Día 2: Grand Canyon (parte 1)
¡Hola a todos otra vez y bienvenidos un día más a mi blog! Hoy ha sido el segundo día de este viaje y hemos pasado toda la jornada en un destino que tenía muchísimas ganas de visitar: el famoso Grand Canyon. Este parque tiene más de sesenta millones de años de antigüedad y es una grieta abierta en la tierra en la que erosiona el río Coronado y deja ver rocas de muchísima antigüedad.
El Grand Canyon es un parque nacional de Estados Unidos que se encuentra en el estado de Arizona, y es sin duda el lugar más importante que hay que visitar en este estado, Respecto a esto he de decir algo, ya que el Grand Canyon también se conoce como el “Cañón del Colorado”, y esto puede dar lugar a confusión. Este parque natural no se encuentra en Colorado, y por esto algunas personas se molestan cuando se le llama así, ya que como he dicho antes, el Grand Canyon se encuentra en Arizona. La razón por la que se le llama también Cañón del Coronado es porque este parque está atravesado por el río Coronado, que es de colores rojizos, algo que me sorprendió bastante.
Pues bien, después de esta pequeña anécdota, vamos a empezar a hablar un poco de esta segunda parada del día…
Como ya os dije, nos alojamos en el pueblo de Tusayán que se encuentra a menos de un kilómetro del parque. La razón por la que elegimos quedarnos allí era para ver el amanecer en el parque, sin embargo, cuando llegamos la noche anterior y preguntamos nos dijeron que no merecía mucho la pena, así que nos evitamos el madrugón (o al menos, tanto madrugón).
Nos levantamos pronto y fuimos directamente al parque, ya que teníamos pensado dedicar todo el día para verlo. Para entrar normalmente hay que pagar una entrada, sin embargo, la visita nos ha coincidido con un “shutdown” del gobierno, que así a grandes rasgos es una paralización de los servicios públicos por no haberse aprobado los presupuestos del estado. Por esta razón no nos hicieron pagar así que nosotros pasamos tan contentos...
Igualmente, a modo de información os digo que la entrada normal por coche son treinta y cinco dólares y te sirve para una semana; pero también existe la posibilidad de comprar el pase anual, que te merecerá la pena si tienes pensado visitar otros parques anuales, ya que el precio son ochenta dólares por coche.
Antes de hablar de la visita del parque, he de decir que en el Grand Canyon suele hacer mucho frío, de hecho cuando nosotros hemos ido estaba todo nevado. Sin embargo, es cierto que no nos hizo mucho frío y yo el abrigo lo tuve que dejar en el coche. Pero la verdad es que no tenéis que fiaros de esto totalmente y si venís os recomendaría que trajeseis bastante ropa de abrigo, al menos si venís en esta época del año.
Además, también hay que destacar que este parque suele estar siempre bastante lleno, sin embargo, nosotros tuvimos muchísima suerte y lo encontramos vacío (o prácticamente vacío). Pudimos hacer fácilmente fotos sin que saliese gente, y disfrutar del silencio mientras echábamos un vistazo a esta obra de la naturaleza, sin embargo, no sé bien por qué fue. Tal vez por ser invierno o igual por el “shutdown” del que os he hablado antes, pero por el motivo que fuese estuvimos casi solos en el parque y eso fue totalmente un gustazo.
Pues bien, dicho esto, el parque es realmente enorme ya que mide aproximadamente treinta kilómetros de ancho, más de uno de profundidad y lo más sorprendente… ¡Más de cuatrocientos kilómetros de largo! Por ello, obviamente en un día no se puede recorrer todo y lo que hay que hacer es planificar toda la visita en los días de antes para no llegar al parque y no saber bien qué hacer.
El parque tiene varias entradas, sin embargo nosotros entramos por la que se encuentra en la orilla sur, que es la que más cerca está del pueblo de Tusayán. Para recorrer el parque de una punta a otra se necesitan más de cinco horas, así que normalmente la gente hace lo que hicimos nosotros que es elegir la orilla sur, llamada South Rim, que es en teoría la más espectacular.
Además, he de decir que solo pudimos elegir esta orilla porque la parte norte solamente está abierta desde el quince de mayo hasta el quince de octubre, por lo que actualmente se encuentra cerrada.
Una vez ya decidimos qué parte íbamos a visitar, en cuanto a cómo organizar la visita del interior del Grand Canyon, la mayor parte del parque se puede recorrer en coche, sin embargo también hay un sistema de autobuses gratuitos que te llevan de un lado a otro. En concreto hay tres líneas de autobuses, sin embargo, yo os recomiendo que el autobús lo cojáis solamente para ver las zonas a las que los coches no pueden acceder y en las que por tanto no te queda otra alternativa. Para el resto de zonas, creo que es mejor ir en coche para poder ir parándote donde quieras.
Pues bien, el parque se divide en tres zonas y lo que hay que hacer es ir yendo a los distintos miradores que hay en cada una de las zonas. Además, en el caso de que seas bastante aventurero y te guste el senderismo, hacer algunas de las rutas que hay preparadas. Por desgracia, todo estaba demasiado nevado cuando fuimos y no pudimos hacer ninguna ruta, a pesar de que nos hubiese gustado muchísimo. De hecho, cuando íbamos viendo a la gente que iba a dichas rutas, todos iban muy bien preparados y la mayoría llevaban crampones en los zapatos (nosotros íbamos en botas normales así que era imposible…).
Pues bien, lo primero que hicimos nosotros fue aparcar al lado del Visitor Center y coger el autobús para ir a un par de sitios a los que no podíamos ir con el coche. Por aquí os dejo una foto del sitio:
En concreto nos dirigimos a la parte este de la zona central por la carretera Desert View Road, para ver en primer lugar el inicio de la ruta South Kaibab Trailhead, y digo solo el inicio porque nuestra intención era hacer la ruta y bajar un poco al cañón para ver otra perspectiva del Grand Canyon, pero por la nieve no pudimos hacerlo. Sin embargo, desde el punto de inicio hay unas vistas bonitas que os dejo en esta foto:
Después de esto nos dirigimos hacia el Yaki Point en el autobus que vino después, que creo que no lo he dicho antes pero pasan cada quince minutos. En mi opinión este mirador es uno de los puntos desde los cuales se tienen las mejores vistas. Por aquí os dejo unas cuantas fotos que hice, y es que ya os he dicho que este fue uno de mis miradores favoritos:
A continuación fuimos andando un poco para dar una vuelta por la zona, y ya después cogimos el autobús de vuelta hacia el Visitor Center. Desde aquí empezamos a hacer un caminito que os contaré con detalle en el próximo post… ¡Hasta el próximo día!
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