Firenze che bella sei!

Firenze

Cuando estuve de Erasmus en Italia aproveché para hacer algunos viajes por este país y uno fue pasar un fin de semana en Florencia

Llegada

Veníamos de Pisa así que llegamos en tren a la ciudad. Habíamos cogido los billetes en freccia rosso y nos habíamos sentado en primera clase sin saberlo. Vimos como pasaba una azafata con zumo de naranja y periódico gratis y pensamos que era por ser un freccia rosso que ofrecían mejor servicio (todas convencidas). Decidimos no coger nada por si lo cobraban aparte. Cuando quedaban apenas 15 minutos para llegar a Florencia, aparece el revisor y nos pide los billetes. Después de mirarlos un rato parecía sorprendido el hombre. Nos comentó que estábamos en primera clase y que el billete era para clase turista. ¡Nuestras caras eran un poema! (nos habíamos colado sin querer) pero como quedaba tan poco para bajar, nos permitió quedarnos donde estábamos. Al marcharse nos empezamos a reír y la señora (italiana) que teníamos enfrente se reía con nosotras por la situación, ¡menos mal que les encantan los españoles!

Transporte

Desde la estación de tren Santa María Novella fuimos al hotel en autobús que nos dejaba delante.  La ciudad está bien comunicada, los autobuses pasan con mucha frecuencia y el tranvía también.

Alojamiento

Nos alojamos en el Hotel savonarola, este hotel era bastante céntrico y nos pareció buena idea para un fin de semana. Resulto ser una muy buena elección, nos trataron genial, respondieron todas nuestras dudas y la habitación era bastante amplia y estaba limpia. No era de un precio muy elevado comparado con otros de la zona. Además, había un supermercado cerca para poder comprarnos algo de cenar ligero, ya que íbamos a comer pizza o pasta a mediodía y había que compensar con las cenas.

Visitando la ciudad

Comenzamos viendo Santa María dei fiore porque es lo que más tiempo nos iba a llevar, la catedral quedaba cerca del hotel (a 20 minutos), así que fuimos andando. De camino nos metimos en una cafetería para desayunar un cornetto y un café que costó solo 2 euros en total, cerca de la catedral.

El duomo es enorme, el exterior de la catedral es precioso y entramos a verla por dentro. Luego subimos a la cúpula, aunque son 500 escaleras, nosotras tuvimos que hacer parones porque con el calor que hacía cansaba bastante.

Después comimos en un restaurante (cerca del footlockers) que tenía menú por 10 euros y nos pedimos pizza y pasta con salsa de funghi para compartir, estaba todo riquísimo.

Dimos una vuelta por el casco viejo y visitamos la plaza de la República. En el mercado vimos Il porcellino que es un jabalí de bronce y lo tocamos para que nos diera suerte.  Bajamos hasta Ponte vecchio y había un puesto de dulces, nos cogimos el famoso canoli siciliano; un dulce relleno de ricota y cubierto de barquillo. ¡Riquísimo!

Encontramos una heladería Festival del gelato que tenía muchísimos sabores y no nos pudimos resistir, el segundo día también fuimos y estaban rodando una telenovela dentro, tuvimos que esperar un ratito para que grabaran la escena y nos dejarán comprar nuestro helado. Otra heladería que tenía mucha cola en el casco viejo era Grom pero tenía 12 sabores o así y no llenaban tanto los cucuruchos así que no fuimos nunca.

En el casco viejo está el mercado central que merece la pena visitar a mediodía para ver como cocinan platos típicos y probar alguno. Nosotras no comimos nada pero me quede con las ganas de probar un bollo de pan que hacían relleno de sopa o algo parecido que tenía muy buena pinta.

Para cenar íbamos a comprar fruta y fiambre al supermercado cerca del hotel. Los italianos se quedaban mirándonos porque éramos españolas y hablamos a un volumen más elevado de lo normal pero a pesar de esto, la gente es muy amable.

Otro de los días fuimos a ver la escultura de Miguel Ángel a la Galería de la academia, donde vimos una copia en la entrada de la misma llena de cagadas de paloma. Llama la atención la plaza signoria en la que está la galería pero sobre todo la fontane dei mostri marini muy bonita y original. La otra galería a la que fuimos es Galería Uffizi para ver el famoso Nacimiento de Venus.

También visitamos la iglesia de santa María Novela un poco más apartada del centro pero que tiene una fachada preciosa y la Piazza de Michelangelo, un mirador desde el que ver las vistas, hay que subir mucho para llegar pero merece la pena el esfuerzo. Ese día comimos cerca de allí en una trattoria.

Florencia es una ciudad genial y ¡volveré seguro!