Vejer de la Frontera

31 de marzo de 2015,

Excursión a Vejer de la Frontera

Este fin de semana me fui de excursión con mi grupo scout entre Barbate y Vejer de la Frontera, dos pueblos a unos cincuenta kilómetros de Cádiz. La excursión (18 km) fue particularmente interesante, enfrentándonos a diferentes tipos de terreno. Iniciamos la excursión rodeando el mar, escalando los acantilados del Parque de la Breña y Marismas del Barbate. Esta parte fue particularmente complicada porque además de escalar, anduvimos por la arena, añadiendo una dificultad adicional, bajo el fuerte calor que caracteriza a esta región de España.

Pero el placer de llegar al "Mirador del Tajo" (una antigua torre de control que data del siglo XVI) desde donde se puede observar un panorama único, compensó la fatiga y el sudor. Además, la sensación de agotamiento ayuda a crear una sensación de éxtasis que refuerza mi convicción de que es mejor ir andando que en coche. Después de un descanso con los jóvenes, volvemos por la densa pinada que me recuerda a los caminos de Marsella que van a las calas. El camino es más fácil, recuerdo con placer el olor de los pinos y sus ramas crujiendo bajo mis pies.

Empiezan las dificultades

Ahora viene la segunda dificultad de esta excursión: el cortafuegos (frecuente en esta región donde los incendios son comunes) que constituye una línea recta de arena en un badén a pleno sol. Para estimular a los jóvenes que parecían un poco desanimados, corrí por el badén y ahora mis piernas lo recuerdan.

Después cruzamos la carretera de "Los Caños de Meca-Barbate" (CA-2143), hasta llegar al Palomar de la Breña, antiguo palomar del siglo XVIII convertido en hotel. Antiguamente se utilizaba para producir un abono (gracias a los excrementos de las palomas) rico en nitrógeno y ácido fosfórico para los cultivos de la época (sobre todo el cáñamo y el tabaco, que eran cultivos exigentes, es decir, que requerían un abono orgánico abundante). Después de pasar esto, nos quedaban algunos kilómetros por recorrer junto a las turbinas eólicas que nunca me había acercado tanto antes de llegar a Vejer de la Frontera.

Vejer, pequeños "pueblos blancos"

Vejer de la Frontera fue realmente para mi un flechazo en términos del pueblo andaluz. Hay que decir que toda Andalucía es muy bonita y difícil de hacer una elección entre todos estos pueblos, cada uno con su propio encanto. Hablo de un pueblo porque no se puede comparar Vejer de la Frontera con Granada o Sevilla.

La ciudad en las nubes

Vejer es un pequeño pueblo construido sobre una montaña que por la mañana se parece al "Castillo en el cielo" de Miyazaki. Allí dormimos en el pequeño castillo de Vejer, un castillo que fue declarado "Monumento Nacional" en 1931. Fue construido por los musulmanes en el siglo XI, modificado en los siglos XIV y XV y transformado en el XIX. Está situado en la parte más alta del recinto amurallado del siglo XX que rodea la ciudad de Vejer. Toda la ciudad de Vejer está marcada por la conquista musulmana de Hispania en 711, que marcó un período de florecimiento de más de cinco siglos para Vejer.

Un poco de historia

La ciudad fue reconquistada por Fernando III de Castilla y después por Alfonso X de Castilla en el siglo XIII, que decidió expulsar a los musulmanes de la región. En esta época, los meriníes (originalmente de la dinastía bereber zenet) intentaron tomar Vejer, como lo hicieron en varias ciudades andaluzas, que aún no estaban muy controladas por los castellanos. En 1285 se firma un pacto entre Abu Yusuf y Sancho IV de Castilla: Vejer pasa a ser propiedad de la Orden de Santiago. Vejer siempre ha estado entredós, castellanos y musulmanes. En los siglos XIV y XV, la proximidad al reino nazarí de Granada provocó enfrentamientos sistemáticos. Vejer también conserva vestigios de la ocupación inglesa de Gibraltar en el siglo XVIII. Lo que debilitó la ciudad fue la invasión napoleónica y más tarde el período franquista.

Vejer, una ciudad musulmana

Vejer de la Frontera conserva los vestigios de la arquitectura musulmana, a través de los arcos que me recordaron a los de la mezquita de Córdoba, las puertas del castillo, la muralla y el armazón de las calles. Pero sobre todo, una de las tradiciones que demuestran el origen musulmán de Vejer se hace visible a través de las cobijadas, esas mujeres que una vez cubrieron sus cuerpos con una especie de capa negra, de manera que solo se pudiera ver un ojo. En el Museo de Cádiz también se encuentra el famoso cuadro "Las Cobijadas de Vejer" en la que aparecen cinco mujeres.

Vejer es un pueblo típico andaluz, con sus tradicionales casitas blancas y sus callejones serpenteantes, estrechos y laberínticos. La Plaza de España de Vejer o Plaza de los Pescaitos es magnífica (por los pescados que decoran la fuente). Está rodeada de palmeras, su forma es bastante extraña ya que es mitad rectangular y circular. Forma un hueco, bordeado de callejones que parecen elevarse al cielo. Esta plaza es aún más bella de noche con las luces que iluminan toda la ciudad. Por lo tanto, un paseo nocturno es muy recomendable para admirar los secretos de Vejer.

La próxima vez, intentaré llevaros a las tres grandes ciudades andaluzas: Sevilla, Granada y Córdoba.

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