Key West: El punto más al sur de Estados Unidos.

Continuando mi última entrada sobre Eckerd College y el Museo Dalí, al día siguiente de visitar el museo nos preparamos para un viaje de más de 5 horas a Cayo Largo, uno de los lugares más al sur de los Estados Unidos.

Cayo Largo o más conocido como Key West, es un lugar muy turístico, sobre todo por estudiantes de todo el país durante las vacaciones de Spring Break.                  

Ellos suelen ir a Key Largo o a Cancún en México, son muy predecibles estos yanquis.     

En un principio yo no sabía que iríamos a este sitio. Mi amiga no me comentó absolutamente nada o al menos no recuerdo que lo hiciera.                                         

Yo tenía entendido que estaríamos únicamente en su campus y en la ciudad de Tampa, y que quizás iríamos en tren a Miami porque está como a unas 2 horas desde St. Petersburgo.       

He de decir que su campus es enorme, justo a las orillas del mar y parece más una pequeña ciudad paradisiaca que un campus universitario.                                        

http://www.schoolcampus.org/colleges/what-are-the-top-5-college-campus-tours/       

Hay menos de 300 estudiantes y todos son muy bohemios. Suelen ir con longboard a los diferentes aularios y más de uno anda descalzo por el campus.       

https://www.youtube.com/watch?v=y-T5jd6N0CI                                                           

Fue algo que sorprendió bastante porque en mi Universidad eso sería inaceptable (más que nada porque en invierno hace mucho frío y nadie sería capaz de ir descalzo). Aquí en España a la Universidad normalmente se suele ir bastante bien vestido, e incluso si vas con chandal a veces incluso te miran mal (me ha pasado muchas veces, doy fe).                   

Pero en fin, Eckerd College era un pequeño mundo diferente del resto y me encantaba.        

Bueno, volviendo al viaje hacia Key West, sinceramente se me hizo eterno. Normalmente estoy acostumbrada a los viajes largos en coche porque todos los años voy con mis padres a Marruecos desde Madrid en coche, y eso son unas 7 horas de viaje. Y no sólo eso, sino que una vez en Marruecos tenemos que ir desde Tánger, que es donde viven mis abuelos paternos, hasta Casablanca, que es donde viven mis abuelos maternos; y eso son otras 4 o 5 horas más. Y llevo haciendo eso durante 22 años.                                                          

Pero a pesar de estar acostumbrada a los largos viajes en coche, esta vez no dejaba de preguntar cuánto quedaba para llegar porque ya no podía sentir ni las piernas ni el trasero.   

La ruta a seguir para llegar a Key West en cambio era muy amena. Las vistas del océano eran preciosas, y es que para llegar a Cayo Largo, sólo hay una carretera que va uniendo las diferentes islas de la punta de Florida hasta llegar a la última.       

La mayoría de esas islitas no están habitadas o simplemente hay gasolineras para que la gente pare a repostar. Y en otras en cambio sí que están habitadas, pero sólo por turistas.   

http://www.fla-keys.com/photoadventure/photographers.cfm?view=rob-oneal           

De verdad que era impresionante. Incluso hubo un par de veces que vimos delfines saltando por ahí.                                                                                                            

Durante las 5 horas de viaje sólo paramos una vez, que fue para repostar y comprar un helado de Oreo.                                                                                                       

He de decir que jamás en mi vida había probado un helado o una tarta de Oreo, sólo lo había visto fotos en Internet y a veces pensaba que sólo era un bulo y que era un montaje con Photoshop. Pero estaba totalmente equivocada, sí que existían, y estaban muy buenos.      

Mis ojos no daban crédito cuando vi el helado en el frigorífico de la gasolinera. Y pensaréis que le estoy dando demasiada importancia, pero de verdad que me puse como loca y a punto estuve de comprarme una docena de ellos.                                 

El helado de Oreo sabe exactamente a Oreo, pero frío y menos crujiente. Me encantó sobre todo el relleno. Sabía a los smoothies de Oreo que suelen vender en el Vips.                 

