Aspectos a tener en cuenta si vas a vivir un tiempo en Francia
Aspectos a tener en cuenta si vas a vivir un tiempo en Francia
¡Hola a todo el mundo otra vez! Hoy os traigo un post más cultural, donde no hablo de lugares en concreto sino que intento mostraros algunos aspectos relacionados con la forma de vida de la sociedad francesa. Yo tuve la suerte de poder pasar un cuatrimestre como estudiante Erasmus en Aix-en-Provence, cerca de Marsella, así que hoy os traigo una recopilación de mis reflexiones y conclusiones que saqué al vivir cuatro meses allí. Fue tiempo suficiente para darme cuenta de la personalidad de las/os francesas/os y de su forma de vida. Algunas características y hábitos sí encajaban perfectamente conmigo y con la mentalidad española, otras, como veréis en este post, no tanto. Sin más dilación, ¡empezamos!
1. La burocracia
Uno de los aspectos más negativos de la sociedad francesa es la burocracia. No os podéis imaginar todo el papeleo que se necesita allí. Según los estudios, es el país de Europa que más burocracia y trámites requiere. Meses antes de irme de Erasmus, la universidad ya me había pedido por correo certificado mi certificado de nacimiento, un “simulacro” de mi contrato de estudios, y más cosas que ya ni recuerdo. Lo que no entendía era por qué tenía que enviarlo por correo postal, pues hoy en día con subir un archivo PDF a una plataforma online es suficiente.
La pesadilla acababa de empezar, pues los primeros días en la universidad se dedicaron exclusivamente al papeleo. Tenía que ir de una oficina a otra para conseguir los dichosos papeles. Iba a un departamento, me decían que tenía que ir a otro, iba al otro, me decían que en esa puerta no, que en la otra, y así continuamente hasta conseguir todos los papeles. En serio, solo alguien que haya vivido en Francia puede imaginarse esta odisea.
Además de esto, tuve que abrirme obligatoriamente una cuenta bancaria en un banco francés, así que el papeleo que tuve que hacer para poder crearla fue infinito. Además de esto, también pedí una beca que te daba el gobierno francés en concepto de ayuda de alojamiento llamada la CAF y recuerdo que todos los trámites burocráticos todavía continuaban cuando yo ya estaba de vuelta en España y había terminado mi estancia allí. ¡Qué horror! Menos mal que al final me concedieron la beca, creo que fueron unos 250 euros. Por todo esto, creo que es bueno ir con esta perspectiva si vais a pasar un buen tiempo en Francia.
2. Los horarios
Aunque yo estaba en Marsella, ciudad bañada por el mar Mediterráneo, lo cierto es que la personalidad de los franceses era bastante distinta a la que tenemos los españoles o los italianos, sobre todo en cuestión de horarios. Recuerdo bien que los supermercados cerraban prontísimo, como a las 18.00 o 19.00 de la tarde así que una vez yo salía de la universidad, tenía que ir pitando a hacer la compra.
Además de esto, recuerdo que tenía clase a las 8.00 de la mañana, cuando normalmente en España se empiezan a las 9.00. Y también cabe destacar que un sábado tuve un examen. Es cierto que esto sí pasa en España en algunas facultades, pero no es algo común. A los franceses les parecía perfectamente normal.
3. Los saludos
En España es muy raro, por no decir casi imposible, ver a dos hombres dándose dos besos al saludarse. Esta posibilidad parece que solo existe entre mujer y mujer, o entre mujer y hombre. En el sur de Francia, sin embargo, es común que los hombres se saluden con dos besos en la mejilla. Hasta donde tengo entendido, en algunas zonas de Francia se dan hasta tres besos en la mejilla.
4. La comida
La verdad es que la pastelería francesa es algo que hay que probar sí o sí, junto con sus “crêpes au nutella” o “crêpes salées”, que son las crêpes saladas. Están de vicio y tienen infinita variedad. Un desayuno común es Francia son los croissants con mantequilla, por ejemplo, o el “pain au chocolat” que es algo así como pan con chocolate. Está muy bueno.
