Eckerd College y Museo de Dalí
Uno de los Estados más conocidos de los Estados Unidos es la soleada Florida.
El Estado de Florida está situado al sureste del país, rodeado por el océano Atlántico y el Golfo de México. Las ciudades más conocidas y visitadas de Florida son:
- Miami, la ciudad del sol.
- Orlando, la ciudad de los parques atracciones (hay podréis encontrar el Disney World o el World of Harry Potter, entre otros).
Pero no mucha gente conoce St. Petersburgo. Está entre Miami y Orlando, al suroeste de la puntita del final del Estado de Florida.
http://www.city-data.com/city/St.-Petersburg-Florida.html
Hace un par de años tuve la oportunidad de poder viajar ahí y pasar 10 días con mi mejor amiga.
Gracias al Erasmus en Amiens que hice, conocí a esta chica americana y en muy poco tiempo nos hicimos muy amigas. Desgraciadamente, ella sólo se quedó el primer semestre y el segundo semestre me quedé un poquito sola.
Pero lo bueno que tiene el Erasmus es que los amigos que haces son para toda la vida, y ese fue el caso de esta chica.
Durante el segundo semestre, los estadounidenses tienen unas vacaciones llamadas Spring Break, que podría decirse que es como la Semana Santa para nosotros, un respiro en mitad del semestre para poder viajar un poco y olvidarse de que a la vuelta hay que entregar 4 trabajos, hacer 2 presentaciones y 7 exámenes.
El Spring Break es a mediados de Marzo, y mi amiga tenía un plan con sus otras amigas para ir a Cayo Largo (Key Largo), que es la ciudad más al sur de los Estados Unidos. Lo que pasa es que todas sus amigas iban a ir con sus parejas menos ella que estaría de sujeta velas para todos, así que me propuso si querría pasar esos días con ella.
A pesar de que la idea me seducía bastante, estaba un poco justa de dinero (sí, siempre ando justa de dinero, por algo soy estudiante) y no podía permitirme el lujo de gastarme más de 500 euros en un viaje a Estados Unidos. Pero finalmente consiguió convencerme, más que nada porque pagaríamos el viaje a pachas.
La noche anterior al día en el que tenía que ir al aeropuerto de París Charle de Gaulle me puse a hacer la maleta. Por suerte me había traído varios pantalones cortos y camisetas de verano a pesar de que en Amiens la mayor parte del año hace frío, así que me alegré de poder utilizar esa ropa y de haberla traído.
Cuando llegó el día del viaje, decidí ir con mucha antelación por si tenía problemas en llegar hasta el aeropuerto. Nunca había ido a París CDG así que no conocía el camino y tenía entendido que era bastante largo, porque tenía que coger un tren a París, y de ahí el RER a París CDG, y luego encontrar mi puerta de embarque porque el aeroupuerto era enorme.
http://www.france-hotel-guide.com/en/blog/from-charles-de-gaulle-airport-to-paris/
Después de casi 3 horas desde que salí de la residencia por fin llegué al aeropuerto.
No tuve ningún problema a la hora de pasar por el control de aduana y me fui a esperar delante de la puerta donde entraríamos al avión.
A pesar de haber salido de casa con muchísima antelación, llegué justísima de tiempo y en ese momento ya había una cola enorme delante de la puerta.
Al entrar al avión y sentarme en mi asiento me quedé de piedra. Era diminuto, apenas me entraban las piernas.
Soy una persona con las piernas bastante largas y no soporto cuando los asientos están tan juntos porque se me entumecen las piernas y luego no hay quien me saque de ahí.
Lo peor de todo es que con lo asquerosamente tímida que era, no pedí a las azafatas si podían hacer el favor de cambiarme de sitio porque era realmente incómodo el que me había tocado.
Pero en fin, eso me pasa por ser tan tímida, qué se le va a hacer.
Como sabréis, para los viajes de larga distancia los aviones tienen pantallas en los asientos para poder ver películas, series, jugar, o escuchar música.
http://aeroasturias.blogspot.com.es/2013/06/aviones-330-de-doble-pasillo-operan-en.html
Pues bien, mi pantalla no funcionaba. Era la primera vez que hacía un viaje tan largo en avión y no sabía muy bien cómo funcionaba, pero tampoco es que tuviera mucho misterio.
Tras varios intentos fallidos me di por vencida y decidí ponerme la música que tenía en mi ipod.
Quizás quejarme para cambiarme de sitio por el espacio reducido entre mis piernas no habría conseguido el cambio, porque normalmente cuando compras el billete de avión también tienes la opción de elegir tu asiento pagando unos eurillos extras, pero yo no lo hice, así que seguramente la azafata me habría dicho que me aguantara. Pero el tener la pantalla estropeada y no poder utilizarla como el resto, habría podido obligarles a que me cambiaran de sitio.