Después de que rellenáramos el coche de gasolina continuamos con el viaje y aproveché para echarme una siesta porque casi siempre después de comer algo me entra el sueño.                 

En un par de horas más llegamos a nuestro destino, pero antes de ir a la casa que habíamos alquilado, pasamos por el Walmart, que es un supermercado enorme muy conocido en Estados Unidos.                                                                                          

Mi mejor amiga y yo somos super vagas y al ver lo grande que era el sitio cogimos el carrito ese que son para minusválidos, con la cestita delante.                                      

http://www.solostocks.com/venta-productos/motos-electricas/scooter-electricas/carrito-para-discapacitados-electrico-7608651                                              

Técnicamente sólo pueden cogerlo los minusválidos, pero a mi amiga le dio igual y me aseguró que ella siempre hacía eso y que nunca le habían echado la bronca. Me daba cosa hacerle caso porque a lo mejor ese día era nuestro día de mala suerte y al final nos echarían la bronca o incluso multarían, y tampoco quería subir a eso porque a lo mejor algún minusválido venía y lo necesitaría para comprar.                                

De todas formas mi amiga lo cogió y me dijo que ella tenía una minusvalía y que era ser demasiado vaga.                                                                                                    

Con un poco de desgana acabé subiendo yo también y la verdad que no me arrepiento para nada, me lo pasé pipa.                                                                          

Íbamos las dos de un sitio a otro subidas en esa cosa como mongolas y riéndonos cada vez que dábamos un giro a lo Fernando Alonso en Fórmula 1.                             

Además de hacer un poco el bobo también aprovechamos para hacer la compra, y también aproveché para mirar los precios y compararlos con los de Francia o España.                 

Antes que nada decir que el Walmart es conocido por ser un supermercado “low cost”, pero eso no significa que la calidad sea mal.                                                     

https://conchscooter.blogspot.com.es/2011/10/walmart-in-rockland.html?m=0           

Más o menos los precios eran los mismos, salvo los precios de los productos frescos y ecológicos que estaban por las nubes y eran el doble o hasta el triple de caros comparados con los de España.                                                                   

Creo que es porque los productos frescos no se consumen mucho en los Estados Unidos y es por eso que los precios están tan inflados. Pero yo creo que si los precios fueran más bajos los estadounidenses dejarían de comer tanta comida basura y rápida y empezarían a cuidar más su dieta a base de productos frescos.      

Al final acabamos comprando poca cosa, unos cuantos plátanos, fresas, huevos, leche y unos cuantos paquetes de mac and cheese.                                                  

El mac and cheese es literalmente macarrones con queso. Vienen en un paquete de cartón sin cocinar, con una bolsita de queso en polvo. Hay paquetes con quesos diferentes como queso parmesano o queso emmenthal.                                               

Hay de diferentes marcas y tamaños, pero los más popular en estas tierras son los de la marca Annie y Kraft. El precio cambia según la marca (como con todo) pero en general es barato, y un paquete da para dos personas.                                               

https://mygreenmisadventure.wordpress.com/2012/05/23/annies-vs-kraft-smackdown/

Cuando acabamos nos dirigimos a la caja y vi como la cajera nos miraba mal porque íbamos en el cochecito ese de minusválidos, así que le dije a mi amiga que cuando dejásemos el carrito en su sitio hiera como que me ayuda a levantarme porque era coja o algo.             

A pesar de mi perfecta interpretación de coja, hubo una anicana que nos miró super mal y que se veía que tenía toda la intención de venir a echarnos la bronca pero justo cuando la vimos acercarse decidimos salir pitando del supermercado.        

Total, después de echarnos unas risas volvimos al coche y nos fuimos a la casa, que estaba a una media hora de ahí.                                                                                   

Al llegar nos perdimos un poco porque no sabíamos exactamente qué casa era la nuestra y tuvimos que llamar a otra amiga para que nos diera las indicaciones; y tras varios minutos buscando la casa, dimos con ella.                                                          

Por fuera era un conjunto de chalets adosados de tres plantas bastantes monos. Cada chalet tenía dos plazas de aparcamiento bastante amplíos y un garaje.           

