El gueto judío

Dejamos nuestro itinerario en Palazzo Paradiso, desde allí pasando por Via Scienze, llegaréis al antiguo gueto judío. Si vais por la primera calle a la derecha (Via Carbone), os sumergiréis en un laberinto de callecitas bastante similar a la parte medieval. La diferencia principal es que esta fue la zona a la que, los ministros del Papa, enviaron a los judíos cuando tomaron el control de Ferrara en 1598. Bajo la dominación de la familia Este, existía una gran comunidad judía en la ciudad que se beneficiaba de la actitud liberal de los duques, quienes además de tolerar su presencia, ofrecían protección a los que habían sido expulsados de sus países, incluyendo a miembros de los actuales España, Portugal, Alemania y otras ciudades italianas. Como consecuencia la comunidad judía creció muchísimo. En el siglo XVI llegó a reunir 2000 miembros, cuando la población total eran unas 3 5000 personas. Como ya he mencionado, las cosas cambiaron radicalmente al término del ducado.

Al llegar al final de la Via delle Volte, que ya he descrito anteriormente, tendréis que girar a la derecha hacia la Via Ragno, y una vez más, unos metros más adelante, en Via San Romani. Andaréis muy poquito por esta calle, ya que tendréis que girar a la derecha de nuevo por la Via Vignatagliata. De ahí en adelante ya andaréis por las calles del antiguo gueto, la zona, que originalmente estaba limitada por cuatro puertas de hierro, donde habían vivido los judíos durante más de dos siglos (desde el año 1627 al 1861, con alguna que otra interrupción). Andando por la calle, veréis edificios del siglo XIV, algunos con decoraciones muy bonitas. Pasaréis por la Piazzetta Lampronti (su nombre es en honor a uno los miembros más ilustres de la comunidad judía) y llegaréis a otra calle muy característica, la Via della Vittoria. No olvidéis mirar a vuestro alrededor y fijaros en los frisos de hierro forjado de los balcones que adornan las casas.

Una ves que lleguéis al final de la calle, estaréis en Via Mazzini, una de las calles principales del centro. Hay muchas tiendas de ropa moderna, pero también algunas más tradicionales de gran interés. También hay cafeterías, cuya parte exterior literalmente invade la calle, lo que contribuye a que se cree una atmósfera con mucha vida, la convierte en una zona única. Aunque en esta mezcla de riqueza y tranquilidad, aún se pueden ver trazas del dramático pasado del lugar. Algunos pasos a la derecha, veréis el edificio número 95 de la calle. Aunque a primera vista puede parecer una casa normal, en realidad fue la entrada a la sinagoga, el lugar de culto para la comunidad judía local desde finales del siglo XV y de hoy en día. Junto a la entrada, hay dos placas conmemorativas en honor a los 156 judíos que fueron deportados a los campos de concentración alemanes en 1944. Tan solo 5 de ellos lograron volver a Ferrara. Además de sinagoga, el edificio también alberga el Museo Judío, donde se conservan documentos antiguos, decoraciones y objetos litúrgicos. Es posible visitar tanto la sinagoga como el museo teniendo en cuenta las limitaciones que se ponen durante las oraciones.

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