La Rioja | Día 1

¡Hola a todxs!

Hace poco, la primera semana de mayo se juntó que el día uno fue el día del trabajador y el día dos es el día de la Comunidad de Madrid y por lo tanto es fiesta, por lo que en Madrid se crea un puente enorme que sí o sí había que aprovechar (aunque también para estudiar, que estaba ya muy cerca de los temidos exámenes).

En mi caso, aproveché y me fui unos días a La Rioja.

La Rioja está al norte de España, muy cerca del País Vasco, concretamente de Vitoria y es una zona muy verde y bonita, conocida sobre todo por los viñedos y el vino que se hace aquí, que es de los más famosos de España.

Mi recorrido por la provincia, que es relativamente pequeña, lo hicimos en unos tres días, pues, aunque estuvimos algún día más, aprovechamos para ver Burgos, que también está cerca y tampoco habíamos estado nunca. He de decir que es una provincia para visitar con coche, pudiéndose mover de un pueblo a otro pues, lo que es la capital, Logroño, se visita fácilmente en unas pocas horas.

Antes de empezar a hablar de ello os voy a explicar cómo llegar hasta allí.

Cómo llegar

Desde Madrid y casi desde cualquier lugar, lo más fácil es llegar hasta allí en coche, sobre todo porque os facilitaré muchísimo el poder moveros de un sitio a otro una vez que estéis allí. Desde Madrid se tarda poco más de cuatro horas. Sin embargo, también es posible llegar en autobús o en tren desde Madrid y que os deje en Logroño, la capital, y ya desde allí habría que moverse en transporte público, que es relativamente escaso para moverse de un sitio a otro, es tan solo útil dentro de la capital.

Con todo esto dicho, voy a contaros tanto en esta entrada y en otras que voy a ir publicando durante toda esta semana (para que esto no se haga muy pesado) todos los sitios que visité y que creo que merecen la pena conocer si te acercas hasta la provincia.

He de decir que como contábamos con tiempo y no es una zona excesivamente grande, fuimos con muchísima calma, pero, si apretáis un poco más el tiempo, os dará tiempo a ver muchísimo más de los alrededores, aunque creo que no me perdí nada especial.

Logroño

Obviamente, debía empezar hablando de la capital. Yo la visité en dos veces, durante dos mañanas distintas, pues es el momento del día en el que más cosas hay abiertas.

Dejamos el coche en un aparcamiento y fuimos andando hasta la oficina de turismo donde nos dieron la información sobre todo lo que podíamos visitar.

Nos coincidió además con que se estaba celebrando la Feria de Arquitecturay ya desde el principio fue muy curioso. Cuando íbamos con el coche, sin saber nada de esto, vimos a una bicicleta de montaña haciendo piruetas por encima de unos coches aparcados en la calle. Cuando nos acercamos ya un poco más vimos que es que había una estructura de madera encima de varios coches, que además eran coches de desguace, por lo que se trataba de algo especial, no de un vándalo subiéndose por los coches que iba encontrando. Ya cuando vimos que se estaba celebrando esta feria entendimos todo.

Es una capital con un casco antiguo muy pequeño que puedes recorrer de punta a punta en menos de diez minutos a paso ligero.

El sitio más importante es, con diferencia, la Concatedral. Cuando llegué estaban en misa y teniendo comuniones, por lo que tampoco pude estar visitándola y recorriéndola en exceso. Está dividida en dos zonas. Una de ella es una especie de capilla que está super decorada. Es muy bonita porque tiene muchas esculturas, pinturas y relieves en las paredes. A mí me apasionan los techos de las bóvedas y cúpulas y este no podía ser menos, estaba totalmente decorado con unos frescos preciosos.

También me llamó la atención una chimenea que hay, que pertenecía a la tabacalera de la ciudad (la fábrica de tabaco) y que la mantienen allí, entre dos calles. Además, como era la feria de arquitectura estaba seguida por una escultura por la que se podía andar por dentro y estaba llena de niños que se acercaban a jugar.

Otro sitio que visitamos fue la iglesia de San Bartolomé. Tampoco pudimos visitarla demasiado porque había misa en ese momento, pero lo que es curioso también es su exterior. Justo al lado hay una pequeña plaza que tiene en el suelo hecho un tablero del Juego de la Oca con las paradas del camino de Santiago.