Pero por dentro la cosa cambiaba a mejor                                                                

Por desgracia se me pasó totalmente hacer fotos (creo que era porque durante mi estancia en USA intenté desconectar del mundo exterior) pero intentaré contaros con detalle cómo era la casa.                                                                                                

La primera planta era un poco simple. Nada más entrar había un largo pasillo con puertas a los lados que daban a diferentes habitaciones. El pasillo no era ni muy estrecho ni tampoco amplio, pero lo suficientemente espacioso para no sentir claustrofobia mientras andabas.   

La primera habitación era una bastante amplia con una cama doble, un gran escritorio, estanterías llenas de libros, un armario doble y una ventana enorme desde el techo hasta el suelo que daba al aparcamiento.                                                         

Delante de esa habitación estaba el primer baño. El baño era completo, con un lavabo, el WC, y una ducha un poco pequeña; pero era suficiente para los que estarían en la planta baja. 

Al lado del baño, justo debajo de las escaleras, había un hueco en la que habían metido una lavadora y una secadora y varios botes y cajas de detergentes y suavizantes. El hueco podía taparse con unas puertas correderas echas de madera, que quedaban a juego con las puertas de las habitaciones y del baño.                        

Ya al final de pasillo a la izquierda había otra habitación, pero esta sin embargo no era tan amplia como la primera. La cama era grande y tenía televisión, pero no tenía absolutamente ninguna ventana, sólo había un hueco en el techo para la ventilación y ya.                    

A continuación, subiendo las escaleras (que estaban muy bien decoradas con cuadros del mar y caballitos de mar, con las paredes pintadas de un azul suave cielo) estaba el gran salón, la cocina, el tercer baño y dos terrazas.                                 

El salón y la cocina eran al más puro estilo americano. Una cocina abierta que daba al salón unidos por una pequeña isla donde sentarse alrededor o incluso cocinar en ella.                    

La cocina era bastante espaciosa para poder estar cuatro personas sin golpearse al girarse para coger algo.                                                                                                  

Al lado de la cocina estaba el segundo baño, con ducha también. Y detrás de la cocina había otra puerta que daba a una pequeña terraza. Esa terraza daba a la fachada principal de la casa, donde los coches estaban aparcados.                            

El salón se basaba en dos grandes sofás, una mesa baja entre ambos sillones y un televisor de plasma bastante grande. Uno de los sofás era sofá-cama, que fue en el que dormimos mi amiga y yo. En el otro sofá durmió otro amigo con el que fuimos.     

Detrás del segundo sofá había otra terraza, pero esta era mucho más espaciosa que la anterior en la que podíamos entrar unas 6 personas fácil. La terraza daba a la parte trasera y había un pequeño patio al que se accedía bajando unas escaleras. Pasado el patio había una gran piscina que se compartía con el resto de las casas, que formaban un circulo alrededor de la piscina.                                                           

Pero la piscina no era la típica con cloro, sino una piscina natural que parecía más bien un pequeño lago.                                                                                                  

Todo era preciosísimo y con un aire muy tropical. Una vez incluso vimos una iguana merodeando por ahí.                                                                                               

Subiendo al último piso había una habitación muy espaciosa, con una terracita incluida, en la que dormirían la mejor amiga de mi amiga y su novio. Se quedaron con la habitación más grande porque ellos habían sido los que habían planeado todo el viaje y habían reservado la casa.                                                                                

En el tercer piso también había un tercer baño más amplio que los otros dos, y por último, al final del pasillo, había otra habitación con dos camas y una gran terraza que daba al pequeño lago en el jardín trasero.                                               

En total en la casa seríamos 13 personas.                                                                    

Algo muy típico en los Estados Unidos es alquilar casas en la costa con varios amigos para que así el precio del alquiler se divida más y salga más barato para todos. Es por eso que éramos tanto, porque alquilar una casa en Key Largo es bastante carito.                

