Los monumentos medievales del centro
A través de un agradable paseo por la calle Mazzini, llegarás al corazón de la ciudad, anunciado por la campana de la torre de la catedral, que se asoma detrás de una línea de casas en el lado derecho de la calle. Al entrar en la Piazza Trento Trieste, seguramente te sentirás más tranquilo al encontrar un espacio amplio y abierto, después de haber vagado durante algunos kilómetros por el laberinto de las callejuelas de la zona medieval. Esta plaza, antiguamente llamada Piazza delle Erbe, ha acogido durante siglos el mercado de la ciudad. Hoy en día, en cambio, es el escenario de la mayoría de los fascinantes eventos que se celebran en Ferrara. Además, ahí también se organiza en diciembre un mercadillo de gran interés.
En medio de la plaza, se puede ver más de cerca el campanario y la pared donde estaba la entrada lateral de la catedral (Porta dei Mesi), antes de ser destruida en el siglo XVIII. En el lado opuesto, se encuentra el final de la calle San Romano, de la que ya he hablado brevemente en una entrada anterior. Durante la Edad Media, era la principal vía de acceso al centro de la ciudad. A pesar de haber perdido la mayor parte de su encanto original, todavía conserva algunas características de interés, en concreto, la preciosa columna que se encuentra a ambos lados y un montón de tiendecitas interesantes.
Entre la Plaza Trento Trieste y la calle que lleva su nombre, se encuentra la iglesia de San Romano, la cual merece la pena dedicarle unos minutos. Pero la razón no está en sus valores arquitectónicos, que son insignificantes, sino en el Museo de la Catedral. De hecho, esta interesante colección conserva una serie de maravillosas decoraciones esculpidas, que datan del siglo XII y que anteriormente se encontraban en la ya mencionada Porta dei Mesi. Por esta razón, representan las actividades que tradicionalmente se realizaban a lo largo del año. Además, en el museo también podemos ver preciosos tapices realizados por los artesanos del duque bajo la supervisión de un maestro flamenco.
Al volver a la Piazza Trento Trieste, podrás dirigirte hacia el final de esta plaza y encontrarás el antiguo palacio del duque, que actualmente es el edificio del ayuntamiento. Se remonta al siglo XIII y fue residencia de la familia Este hasta principios del siglo XVI. Siguiendo el conjunto del edificio, llegarás a una amplia galería situada justo enfrente de la catedral. Merece la pena avanzar unos pasos hasta la acogedora Piazza Municipale. Así no solamente podrás contemplar la plaza, que una vez correspondía al patio del palacio del duque, sino también podrás apreciar la magnífica escalera construida en el siglo XV.
Al volver la vista atrás, la catedral se verá en todo su esplendor con su magnífica fachada. Aunque lleva sobre todo rasgos del estilo románico, la iglesia es el resultado de una mezcla de varios períodos artísticos. De hecho, su construcción se inició a principios del siglo XII y se concluyó solo unas décadas más tarde, cuando ya predominaba el estilo gótico. Lo más interesante de la catedral es seguramente las fascinantes esculturas que se encuentran en la fachada, en particular la del Día del Juicio, situada en la parte superior de la galería central. La torre, en cambio, fue construida en el siglo XVI, probablemente por uno de los arquitectos más famosos de la época, Leon Battista Alberti, siguiendo un proyecto del arquitecto local Biagio Rossetti. Construida en mármol blanco y rosa, es un ejemplo característico del estilo del Renacimiento. En el interior de la iglesia se encuentran las magníficas pinturas de Benvenuto Tisi da Garofalo, Scarsellino y Guercino, además de la tumba del Papa Urbano III, enterrado en la catedral tras su repentina muerte en Ferrara en 1187.
Al salir de la catedral, enseguida llegarás a otro símbolo de la ciudad: unos pasos por el Corso Martiri della Libertà, te llevarán frente al Castello Estense. Es interesante también observar que a la izquierda, se encuentra la peculiar estatua que representa a Girolamo Savonarola, un personaje característico del siglo XV, nacido en Ferrara en 1452. Una pequeña placa, situada en el parapeto que da al foso, conmemora la masacre de un grupo de ciudadanos que en 1943 fueron ejecutados por los fascistas en aquel punto.
Este dramático episodio también ha sido el origen de una película llamada La lunga notte del '43, rodada precisamente en el centro de Ferrara. De vuelta a la plaza Savonarola, es el momento de echar un vistazo más de cerca al castillo. Después de cruzar el arco que une el edificio con el palacio del duque, encontrarás la entrada a la fortaleza, construida a finales del siglo XIV con el fin de proporcionar a los duques un refugio seguro en caso de revueltas populares. Durante los siglos siguientes, el castillo comenzó a ser el centro de la corte de Este, adquiriendo entonces un aspecto menos amenazador. Se puede visitar parte de la fortaleza, para admirar el precioso patio cuadricular, las salas interiores decoradas con maravillosos murales, pero también la antigua prisión donde solían encarcelar a los conspiradores o a los traidores.
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