Arrecifes y Jet Ski

Siguiendo con mi última entrada, Key West: el punto más al sur de Estados Unidos, después de un largo día de playa, cena en un restaurante hawaiano y bailar casi toda la noche, llegó el día en el que fuimos a una playa donde había arrecifes con corales.

Antes de irnos, mi amiga y yo decidimos dar una vuelta por la urbanización con longboards mientras el resto desayunaba. Hacía muchísimo que no me subía a una tabla de esas y más de una vez acabé perdiendo el equilibrio pero por suerte sin llegarme a caerme y rodar por el suelo.                                                                         

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Cuando el resto terminó de desayunar, cada uno fue a hacer una cosa distinta y nosotras fuimos solamente con una amiga y su novio a los corales (más que nada porque nos llevarían con su coche). Todas las parejas tenían coche menos nosotras, así que dependíamos bastante del resto, pero a los demás no les importó.

Cuando llegamos al arrecife, en la orilla había bastante gente por lo que pasamos bastante tiempo buscando un sitio para sentarnos. Después de dejar nuestras cosas, nos turnamos para meternos en el agua y que otro se quedara en el sitio para vigilar las cosas.           

Una vez en el agua no pudimos aprovechar bien la ocasión de ver los corales porque no llevábamos las gafas de buceo y cuando abríamos los ojos en el agua no se veía nada bien. Y tampoco pudimos hacer buceo porque era bastante caro y además creo recordar que estaba cerrado el local para alquilar los equipos de buceo.

De todas formas nos lo pasamos bien y pasado unas cuantas horas nos volvimos a casa.      

Como no teníamos nada más que hacer ese día, decidí hacer crêpes dulces porque tenía los ingredientes necesarios y teníamos que acabarlos porque en un par de días nos iríamos y a penas habíamos comido la mitad de lo que compramos.                     

Hice bastantes crêpes para que todos pudiésemos comerlos y también compramos Nutella para la ocasión, porque además mi amiga era incapaz de comer crêpes si no era con Nutella.

Además de la crema de chocolate también pusimos en un bol las fresas y los plátanos que compramos en cachitos. A todos les encantó mis crêpes y nos las terminamos super rápido, tanto que al final nos quedamos con ganas de más. Lo malo es que ya no me quedaban huevos y ese era un ingrediente fundamental.         

Un par de horas después, una de nuestras amigas volvió de hacer skydiving con su novio. 

Skydiving es paracaidismo, te tiras desde un avión al vacío y luego te dejas simplemente caer hasta que abres el paracaídas o bien te pones a hacer acrobacias.

Si es la primera vez que haces skidiving siempre irás acompañado con un instructor. Y con acompañado me refiero a que tendrás que atarte a él, literalmente, mientras caes al vacío. Pero si quieres tirarte solo tienes que enseñar una licencia para que te dejen.          

El skydiving es bastante peligroso y hay que saber muy bien cómo mantenerse en el aire, cómo abrir el paracaídas sin que se rompa, y cómo aterrizar sin que te partas las piernas.

Es por eso que ellos tuvieron que ir con un instructor, cada uno de ellos.                    

Mientras nos contaban cómo había sigo la experiencia de hacer skydiving y se comían las crêpes que había preparado y había guardado para ellos, algunos de nuestros amigos se pusieron a hacer margaritas y otros cocteles para pasar la tarde/noche en la casa todos juntos.                                                                              

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https://www.dnainfo.com/chicago/20150724/wicker-park/chicagos-best-margaritas-will-help-you-celebrate-national-tequila-day                                                                  

Y bueno, no daré más detalles de la noche, pero digamos que alguno de nosotros nos pusimos un poco piripis al pasarnos bebiendo los cocteles y nos acabamos yendo a dormir bastante tarde.                                                                                     

Al día siguiente, con alguno de nosotros padeciendo de resaca por la noche anterior, nos despertamos un poco tempranito porque ese día haríamos jet ski, o sea moto acuática.  

En realidad Jet Ski es una marca de una moto acuática de la gran conocida super internacional Yamaha, pero la gente normalmente cuando se refiere a moto acuática suele decir jet ski.                                                                                                          

Es como el tipex (corrector de bolígrafo), rimmel (laca de pestañas), kleenex (pañuelo de papel, aunque en España se escribe clínex), etc; todas esas cosas empleamos el nombre de la marca como si fuera el nombre del producto, incluso si la marca es diferente.          

Así que cuando mis amigos dijeron que íbamos a hacer jet ski al principio no supe lo que era, pero ya luego cuando llegamos al sitio y vi las motos acuáticas todo tuvo sentido.            

Una cosa que tampoco sabía era que para poder manipular una de esas motos primero hay que pasar un examen teórico para saber más o menos cómo funcionan y qué medidas hay que tomar para manejarlas y en caso de ocurrir algo saber cómo actuar.                                

El examen teórico se debía hacer en 20 minutos exactos. Y, obviamente, todo era en inglés. En esos momentos aunque mi inglés oral era aceptable, entendía todo a la perfección. En plan cuando la gente me hablaba o leía algo podía entenderlo absolutamente todo, salvo quizás si había alguna palabra demasiado técnica, así que a la hora de hacer el examen no tuve ningún problema.                                              

De todas formas nos ayudamos entre todos para así terminar antes.                           

El examen consistía en 30 preguntas tipo multirespuesta: una pregunta con 4 preguntas posibles de las cuales solamente una era correcta.                                    

