Prima volta a Ferrara

He descubierto la ciudad a finales de febrero, con la suerte de disfrutar de una jornada relativamente soleada. (El invierno suele ser más duro en esta región, pero yo estoy lejos de ser un caminante blanco).

Es verdad que debido a la situación actual (fin de febrero en la región, cuando todo está cerrado... ) ha sido absolutamente imposible visitar nada, pero la impresión que he tenido de la ciudad me ha gustado mucho.

En general, me gusta la arquitectura del noreste de Italia. 'La guía del mochilero' (un gran compañero de viaje) describe Ferrara como una ciudad de arquitectura romántica, y propone dos itinerarios, el que representa la historia medieval de la ciudad y el que la representa durante el renacimiento.

El camino desde la parada de ferrocarril hasta el centro de la ciudad, el centro histórico, se entiende, ha sido sorprendentemente largo y no me lo esperaba (un poco más largo que hasta Venecia o Treviso en las que la transición es casi inmediata), la distancia se explica por el tamaño de la ciudad que alberga muchos habitantes. Pero, en proporción con Verona, Ferrara está mucho más cerca.

No obstante se llega rápidamente al centro histórico, y es imposible pasarlo por alto gracias al imponente castillo 'd'Este' (imponente es la palabra), de hecho ¡es imposible pasar por alto la parte histórica de la ciudad!

¡Como el castillo estaba cerrado sólo he podido ver el patio, pero volveré a Ferrara aunque sólo sea por visitarlo! Yo estaba decepcionado porque en esta época habría podido asistir al Carnaval del Renacimiento de la ciudad (mencionado por la guía de Routard). Es, en general, una ciudad con una programación muy animada.

Es normal que disfruté de la vista del 'Castello Estense' y de sus fosos en la terraza del "Birraria Giori" bebiendo mi 'caffè d'orzo' antes de salir a explorar la ciudad.

Algunos metros más allá se encuentra la 'Cattedrale di San Giorgio Martire' sobre la 'Piazza Trento', desierta a las 14 horas pero palpitante de nuevo a las 16 horas. Por más que vivo en Padua desde septiembre, el ritmo de esta animación de la multitud en esta ciudad no deja de sorprenderme.

La plaza es inmensa y magnífica. Sobre toda la fachada (en el lado derecho de la Catedral) podemos ver múltiples columnas. Es necesario observar con atención para apreciar un divertido detalle relativo a este surtido de columnas a lo largo del muro. "Surtido", es la palabra exacta, ¡nada regular ni estricto en esta arquitectura! Pienso en los albañiles y o arquitectos que han diseñado y dispuesto los ornamentos así, y me dan ganas de reir. Es poco convencional, esto hace que la Catedral sea aún más única.

Menos conocida que la ciudad de los amantes, y teniendo en cuenta el periodo de mi visita, había, en consecuencia, una presencia turística menor. Las calles estaban muy tranquilas y agradables. El simple hecho de pasear y aprovechar el tiempo de ocio entre dos semestres ha sido verdaderamente relajante. Ningún problema en la cabeza ni ningún pensamiento relacionado con el curso. Sencillamente me he dejado transportar por las callejas de la ciudad.

Guardo un recuerdo muy bueno de esta jornada.

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