Logroño es parte de este camino y la calle de esta iglesia es concretamente por la que van los peregrinos que se acercan a Santiago, así que por eso mismo se hizo esta Oca y unos dados enormes de piedra que es imposible mover. Aparecen todos los pueblos de La Rioja importantes por los que pasa el camino.

Después de estar haciendo turismo toda la mañana, lo mejor fue ir a comer, en otra entrada os contaré el mejor sitio que hay para comer, la calle del Laurel donde estuvimos comiendo a base de tapas de un bar a otro. Estaban muy buenas y se comía perfectamente. Sin embargo, también había muchísimos bares y restaurantes para todos los gustos. Lo que me llamó la atención, teniendo en cuenta que vengo de Madrid, es que en el casco histórico no había ningún tipo de cadena o franquicia como te puedes encontrar en cualquier ciudad grande, aunque lo más seguro sea que estén solamente a las afueras, en la zona de viviendas.

Después de comer lo único que hicimos fue dar una pequeña vuelta ya más por las afueras. Está muy cerca de un río y un parque enorme, así que nos acercamos hasta allí y fuimos andando por la orilla del río. Llegamos hasta un puente bastante bonito, que había sido una vía del tren que cruzaba el río y vimos la ciudad desde el otro lado. Las vistas eran increíbles, se veía todo el skyline de la ciudad, con los picos y cúpulas de las iglesias y catedrales.

En esta otra orilla del río estaba también el museo de ciencias, que era un edificio que originalmente era el matadero de la ciudad. Era muy curioso porque por todo el camino había unos instrumentos musicales enormes y estaban todos los niños y la gente que se acercaba tocándolos todo el rato.

Una vez que regresamos al centro de la ciudad cogimos ya el coche para llegar a nuestro segundo destino… ¡Ezcaray!

Ezcaray

Ezcaray es un pueblo más en la montaña. Es bastante conocido, sobre todo porque se encuentra al lado de Valdezcaray, una pista de esquí. Por esto mismo, es uno de los sitios más turísticos y que más opciones de alojamiento tiene. Nosotros aprovechamos este pueblo para quedarnos a dormir en unos apartamentos que hay. Además, la ventaja que tiene este lugar es que su temporada alta es en pleno invierno, cuando vienen los esquiadores, por lo que, si viajas en cualquier otro momento del año, los precios serán más bajos de lo que te encontrarás en otras ciudades o pueblos cercanos. Es por esto por lo que nosotros acabamos durmiendo aquí.

Antes de hablaros del pueblo, os voy a hablar de una ermitaque hay a lo alto de la montaña. Está nada más dejar atrás el pueblo, entre Ezcaray y Zorraquín, un pequeño pueblo que consiste básicamente en una calle con poco más de seis o siete casas. Entre estos dos pueblos hay un pequeño camino de tierra que sube hasta estar ermita. Se puede llegar en coche hasta casi la cima, lo cual es un alivio, porque está a 1000 metros de altura, aunque si se prefiere, se puede hacer andando.

Desde lo alto de esta ermita se tienen unas vistas espectaculares del pueblo y de todos los alrededores,además se ven ambos lados de la montaña, que no se pueden ver desde ningún otro sitio. Estoy segura de que esto en invierno tiene que tener unas vistas espectaculares con todo nevado. 

Por la tarde nos acercamos a ver el pueblo. Es un pueblo pequeño, aunque es de los más grandes de la zona. Es muy medieval y bastante bonito, aunque cuando sales del casco lo que te encuentras son edificios más modernos, sobre todo apartamentos vacacionales que estaban totalmente vacío por no se temporada alta.

Los edificios son muy bonitos, muy típicos de la zona y muy antiguos y contrastan con algunos de los restaurantes que hay, que son muy modernos, bares de copas para el turismo. No hay nada que visitar, tan solo hay que ir paseando por las calles y las plazas del pueblo. Haciendo esto nos empezó a anochecer y entonces era todavía más bonito pues se iluminaron los balcones y los edificios de las plazas y quedaba realmente bonito.

En una tarde podéis ver perfectamente el pueblo, no hace falta más tiempo que un par de horas, pero lo recomiendo porque es muy interesante de ver.

Después de esto volvimos al apartamento a descansar y con esto terminamos nuestro primer día. Muy pronto volveré por aquí a contar cómo fue nuestro segundo día y qué fue lo que pudimos ver.

¡Gracias por leerme!

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