La Rioja | Día 3
¡Hola a todxs!
Sí, aquí sigo hablando de La Rioja, pero es que esta provincia da mucho de sí y tiene muchísimos pueblos y lugares que visitar. Pero no os preocupéis, que esto ya termina.
Hoy ya vengo a hablaros de mi último día allí, así que esta será la última entrada en la que os hablé de esta maravillosa provincia.
Lo más importante que había que visitar es básicamente lo que os he contado en las tres entradas anteriores, sin embargo, ahora vengo a hablaros de pequeños pueblos que, aunque no tienen nada que visitar, son muy bonitos de ver y pasear.
Sajazarra
Sé lo que estáis pensando, menudo nombre más raro. Yo me quedé igual cuando lo leí por primera vez y me ha costado muchísimo llegar a aprendérmelo de memoria (he tenido que buscarlo al escribir esto pues no quería arriesgarme a escribirlo mal).
Está muy al norte de la provincia, muy cerca ya de la montaña. Por si no lo sabéis, toda la provincia está prácticamente rodeada por montañas y en centro se forma una zona totalmente llana y muy buena para las viñas y hacer vino, que es, básicamente, lo más conocido de esta zona.
Es un pueblo súper pequeño, pero alberga nada más nada menos que el título de ser uno de los pueblos más bonitos de España. Yo no tenía ni idea, pero resulta que cada año hacen una competición buscando cuál es el pueblo más bonito y uno de los años fue este el ganador.
No se puede entrar en coche a él a no ser que seas residente, por lo que han hecho un aparcamiento disuasorio en la entrada del pueblo para alejar a los coches de los turistas del centro. Para entrar en el pueblo propiamente dicho hay que cruzar un puente de piedra sobre un ríoque, aunque no lleva mucha agua, está lleno de vegetación, totalmente verde. Además, a uno de los lados hay una fila enorme de sauces llorones que dejan una imagen en general muy bonita y casi de cuento.
Los edificios son de piedra, del estilo de los pueblos clásicos castellanos. Realmente no tienen nada que se pueda visitar, lo más relevante es la iglesia y un gran castillopero que están cerrados. El castillo es lo más importante, pues tiene también una muralla que encierra el pueblo. Es un castillo pequeño, aunque grande si tenemos en cuenta el tamaño del pueblo que tenía que proteger en su momento. Tiene pinta de haber sido reconstruido hace relativamente poco, pues se notaba que la piedra no era la misma en parte del castillo y en la muralla.
Otra de las cosas por la que es un sitio especial es porque aquí se celebra cada año una feria de arte. Y todas las piezas ganadoras están expuestas por todo el pueblo, lo que supongo que habrá hecho de este un sitio para catalogar como de los más bonitos.
Algunas de estas esculturas o pinturas eran realmente bonitas. Había una puerta de una casa que tenía dibujada esa misma puerta con un perro tumbado a los pies. También había al lado del ayuntamiento una fila de carteles con los nombres de las callesque tiene. Otras de las obras sin embargo no me gustaron tanto y no me parecieron que encajaran con el resto del lugar. Por ejemplo, en un edificio había una escultura de un dragón que la atravesaba por ambos lados: en un lado estaba la cabeza y en el otro estaba la cola. Sinceramente me parece que los edificios tienen ya su propio atractivo y se ven antiguos, así que esta escultura de un dragón metálico no tenía mucho que ver con esta estética.
También estaba todo decorado con muchísimas flores y parterres. Me dio un poco la impresión de que esto estaba totalmente creado de cara al concurso, pues no cumplían ninguna función, no eran como el río y los árboles que son más naturales y aún así bonitos. Esto parecía estar colocado a propósito, tampoco me terminaba de encajar, me parecía demasiado preparado para el turismo y me desanimó un poco.
Sin embargo, aunque yo no lo catalogaría como el pueblo más bonito de España, sí que es verdad que tenía un paisaje increíble y que merecía la pena pasearlo un rato.
Cellórigo
Siguiendo con los nombres raros y muy cerquita de Sajazarra, a menos de quince kilómetros, está este pequeño pueblo. Si el anterior era pequeño, os prometo que este mucho más. No son más de dos calles de casas, una pequeña iglesia y una carretera que lo cruza de punta a punta. Además, aquí no se cuenta con el atractivo de las casas de piedra todas iguales y a conjunto. Aquí el pueblo no es nada bonito en comparación, sinceramente me pareció bastante feo.
Sin embargo, esto no es lo curioso que tiene este sitio. Este pueblo está literalmente en lo alto de una montaña, justo en la cima, solo superado por un conjunto de rocas que son de todo menos habitables.
Está en el noroeste de la provincia, hace prácticamente frontera con el País Vasco y esto, junto con la altura, convierten al pueblo en un gran mirador de toda la provincia.
La carretera va por el borde la montaña y al principio del pueblo hay un aparcamiento junto con una zona de mirador, aunque en realidad todo el pueblo es un mirador en sí mismo, pues las casas están construidas cada una a más altura que la anterior y no se quitan las vistas unas a otras.
Antes ya os he dicho que la provincia está rodeada de montañas y que el centro está totalmente liso y llano. Bueno pues no hay mejor lugar para comprobarlo que este. Desde aquí se veían todas las montañas que limitan ya con Soria, totalmente a lo lejos y casi borrosas por la distancia. Sin embargo, si mirabas para abajo, solo se veían cultivos, de todos los colores. Lo bueno de ir en mayo, con la primavera, es que todo estaba floreciendo. Si se va un poco más tarde, en verano, estoy segura de que la estampa es totalmente distinta pues todos los cultivos estarían más secos, amarillos.