Tras hacer un pequeño tour por la casa, cada uno empezó a colocar sus cosas en sus respectivas habitaciones (mi amiga y yo simplemente dejamos las maletas en una esquina del salón) y después nos fuimos a dar una vuelta por los alrededores de la urbanización.

Todas las casas eran para alquilar y cada una tenía un pequeño coche de estos que se usan para el golf para poder dar vueltecitas por toda la urbanización porque era bastante grande. 

http://www.carcanyon.com/lifted-club-cool_iiJnybr7ctx9RqpNoNJFMhXYg0xx6s469GAW9HkvRyQ/                                    

A las afueras de la urbanización, que estaba justo al lado del mar, había un pequeño camino en plan tipo muelle en el que cabían dos personas juntas andando sobre el mar que te llevaba a una pequeña isla construida con troncos de madera en la que había un banco para mirar el atardecer o el amanecer. Super romántico. Lo malo fue que mi amiga y yo nos enteramos de ese sitio tan especial justo la última noche antes de irnos, pero aun así las vistas del océano con la luna sobre él fueron preciosas.                                        

Después de que todos recorriéramos cada rincón de la urbanización, mi amiga y yo nos colamos en la parte trasera de una de las casas más lujosas. A ver, no es que nos coláramos en sentido literal, sino que vi un camino que llevaba hacia esa dirección y como no estaba vallado ni ponía ningún cartel de no pasar sin autorización pues entré pensando que habría una pequeña playa para todos los de la urbanización. Y me encontré con esto.         

Esto era la parte trasera de una de las casas. Teniendo un jardín así, yo me quedaba para el resto de mi vida.                                                                                              

Después de quedarnos un rato embobadas mirando el jardín, volvimos a la casa y nos preparamos la cena, unos mac and cheese de la marca Kraft mientras veíamos una peli.     

Era la primera vez que los probaba y mis expectativas eran bastante altas porque mi amiga me había dicho que estaban buenísimos. Y no se equivocaba. Estaba de rechupete.  

Tras acabar de cenar, todos propusieron jugar a un juego de beber con las cartas, y nosotras nos unimos a ellos.                                                                  

El juego consistía en que cada carta significaba una cosa y dependiendo de cual sacarás tenías que hacer algo. Es un juego bastante típico y popular entre los jóvenes que yo no conocía, la verdad.                                                                          

Antes de llegar a la casa, la mayoría de ellos habían comprado un montón de botellas de alcohol que en verdad al terminar la semana no se habían terminado ni un cuarto.        

Me llevé una pequeña decepción respecto a eso porque siempre pensé que los americanos se montaban unas fiestas legendarias, pero durante mi estancia en Florida a penas nos bebimos.                                                                                         

Quizás fue porque todos eran mayores que yo y eran más “maduros” y lo que buscaban era unas vacaciones tranquilas para pasarlas con sus respectivas parejas. 

De todas formas esa noche jugando a las cartas estuvo entretenido. Además en la casa también teníamos una Wii y el juego de Mario Cars, así que después de terminar con las cartas nos pusimos en grupos para jugar a la Wii y ver quién era el mejor (yo acabé siendo la peor, pero he de decir que fue porque no estoy acostumbrada a jugar a la Wii, yo soy más de PlayStation).                                          

Más tarde, cuando ya todo el mundo se fue a dormir, mi amiga y yo nos quedamos un rato hablando en la terraza con las vistas al lago contando anécdotas que nos habían pasado desde que no nos veíamos.                                                                

A pesar de estar siempre hablando por el Whatsapp, siempre tenemos algo que decirnos y nunca nos aburrimos, sobre todo si estamos solas.                                      

Al día siguiente, nueve de nosotros decidimos ir todos juntos al centro de la ciudad para hacer un poco de turismo y luego a la playa.                                                       

No recuerdo el nombre de la playa pero no me gustó mucho. La arena era muy gruesa y apenas había orilla. Respecto al mar, era bastante cálida, podría incluso afirmar que la temperatura del agua sería unos 20º grados fácilmente.                       

