Ferrara: bellezas medievales (1)

Para una visita guiada por esta maravillosa ciudad, pensé que sería mejor si seguimos el desarrollo histórico de la estructura urbana. En nuestra ruta hacia Ferrara, primero descubriremos las bellezas medievales, luego iremos al centro de la ciudad y finalmente terminaremos con la elegante zona del Renacimiento. Un excelente punto de partida de nuestro recorrido sería la Piazza Travaglio, una amplia plaza que carece de cualquier tipo de interés cultural, pero que se caracteriza por estar situada junto a un amplio aparcamiento, conocido como Piazzale Kennedy. Después de cruzar la plaza, el enorme Corso Porta Reno te llevará hacia el centro de la ciudad. Sin embargo, las calles se vuelven más estrechas, lo que demuestra que estás adentrándote en la zona medieval de la ciudad.

A tu izquierda encontrarás la primera de las muchas iglesias que se encuentran en el centro, la iglesia de San Paolo. Este impresionante edificio fue construido a finales del siglo XVI, después de que el terremoto de 1570 destruyera el antiguo lugar de culto. Y como si fuera cosa del destino, la iglesia está actualmente cerrada, debido a las obras de restauración después de que otro terremoto (2012) la deteriorara gravemente. Por eso, no podrás (al menos por un tiempo) admirar las preciosas obras de arte y los murales que se conservan en el interior.

Después de volver hacia Corso Porta Reno, girarás a la derecha en una calle estrecha, la calle delle Volte. Desde fuera no te parecerá muy atractiva, pero es una de las atracciones más características de la ciudad, un tesoro único (al menos para los que sí sepan apreciarlo). Se caracteriza por una serie de arcos (llamados "volte") que conectan los edificios a ambos lados de la calle, como si fuera una galería aérea. En esta zona, que era el centro de la ciudad en la Edad Media, se realizaban la mayor parte de las actividades comerciales. La razón de este camino fue probablemente la necesidad de conectar las casas de los comerciantes con los almacenes situados en el lado opuesto. Sin duda, uno de los rasgos más atractivos de la calle delle Volte es su ambiente mágico, una mezcla de tranquilidad y misterio.

Una vez que llegamos al final de esta calle, giramos a la derecha y después de unos metros a la izquierda y nos encontraremos en la calle Carlo Mayr, una de las principales de la parte antigua de la ciudad. Después de andar por ahí un rato, giraremos a la derecha por la calle del Cammello. Nos encontramos en pleno centro de la zona medieval, donde predomina el silencio y la paz de las calles muy pocas veces se rompe por el paso de un coche. Al salir de la calle del Cammello en dirección a la izquierda, a la calle Beatrice II d'Este, llegaremos a una de las joyas de la ciudad antigua, el monasterio de San Antonio en Polesine. Fundado a finales del siglo XII por la beata Beatriz d'Este, originalmente estaba situado en una isla en medio del antiguo caudal del río Po. Además de una particular atmósfera de paz y encanto, ahora ofrece una serie de elegantes murales del siglo XIII, un precioso claustro y la tumba del fundador. Si por casualidad visitaras San Antonio en Polesine en primavera, no te pierdas el espectacular crecimiento del cerezo, que se encuentra frente al monasterio: una lluvia de flores de rosas hace que el lugar sea más encantador.

La elegancia es la característica principal del Palazzo Costabili, un precioso palacio diseñado por Biago Rossetti, el arquitecto más famoso de la historia de la ciudad. El edificio acoge actualmente el Museo Arqueológico Nacional, que conserva una amplia colección de reliquias que se remontan a los siglos V y VI a. C., y que se encontraron en la zona costera de la provincia de Ferrara, y que corresponden probablemente a la antigua ciudad griega o de origen etrusco de Espina. Entre los hallazgos más interesantes se encuentran los jarrones griegos que representan escenas mitológicas.

Al girar a la derecha y después a la izquierda por la calle XX Settembre, nos encontraremos recorriendo el antiguo cauce del río Po (por eso la calle antes se llamaba calle de la Ghiara, que significa "gravilla"), que solía fluir en esta zona hasta que en el siglo XII cambió completamente. Entonces, esta era la parte más concurrida de la ciudad, donde el muelle del río era el centro de las actividades comerciales. Al girar a la derecha en el barrio de Alfonso I d'Este, llegarás al edificio más emblemático de aquella época de Ferrara: la iglesia de San Giorgio.

Está situada a orillas del río Po di Volano, un segundo tramo del río Po. La iglesia no está rodeada por las murallas de la ciudad, que fueron construidas en el siglo XV. Aunque su aspecto actual es el resultado de la reforma que se realizó en el siglo XVI, el origen se remonta al siglo X y fue la primera catedral de Ferrara. Su elegante fachada presenta el típico estilo renacentista, así como el campanario, que con su imponente presencia refuerza el carácter sagrado del lugar. Está situada en una zona muy alejada de la ciudad y, aunque puede que haya perdido parte de su importancia, sigue siendo un lugar ideal para descansar y disfrutar de una visita interesante.

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