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Para responder a esas preguntas nos dieron un manual que teníamos que leer y de ahí luego sacaríamos las respuestas.                                                                           

En mi opinión fue fácil, aunque hubo un par de preguntas que me liaron un poco y no supe responder.                                                                                                         

Cuando entregamos todos nuestro pequeño examen, el señor empezó a corregir el mío primero. Estaba un poco cagada porque si no pasaba ese examen, tendría que repetirlo, pero además tendría que pagar 15 dólares más, así que más me valía aprobar.                

Para aprobar había que tener bien 20 preguntas de 30. Por suerte yo tuve bien 27 de 30. No está mal eh.                                                                                                   

El resto también tuvo más o menos ese número de aciertos, así que a todos nos permitieron conducir las motos acuáticas.                                                                    

Por cierto, el precio de 1 hora en las motos acuáticas costó más de 100 dólares. Es por eso que todos nosotros íbamos en parejas para que el precio se redujera a la mitad. Salvo mi amiga y yo, que ella se empeñó en pagármelo.                                   

Lo peor de todo es que aun queriendo no podría haber pagado porque no tenía dólares, solamente euros, y mi amiga no hacía más que darme largas cuando le pedía si podíamos ir a algún sitio donde pudiese cambiar el dinero porque en el aeropuerto la comisión era una barbaridad y perdía muchísimo dinero.                        

Después de pagar y hacer el examen, nos trajeron varios chalecos salvavidas para elegir uno porque había diferentes tallas.                                                                      

Yo me pasé casi 10 minutos probándome diferentes chalecos porque soy bastante alta y delgada, así que la mayoría o me quedaban demasiado anchos o me asfixiaba, hasta que por fin encontré uno más o menos aceptable.                             

Cada pareja se subió a una moto y tuvimos que seguir al instructor, que iba en otra moto, por unos canales hasta llegar a mar adentro.                                                     

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En esos canales vimos un montón de yates y casas super lujosas.                         

Florida es un estado al que normalmente la gente adinerada, una vez después de jubilarse, van a pasar sus últimos años. Es por eso que en la mayor parte del estado hay una diferencia abismal entre clases sociales. Los hay o muy ricos o muy pobres, y de clase media hay más bien pocos y normalmente suelen ser estudiantes.

Una vez en mar abierto, el instructor nos recordó las normas básicas y nos hizo unas cuantas preguntas para ver si habíamos memorizado lo más fundamental. Al ver que todos estábamos bien puso en marcha un cronómetro y nos dijo que en 1 hora volvería a por nosotros.        

El lugar donde podíamos hacer jet ski era reducido, pero no pequeño. No podíamos ir a donde quisiéramos porque en verdad estábamos un poco cerca de la playa y ahí había gente bañándose, por lo que sería muy peligroso acercarse hasta ahí.                      

Es por eso que los límites para ir con la moto acuática estaban señalizados con unos globos flotantes que formaban una línea para dividir la playa del lugar donde podíamos divertirnos conduciendo las motos.                                                                

En verdad el espacio era bastante amplio. Unos 50 metros de largo y 500 metros de largo. Era más que aceptable, teníamos muchísimo espacio para que cada uno fuera a donde quisiera sin molestar a los demás.                                                          

De todas formas, a pesar de tener tantísimo espacio, nos quedamos juntos salpicándonos con las motos al derrapar e intentando asustar a los demás al acercarnos demasiado con las motos.                                                                          

Como íbamos de dos en dos en cada moto, pasada una media hora, nos pegamos un chapuzón, porque el calor apretaba bastante, y cambiamos de posiciones.         

Mi amiga empezó conduciendo y luego fue mi turno. He de decir que es realmente divertido y entretenido pero al mismo tiempo también es bastante incómodo porque debido a las pequeñas ondas que se formaban sobre el mar por el oleaje, hace que las motos den pequeños saltitos cada vez que acelerábamos demasiado.   

El instructor nos dijo que no podíamos superar los 200 kilómetros por hora porque es muy difícil de controlar la moto a esa velocidad cuando se es un novato y nunca has conducido una cosa de esas.                                                                        

Pero como a mi me gusta arriesgarme, un par de veces me pasé del límite, solamente para sentir la adrenalina y la velocidad. Y me asusté. Iba demasiado rápido y la moto cada vez hacía más saltos, tanto que al final nos dolía el trasero por los impactos.                 

Después de unos quince minutos decidí darle el volante nuevamente a mi amiga porque después de todo ella había sido la que lo había pagado y lo mínimo que podía hacer es que lo disfrutara, no que se quedara detrás de mi agarrándome mientras rezaba para no morir.    

Al pasar la hora, el instructor volvió y nos llamó para que nos acercásemos para volver al muelle. A todos el tiempo se nos pasó volando y todos coincidimos en que había sido una experiencia bastante divertida y que nos lo habíamos pasado bien.                     

Al volver a los coches a todos teníamos un dolor inmenso en el culo por los saltitos que daban las motos y teníamos las piernas entumecidas porque las motos eran muy anchas.                   

Después fuimos a un Dominos para comprarnos un par de pizzas porque no apetecía para nada ponerse a cocinar después del día que habíamos tenido.             

Cuando llegamos a la casa, nos pusimos cada uno a comerse su comida y a jugar a la Wii.      

Sin embargo, mi amiga y yo decidimos ponernos a ver una peli de Edith Piaf que habíamos empezado hace un par de días pero que no tuvimos tiempo de terminar.    

Cuando acabó la película y empezó a caer el sol, cogimos el pequeño cochecito de golf y nos fuimos en busca del muelle con el banco en el mar para ver el atardecer, pero por mucho que lo buscábamos no dábamos con él, así que al final nos limitamos a ver el atardecer desde una pequeña colina al lado de la urbanización.      


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