Tras de unos largos chapuzones, nos fuimos al punto más al sur de los Estados Unidos, literalmente. Hay un monumento y todo y todo el mundo que estaba ahí quería sacarse una foto al lado de eso.                                                                          

https://www.pinterest.com.mx/pin/302374562464379060/                                           

En un principio no me apetecía hacer la cola porque era enorme, pero al final decidí ponerme porque estaba casi segura de que no volvería a estar ahí, pero por suerte el tiempo pasó rápido y nuestro momento para sacarnos la foto llegó.                            

La verdad que fue emocionante pensar que estábamos a menos de 150 kilómetros de Cuba, tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.                                                           

Después de hacernos la típica foto turística, dimos una vuelta por el centro de la ciudad de Key Largo.                                                                                                      

Sinceramente me gustó muchísimo. Todo estaba lleno de estudiantes pero también de familias con sus hijos y parientes. Se notaba que era una ciudad 100% turística. Además, las tiendas de los alrededores vendían camisetas con el logo Spring Break escrita en ellas. Merchandasing a tope.                                                                          

Una cosa que vi que me pareció super curioso fue que uno de los bares de la ciudad estaba empapelado de billetes. No sólo de dólares pero también de otros billetes del mundo.        

Al verlo, instintivamente intenté coger un billete de una de las paredes pero se acabó rasgando por la mitad, y es que es casi imposible conseguir algún billete sin dañarlo, porque estaban grapados y pegados con pegamento a las paredes.                            

Cuando empezó a anochecer, nos fuimos a un restaurante super bonito, parecía que estábamos en Hawái. Mi amiga y yo decidimos compartir dos platos porque no nos decidíamos por una sola cosa. Eso es lo mejor de tener buenos amigos, que siempre puedes compartir las cosas.                                                                                           

Ah, otra cosa que nunca entenderé es lo de las propinas. En Estados Unidos es de muy mala educación no dejar propina. Normalmente, dependiendo de la cantidad a pagar, se deja un 5% un 10% o hasta un 15% del total de la factura. Y, al parecer, esto se debe a que el sueldo fijo de los camareros es muy bajo y las propinas lo compensan.                              

Si no dejas propina es porque eres muy cabrón o porque el camarero es realmente malo. ¡Y ni eso! Por muy malo que sea tienes que dejar algo por narices.                   

Y digo que es algo que no entiendo porque en España no estás obligado en absoluto a dejar propina.                                                                                                               

Por muy bueno que sea el servicio y la comida, si no te da la gana, pues no dejas propina y punto. El camarero no te insultará a la espalda porque normalmente a ellos ni les viene ni les va.                                                                                                       

Pero obviamente si dejas algo pues siempre te lo agradecen.                                      

Una vez después de haber pagado la cuenta nos fuimos corriendo a un bar donde unos amigos de una de las amigas de mi amiga daban un pequeño concierto, y a partir de las 9 de la noche empezaban a pedir el carnet de identidad.                      

Algo que no sabía es que a partir de las 9 de la noche para entrar a un bar o un establecimiento donde se vende alcohol hay que enseñar el carnet de identidad porque sólo se está permitido entrar a partir de los 21 años.                                         

El problema era que yo tenía 20 años y el resto tenían de 21 años en adelante. Por eso queríamos llegar antes de las 9 y así me dejarían pasar sin problemas.                

Desgraciadamente llegamos casi a las 10 de la noche y cuando llegamos al bar ya había un portero parecido a un gran gorila delante de la puerta revisando los carnets de identidad.     

Mi amiga me aseguró que si no me dejaban pasar nos iríamos a otro sitio, pero cruzamos los dedos para que no se diera cuenta, porque técnicamente ese año iba a cumplir los 21 pero no lo haría hasta Octubre, y estábamos en Marzo.                        