De todas formas no me quejé por la misma razón que antes, por mi estúpida timidez. Pero también he de deciros que al mirar alrededor vi que todos los asientos estaban ocupados, así que al igual me habrían dicho que era imposible cambiarme de sitio. En fin, quién sabe.
Sin embargo, por mi estúpida timidez pasé un vuelo de pena, realmente incómodo y durante las 7 horas del viaje me las pasé maldiciendo mi forma de ser.
El avión iría de París a Nueva York y de ahí tendríamos que coger otro vuelo a Tampa, que es la capital de la ciudad de St. Petersburgo.
El viaje era de durante la mañana así que no tenía nada de sueño y no dormí durante todo el trayecto, además que estaba super incómoda, así que no habría conseguido conciliar el sueño ni aun queriendo.
Una vez llegados a Nueva York, tuvimos que volver a pasar por el control de aduanas, y me cago en todo, había una cola enorme y el vuelo salía en menos de 30 minutos.
Por un momento me imaginé perdiendo el vuelo, y en el caso de que eso ocurriera, entonces sí que dejaría la timidez de lado y montaría el escándalo de mi vida. No podía perder el vuelo porque no había sido mi culpa llegar con media hora de antelación al control.
Normalmente las aerolíneas piden a los pasajeros que lleguen al aeropuerto con dos horas de antelación por si ocurre algún improvisto, pero en mi caso era imposible porque el avión desde París había llegado con retraso y no podía hacer nada para cambiar eso.
Por suerte una chica que se ocupaba del control hizo que todos aquellos que cogían el vuelo a Tampa pasarán por la línea de los Premium para hacer el checkeo rápido y así no perder el vuelo.
Después de pasar el control sin ningún problema y correr como una loca a la puerta de embarque subí al avión.
Este avión, comparado con el anterior, era muchísimo mejor. Los asientos y los pasillos eran super espaciosos y no iba tan lleno, así que durante 2 o 3 horitas que duró el viaje me puse a ver la película Grease porque nunca había conseguido ver toda la película entera, y como seguía sin tener sueño, me pareció el momento oportuno.
Cuando por fin llegué a Tampa, tuvimos que coger un shuttle que nos llevaría a la Terminal 1, que es donde mi amiga me recogería.
Tras esperar unos 10 minutillos, la vi de lejos correr hacia mi y nos fundimos en un super abrazo. Hacía casi 3 meses que no nos veíamos, y durante el tiempo que había estado en Amiens eras casi inseparables, así que volvernos a ver después de tanto tiempo nos dio una alegría.
Luego me presentó a sus amigas y de ahí nos fuimos en coche hasta su Universidad, el Eckerd College. Estaba a unos 30 o 40 minutos en coche. Y menudo cochazo, era un Mustang preciosísimo.
Recuerdo que cuando bajamos abajo al garaje para coger el coche casi me asfixio de la humedad, y según mi amiga en esos momentos tampoco había tanto, sobre todo en el garaje.
Cuando llegamos a Eckerd, fue bajar del coche y sentir una bofetada de humedad en todo el cuerpo. Me costaba incluso respirar.
Ya sabía que en los países cercanos al Ecuador había muchísima humedad y hacía mucho calor, pero no imaginé que sería tan acusado.
En menos de un minuto ya estaba sudando a chorros y lo único que me apetecía era meterme en la ducha y ducharme con agua congelada. En vez de eso, nos fuimos a su apartamento que está dentro del campus y que compartía con otras tres chicas y me propuso comer algo.
En esos momentos no tenía nada de hambre debido a la asfixia por la humedad y porque además en el avión nos habían dado de comer.
Esa noche había fiesta en la residencia así que decidí cambiarme de ropa y ponerme los pantalones cortes y una camiseta ligera.
Cuando me fui de Amiens hacía bastante frío y en Nueva York también, por lo que cuando llegué a Tampa estaba bastante bien abrigada.
Tras cambiarme, salimos y de repente se puso a llover. Me quedé flipando porque normalmente cuando llueve pues ves cómo las nubes se ponen más negras o sientes en el ambiente como un olor a lluvia que hace que te pongas alerta, pero esta vez no fue así. Simplemente se puse a llover, y 10 minutos después dejó de llover.
Lo peor de todo es que justo el día anterior me había teñido el pelo de rojo y cuando se puso a llover la camiseta se tiño también de rojo. Un horror. La gente pensaba que me estaba sangrando la cabeza o algo.