No solo mencionar la comida dulce, sino también productos como el vino o los diferentes tipos de queso que tienen están buenísimos y son de alta calidad. Cualquiera puede pensar que la gente en Francia debe de sufrir de sobrepeso, pero lo cierto es que no. ¿Por qué? La respuesta está en que a pesar de que estas comidas son muy calóricas, llenas de azúcar y con mucha grasa, las personas francesas las toman en cantidades muy pequeñas, por lo menos la mayoría. Además, el resto de su dieta a lo largo del día incluye bastante fruta y verdura, por lo tanto, “se compensa”.
5. El trato de usted
Los españoles no estamos para nada acostumbrados a tratar a las personas de “usted”. Preferimos el tuteo, a diferencia de todo el continente Latinoamericano. Por lo tanto, es muy importante que cuando conozcáis a alguien mayor o superior a vosotros, os acordéis de utilizar el “vous” y no “tu”. Más de una vez nos han echado la bronca a mis compañeras Erasmus y a mí por tratar de “tu” a una profesora. La bronca fue tan grande que parecía que habíamos cometido un crimen.
6. Los precios
Francia tiene un nivel de vida muy alto, no tanto como los países nórdicos o Suiza, pero todo en general es más caro que en España. Comer en un restaurante era un lujo para nosotras. Viajar en transporte público de largas distancias, por ejemplo el tren, era también bastante caro. Las típicas tiendas Inditex como Zara también tenían los precios más elevados que en España, siendo la misma prenda de ropa. Por eso, está bien que sepáis gestionar bien vuestro dinero para poder vivir bien en Francia y no hacer vida de persona ermitaña en la habitación de vuestra residencia.
7. El sistema universitario
No sé cómo será en otras ciudades Erasmus, pero en mi caso en la Universidad de Aix-Marseille no fue para nada un Erasmus donde lo único que hacía era salir de fiesta, beber alcohol y hacer viajes. Para nada. Tuve que estudiar como el resto de franceses, asistir a clases con regularidad (pasaban lista todos los días) y viajar cuando había algún festivo o vacaciones. El sistema universitario francés se lo toma en serio.
Algo muy positivo de este sistema es que piensa mucho en la experiencia laboral de los estudiantes. Las universidades francesas, a diferencia de las españolas, ofrecen miles de programas y becas para tener experiencia laboral antes de terminar la carrera. También animan a los estudiantes a hacer estadías de intercambio para mejorar un idioma.
Además, algo que particularmente me gusta mucho es que mucha gente coge “un año sabático” para dedicarlo a hacer un voluntariado en cualquier país, siempre con un programa estatal. Esto me parece una buenísima idea. En España, no sé por qué, pero parece que perder un año de universidad es una tragedia. Nada más lejos de la realidad. Pues tener un año de pausa en tus estudios puede abrirte infinitas puertas, te ayuda a centrarte, llevarte por el buen camino y lo más importante, quizás encuentres lo que realmente quieres hacer en el futuro. Es verdad que en España cada vez más personas lo hacen. Por ejemplo, conozco varios casos de estudiantes que están cursando una carrera de idiomas y deciden irse un año a EEUU o Reino Unido de Au-Pair para mejorar el idioma en todas las destrezas. Desde luego, es algo de lo que el sistema español debería tomar nota, pues muchos países de Europa se ve como algo positivo, a diferencia de los españoles, que pensamos que se acaba el mundo por tener un año diferente que se sale del sistema, de lo habitual.
Y esto es todo lo que quería contaros, lo que más relevante me parece si os aventuráis a vivir una etapa en este país. A pesar de que muchos aspectos son negativos, los aspectos positivos los superan por goleada, pues es un país increíble en cuanto a condiciones laborales o ritmo y estilo de vida, por ejemplo. Espero que os haya sido útil este post y nos vemos pronto con más contenido. Un saludo.
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Comentarios (3 comentarios)
José Ramón Iraola hace 5 años
Unos conocidos tuvieron un apartamento en Hendaya y al afrontar la operación de compra-venta alucinaron por la cantidad de trámites, impuestos y papeleo.
Fátima chamadoira hace 5 años
Desde San Sebastián, mi ciudad natal, teníamos Francia a un paso. A las cinco de la tarde se cerraba el comercio y la gente se recogía. La "patiserie" era exquisita...
Claudia Costas hace 5 años
Veo que todo se reflejado en vuestras experiencias personales. Un saludo y gracias.