Pero ese día estaba de suerte. La fecha en Estados unidos se suele escribir primero el número del mes, seguido del número del día y luego el año, no como en Europa que es primero el día, seguido del mes y por último el año.                                           

En mi carnet de identidad mi fecha de nacimiento era 02/10/1994, o sea el 2 de Octubre de 1994. Pero el portero entendió Febrero el 10 de 1994.                          

Cuando el portero me cogió el carnet se quedó mirándolo un rato, supongo que fue porque era un DNI español y quería asegurarse de que era verdadero y no uno falso para poder colarme. Al ver que tardaba mucho mi amiga me dio un codazo y me dijo que sonriera y eso hice. Y después el gorila me dijo que pasara. Pero para mi amiga la cosa se complicó.         

Ella tenía ya 21 años y ese año en Mayo iba a cumplir los 22 años, pero al parecer el portero no se lo creía por lo que le pidió que le enseñara otro carnet donde figurase su nombre y una foto que la identificase, así que ella le enseñó su carnet universitario. Y ni así le dejó entrar. Además del carnet universitario le pidió que le enseñara una tarjeta de crédito o su carnet de conducir, y eso hizo. Y ya por fin le dio el paso.                                

Por un momento pensamos que nos quedaríamos fuera.                                             

Al entrar en el bar el ambiente era bastante acogedor, no estaba muy lleno de gente pero tampoco estaba vacío. Había una gran barra donde la gente se agolpaba para pedir copas, una gran pista de baile y luego un escenario donde tocarían diferentes grupos durante toda la noche.                                                                                        

Mi amiga y yo, que somos muy marchosas, nos pusimos directamente a bailar con cualquier canción que ponían, y recuerdo que mucha gente se quedaba mirándonos.

Una cosa que nos pasó que me dejó flipando fue que una mujer vino con su hijo de casi 30 años pidiéndonos que si alguna de nosotras quería enrollarse con su hijo. Me quedé sin palabras y lo único que pude gesticular a duras penas fue una risita ansiosa. Y luego me di la vuelta y seguí bailando mientras me alejaba de esa mujer y su extraño hijo.                     

Pero eso no fue todo. Pasados unos minutos, vino otro chico, esta vez un poco más joven pero un poco demasiado borracho diciéndonos que éramos preciosas y que si podía bailar con nosotras. Mi amiga en ese momento se puso firme y le dijo que no se fuera a otra parte a molestar a la gente y que nos dejara tranquilas.                        

También pude ver por el rabillo del ojo como los amigos de mi amiga se daban cuenta de la situación y estoy segura de que se habrían involucrado de haber ido la cosa a peor. Pero por suerte el chico se quedó sin palabras y se fue por donde vino.

Después de eso se me fueron un poco las ganas de seguir bailando porque no me apetecía que viniera gente extraña a declararnos tan directamente sus intenciones, pero mi amiga intentó relajarme y hacerme sentir más cómoda así que después de salir a fumarnos un pitillo ya me relajé.                                                                           

Por cierto, si sales de un bar normalmente no te dejan volver a entrar, pero al parecer le caímos bien al portero y nos dijo que no pasaba nada pero que no tardásemos mucho o sino no podríamos volver a entrar.                                               

En fin, el día en total podría resumirlo en que fue bastante entretenido, incluso a pesar del pequeño altercado que tuvimos durante la noche en el bar.                          

Al terminar el concierto, la gente del bar empezó a echar a la gente porque iba a cerrar y nosotros nos fuimos a casa.                                                                             

Al llegar ahí nos pusimos el pijama y preparamos la cena, una ensalada ligera porque ya habíamos comido en el restaurante y tampoco teníamos mucho hambre.

Al poco rato de empezar a comer, volvió a casa otro amigo y estaba bastante borracho. Al parecer se había pasado bebiendo y para volver a casa tuvo que pedir un taxi.                 

Después de meterle en la cama con mucho esfuerzo porque no se estaba quiero, todos nos fuimos también a la cama a descansar porque estábamos muy cansados y al día siguiente mi amiga y yo junto con otra pareja iríamos a un arrecife de corales para pasar el día.              

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