Para subir un segundo a ver las vistas, el pueblo está muy bien. No se tardan más de diez minutos desde el anterior, es tan solo subir la montaña en coche. Sin embargo, estoy segura de que existen muchos más pueblos conocidos por sus vistas, pero a nosotros nos recomendaron este y nos gustó bastante.
Haro
Igual que Ezcaray es de los pueblos más grandes del sur de La Rioja, su equivalente en el norte sería Haro. Es un pueblo enorme, mucho más moderno pero que también es de los más famosos.
Sinceramente a mí el lugar no me llamó la atención. Todo lo que encontramos fueron dos iglesias, una de ellas estaba de misa y la otra estaba casi a las afueras, muy lejos del centro de la que no sabría decirlos el nombre y que encima estaba cerrada.
Desde que dejamos el coche, un poco alejado hasta que llegamos al centro, nos encontramos un mercadillo de ropa y de comida que estaba bastante concurrido, todo el pueblo que no estaba en la misa estaba allí.
Nos ocurrió una cosa curiosa y es que cuando llegamos a la plaza principal estaban poniendo un escenario y había gente pintando barriles de vino por todas partes. Resulta que habían presentado su candidatura para convertirse en 2020 en capital del vino, otro reconocimiento que yo no tenía ni idea de que pudiera existir. Entonces estaban de celebración y vendían unas copas de vino con unos 'preñaos'. Estos para quien no lo sepa son una especie de pan en el que meten un trozo de chorizo o de alguna otra carne, como si fuera un bocadillo pero que se hace todo a la vez, el pan y la carne.
Después había también una cata de vino, un concierto de Fangoria gratuito esa misma noche y un concurso de pintar barriles, que es lo que encontré yo de camino.
Era divertido porque había música y gente bailando a las once de la mañana y todo el pueblo había salido allí.
También en la iglesia había mucho ambiente, aunque distinto, ya que fui un sábado y era día de comuniones.
Una cosa que me llamó mucho la atención de esta iglesia es que tenían una zona llena de cuadros de la escuela tenebrista, la de Caravaggio, por lo que el patrimonio que había en un pueblo tan desconocido me sorprendió bastante. Además, algunos cuadros eran preciosos, muy parecidos obviamente a Caravaggio.
No hay nada más destacable del pueblo, a no ser que queráis ver estos cuadros a pesar de lo grande que es el pueblo no lo pondría como imprescindible si no tenéis mucho tiempo, los hay bastante mejores.
Briones
Muy cerquita de Haro está este pequeño pueblo que al entrar también tenía el cartel de haber sido uno de los pueblos más bonitos.
A la hora dejar el coche hay que tener cuidado, pues el pueblo está en una cuesta enorme, por lo que, si podéis subir hasta arriba con el coche, muchísimo mejor.
Nosotros dejamos el coche en un aparcamiento que había arriba, al lado de una ermita. La ermita era bonita, la tenían cerrada, no se podía entrar, pero habían puesto una puerta de cristal que dejaba ver el interior. Desde allí todo recto se llegaba al centro del pueblo en menos de tres o cuatro minutos.
En la plaza estaba la iglesia que tenía un campanario increíble, super decorado. El interior era también muy bonito. Para que se iluminara tuvimos que meter una moneda. El retablo era muy rico, dorado como todos los de la zona. Nunca había visto unos retablos como estos.
Y las capillas de los laterales estaban llenas de esculturas, eran preciosas. Sin embargo, me dieron muchísima pena, pues están en un pueblo pequeño y nadie lo está restaurando en condiciones, así que es un arte que se está perdiendo. Se nota incluso que toda la iglesia estuvo policromada, quedan algunos restos de pintura, pero está ya desgastada.
El pueblo no tiene nada más, así que con visitar esto fue suficiente.
Nájera
Este es de los lugares más grandes y modernos. Tampoco quisimos dedicarle demasiado tiempo, pues llega un punto que paseando por los pueblos no vas a encontrar nada nuevo que no hubieras visto antes. Nosotros fuimos directamente al Monasterio de Santa María la Real.
Si el resto de los lugares ya os digo que no estaban nada cuidados, este destacaba incluso más. No sé que tipo de piedra habían utilizado para construir todo el monasterio, pero se iba deshaciendo poco a poco, como si fuera polvo. Estoy segura de que, si no se cuida, no tardará mucho tiempo en desaparecer.
Se puede visitar tanto el claustro como la iglesia. En el fondo de la iglesia, a los pies de la cruz están una cueva y unas tumbas. Como pasaba también en Suso, la iglesia está prácticamente metida en la montañay aquí directamente se apropia de una cueva que había, donde tienen una talla de Santa María. A los lados de esta cueva hay un montón de tumbas que estaban antes dentro de la cueva. Son de gente de la realeza y están muy decoradas.
Fuera de la cueva, pero dentro de la iglesia hay también a un lado una fila de tumbas, pero estas son totalmente blancas, sin decoración ninguna, pero porque también están casi totalmente deshechas, en nada de tiempo dejarán de poder esconder los restos de las personas.
El sitio no me impresionó más allá de las tumbas que había y toda la cueva en sí. Es bonito de visitar, pero no es imprescindible.
Con estos pueblos termino ya esta entrada y, por fin, mi viaje a La Rioja. Espero que hayan gustado las entradas, que os hayan entrado ganas de viajar y de visitar todos estos pequeños lugares. Sé que es un turismo muy distinto al de monumentos y museos de las grandes ciudades, pero igual por eso mismo es un poco especial. Espero que os haya gustado.
¡Gracias por leerme!
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