Total que decidimos entrar nuevamente al apartamento y nos pusimos a ver unas pelis.
Una cosa importante. Respecto a las drogas y al alcohol en Eckerd, técnicamente está todo prohibido, pero como en cualquier parte, si lo quieres lo consigues, y fácilmente.
A pesar de estar prohibido, la universidad sabe que el alcohol sobre todo está presente en el campus, porque casi cada fin de semana se monta una fiesta en alguna residencia.
En total creo que hay unas 4 residencias. Tres de ellas son grandes en las que lo que se comparte es una habitación entre 2 o 3 personas. Los baños y las duchas son compartidos entre la gente de un mismo pasillo. Vamos un poco parecido a la residencia en la que vivía en Amiens, la diferencia estaba en que no tenía que compartir habitación.
Y luego la cuarta residencia es sólo para los Seniors, los estudiantes de último año, y son apartamentos que se comparten entre 4 personas, dos personas por habitación.
La verdad que me gustó muchísimo el apartamento de mi amiga. Cada apartamento tenía una distribución diferente, y algunos de ellos se compartían hasta con 5 personas.
Eran mixtos, o sea que si querías compartir un apartamento con unos chicos no pasaba nada, pero los chicos estarían en una habitación y las chicas en otra. Eso estaba bien para las parejas porque lo que hacían era pedir apartamentos con otra pareja y luego se intercambiaban las habitaciones, una pareja en una habitación y la otra pareja en la otra habitación.
Esa noche vimos una película en Netflix e hicimos brownies que técnicamente sería sólo para nosotras pero que al final tuvimos que compartirlos con cualquiera que entrara por la puerta. Pero al día siguiente una de las compañeras de mi amiga nos compró otro paquete de brownies para sólo nosotras.
Después, cuando acabó la peli y todos se fueron del apartamento, me duche y luego me fui directamente a dormir, porque el viaje había hecho factura en mi y estaba reventadísima.
Al día siguiente nos despertamos temprano porque iríamos al museo de Dalí en Tampa. Dalí es mi pintor favorito y eso mi amiga lo sabía bien, así que casi pego un grito de entusiasmo cuando me dijo al despertarme que iríamos al museo de Dalí.
Antes de eso, desayunamos en uno de los apartamentos de la residencia donde vivía una de las mejores amigas de mi amiga, además que también teníamos que esperar a otra amiga suya que nos llevaría al museo en coche (porque a pesar de que mi amiga tuviera el carnet de conducir, no tenía coche).
Su amiga nos preparó unas tortitas con forma de Olaf, el muñeco de nieve de Frozen. Sip, era una monada y me daba cosa comérmelo de lo cuqui que era.
En la mezcla también hecho arándanos, así que le quedó todo buenísimo. Me comí como unas cuatro de lo buenas que estaban.
Antes de irnos, mi amiga me dijo que entrara en la habitación de su amiga porque tenía una de las mejores vistas de toda la residencia, y no se equivocaba. Me dijo que a veces incluso se podían ver los delfines saltando sobre el océano desde su balcón. Qué envidia.
Después de llenarnos bien la panza, cogimos el coche y nos fuimos. En unos 20 minutos llegamos y madre mía que calorazo. Insoportable.
Nos metimos corriendo al edificio donde el aire acondicionado estaba a tope. Hicimos cola para comprar las entradas y luego entramos.
La entrada al museo costó unos 20 dólares o incluso mas. Mi amiga fue la que pagó por las dos, lo que hizo que me sentara un poco mal pero ella me dijo que no le importaba porque de todas formas ella me invitaba porque sabía que Dalí me vuelve loca.
http://365thingsswfl.com/2013/09/06/tampa-with-kids-the-dali-museum-in-st-pete-a-great-place-to-introduce-kids-to-art/
Una vez dentro nos pusimos a recorrer las salas y qué maravilla de verdad. Empezando con la escalera que unía las plantas.
https://es.pinterest.com/pin/406238828858165822/?lp=true
Son una obra maestra, matemáticamente perfectas, ya que es una escalera helicoidal (en forma de espiral).
En el interior pude ver algunos cuadros que no había visto en mi vida (aparte de en internet) y no sólo cuadros, si no también esculturas y manuscritos, e incluso una sala en la que podías experimentar un viaje al interior del seno materno.
De verdad que era todo una maravilla y me dejó todo con los pelos de punta.
Alguno de los cuadros que me gustaron mucho fueron:
-
Torero Alucinógeno.
Varias figuras diferentes formaban la imagen de un hombre con el típico sombrero y chaquetilla torera.
Al principio me costó bastante conseguir ver la imagen del torero, pero ya después lo único que conseguía ver era al torero y no las figuras en sí.
