, la verdad es que no salía mucho). Además, es bastante barato, sobre todo comparado con los precios de Starbucks en el Reino Unido. No es que sea algo muy cultural, pero ¿a quién no le gusta McDonald's?

Evidentemente, Francia tiene muchísimas cosas más que ofrecer, pero por tu propia salud, creo que mi lista acaba aquí. Intenta probar tantas cosas nuevas como puedas en Francia, sobre todo en Toulouse, que es una auténtica capital de la gastronomía.

Las fotos son de Mireille Harper y de Alex Reay.

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