-
Gala desnuda mirando al mar.
Justo en el centro del cuadro puedes ver, como bien reza el título, una mujer desnuda de espaldas sobre una ventana mirando al mar.
Pero a 18 metros exactos aparece la imagen del Presidente Lincoln a partir de una interpretación digital. Puedes ver la cara del Presidente en plan mediante píxeles. Fue alucinante.
Al principio yo no conseguí ver la cara de Lincoln, pero porque estaba demasiado cerca. Mi amiga me alejo los 18 metros que se necesitan para ver la imagen y luego solté un “Ooooh, ahora sí”, porque os aseguro que a 18 metros exactos se ve la cara del Presidente. Es más, en el suelo está señalado dónde debes ponerte para poder verlo.
Me quedé bastante tiempo admirando ambos cuadros.
-
Autorretrato como la Mona Lisa.
Y por último, el otro cuadro que me gustó fue uno en el que salía a un lado el cuadro de la Gioconda de Da Vinci (La Mona Lisa) y al otro lado también la Gioconda pero con la cara de Dalí. Me pareció super original y muy divertido.
Dentro del museo también hay una cafetería donde sirven tapas españolas como pincho de tortilla o boquerones al vinagre o vino de La Rioja. Todo está muy bien pensado.
Además del gran y exquisito contenido del museo, el edificio en sí es una gran obra de arte.
En uno de los lados del edificio hay onda de cristal que está compuesta por cientos de cristales en forma de triángulo de tamaños distintos. Sin duda alguna una obra maestra de ingeniería.
http://es.phaidon.com/agenda/architecture/picture-galleries/2011/march/22/an-architectural-tour-around-the-36-million-salvador-dali-museum/
Pero no sólo hay eso. Fuera del museo, el jardín y los alrededores fue creado por matemáticos, que compusieron un curioso laberinto circular o un rectángulo áureo en el suelo del jardín con placas de metal y cerámica, del cual sale la famosísima espiral áurea.
También había esculturas de Dalí por todas partes, como por ejemplo un super bigote al puro estilo Dalí larguísimo, o un banco derritiéndose con un reloj sobre el respaldo también derritiéndose, haciendo referencia a su cuadro Los Relojes Blandos.
https://es.pinterest.com/lauzeta56/arte-de-todo-un-poco/
Cuando acabamos de ver todo el museo, después de unas 2 o 3 de haber llegado, decidimos acercarnos al centro de la ciudad para comer en el Chipotle Mexican Grill.
En este resturante de comida rápida mexicana sirven tacos, burritos, boles con chipotle y ensaladas.
El precio varía según cómo quieras cada cosa. Puedes elegir entre pollo, cerdo, ternera, tofu, sofrito, chorizo o guacamole. Luego tienes la opción de añadirle otras cosas que son gratis como las salsas, judías rojas cocidas, queso, arroz o aceitunas.
Nosotras pedimos dos boles de chipotel, uno con carne de ternera y el otro de pollo. De añadido pedimos casi todas las salsas y todos los complementos. Y nos quedó una cosa enorme.
Decidimos comer en una terracita resguardadas del implacante sol floridiense.
Después de comer nos fuimos al muelle de Tampa a digerir la comida mientras mirábamos el mar en silencio.
Seguía haciendo bastante calor, pero el estar al lado del mar hizo que refrescara un poco y la sensación de agobio por la humedad y el calor también bajó.
Sin darnos cuenta el tiempo pasó volando y tuvimos que ir corriendo a un hotel donde nos encontraríamos con un amigo de mi amiga para jugar a los bolos y al billar.
El hotel al que fuimos tenía una parte en la que había sofás bastante cómodos en los que nos quedamos dormida porque el sol nos había pegado fuerte y creo recordar que casi me da una insolación.
Cuando llegó el amigo, nos llevó en coche hasta la bolera y ahí nos quedamos pasando las horas mientras jugábamos y nos reíamos de lo mala que era.
Cuando terminaos de jugar, nos fuimos a casa del amigo, que compartía con una mujer anciana, y nos invitó a un té y a fumar cachimba (que a las dos nos encanta).
Ya entrada la noche decidimos volver a Eckerd porque al día siguiente, otra vez, teníamos que despertarnos pronto porque iríamos a Cayo Largo, y el viaje eran unas 5 o 6 horas en coche.
Así que al llegar al apartamento, nos duchamos (eso es algo que hacíamos todos los días porque siempre acababa empapada en sudor) y nos fuimos a dormir para recuperar fuerzas para el día siguiente.
En resumen, ese día me lo pasé genial, fue un día 10.
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