4 días por Eslovenia (parte II)

¡Hola a todos!

Hoy continuamos con el tour de 4 días por Eslovenia. Después de visitar el primer día la capital Liubliana, nos dirigimos ahora hacia el Lago Bled, uno de los atractivos más visitados del país y pasamos toda la mañana allí. Son alrededor de 40-50 minutos de camino en coche desde Liubliana.

También se puede ir en autobús desde la estación de Liubliana. Salen auobuses cada hora y el trayecto dura 1 hora y media aproximadamente. El precio del viaje es de 8€.

Lago Bled

Al llegar intentamos encontrar sitio para aparcar gratuitamente pero después de dar varias vueltas por la zona, creo que lo más fácil es dejarlo en un parking justo al lado del lago que cuesta unos 10 euros. Si tenéis suerte y sois varios en el coche a repartir como en nuestro caso, no sale tan caro y se ahorra bastante tiempo para disfrutar del lago. 

El lago es increíble, paisaje con montañas de fondo, una isla con una iglesia en el centro del lago, un castillo en la cima de una colina...

Se necesita alrededor de 1 hora y media para dar la vuelta al lago a pie por el camino que lo rodea desde la orilla. Nosotros no disponíamos de demasiado tiempo así que simplemente recorrimos parte de él y subimos a lo alto de la colina para visitar el castillo. Lo hicimos a pie aunque también es posible subir en coche y aparcar en un parking justo al lado del castillo.

Antes de visitar el lago me estuve informando y por lo que había leído en diferentes blogs, la visita al castillo no merecía bastante la pena y costaba unos 8€ creo recordar. Solo lo recomendaban por las vistas que se obtienen desde él, pero existe otra manera de disfrutar de una buena panorámica.

Intentamos seguir las instrucciones que había leído en un blog y nos metimos por un camino detrás del castillo que estaba vallado, pero pasamos igualmente y vimos a varias personas por el camino por lo que digamos que no se le hacía demasiado caso a esa valla y el cartel de “prohibido el paso”. En algún momento del camino debimos perdernos ya que no conseguimos las vistas que esperábamos, pero de cualquier manera valió la pena.

El lago ofrece muchas posibilidades. Se puede alquilar una barca y remar hasta la isla en el centro del lago y visitar su iglesia. El precio es de unos 10-15€. Nosotros decidimos no hacerlo pero en otra ocasión con más tiempo probablemente merezca la pena (aunque se necesita bastantes fuerzas para ir y volver ya que no está tan cerca como parece).

Un dato curioso sobre esta isla es que existe una tradición que dice que para que un matrimonio sea largo y feliz, el novio debe llevar a la novia en brazos por las 99 escaleras de esta isla, de hecho todavía existen parejas que celebran su boda aquí.

¡Ah! Aprovechad si vais en verano ya que el baño está permitido, de hecho hay zonas especialmente habilitadas para ello y, por raro que parezca, el agua para ser de lago es bastante apetecible.

Sin duda, Bled es uno de mis lugares favoritos de Eslovenia. Ya he ido dos veces y siempre me quedo con ganas de volver. Además, dependiendo de la estación los colores del paisaje cambian y le dan un toque muy distinto al lugar.

Recomiendo visitar también el lago Bohinj, muy cerca de Bled, ya que parece increíble también. Por desgracia tuvimos que descartar algunos sitios para tener tiempo de ver todo con más calma.

Vintgar Gorge

Al mediodía comimos en uno de los restaurantes de la zona y justo al acabar de comer nos dirigimos hacia nuestra siguiente parada: Vintgar Gorge.Está a solo 4 km de allí y se  recorren en unos 15 minutos. Al llegar encontramos un parking bastante grande donde dejar el coche, además era gratuito. 

Pertenece al Parque Nacional de Triglav, una reserva natural. Para entrar al parque hay que pagar una entrada de 3€, si no recuerdo mal, que se destinan íntegramente al mantenimiento de este.

En nuestro caso no nos encontramos cola ya que visitamos el parque en temporada baja, pero si acudís en temporada alta normalmente se aconseja visitar el parque a primera hora de la mañana para evitar colas y disfrutar del parque sin masificaciones.

Se trata de un desfiladero por el río Radovna de aguas color esmeralda que te dejará boquiabierto. Esta garganta separa dos montes, el  Boršt y el Hom, por lo que como os podéis imaginar el paisaje está lleno de vegetación y algunas de las paredes verticales a los lados llegan a los 100 metros de altura. El desfiladero se puede recorrer gracias a unas pasarelas de madera y senderos que se construyeron en 1893.

El camino apenas requiere esfuerzo, casi sin pendientes y de 1,6 km para llegar de una punta a la otra del parque. Tardamos en recorrerlo sobre dos horas aunque se puede hacer en menos tiempo, pero nosotros nos paramos bastante a hacer fotografías y se nos alargó un poco.

A lo largo del camino nos encontramos con varios puentes de madera que nos llevaban de un lado a otro del río. En algunas partes del recorrido el río fluye con mucha tranquilidad e incluso se crean como piscinas naturales.

En una zona nos encontramos a la orilla del río varios montones de pequeñas piedras apiladas que han ido construyendo los turistas, por supuesto nosotros no dudamos en construir también el nuestro.

Al final del recorrido nos encontramos con la cascada Šum, de unos 13 metros de altura. ¡Desde aquí tendréis la foto perfecta!

Al llegar a este punto, toca dar vuelta hasta llegar de nuevo a la entrada del parque, perfecto para apreciar de nuevo el camino y ver con nuevos ojos el paisaje. Yo al menos no me cansaba de admirar el color esmeralda del agua.

Para acabar con Vintgar Gorge, recomiendo llevar calzado cómodo ya que aunque la ruta es sencilla, hay tramos en los que la madera está mojada por lo que puede ser resbaladizo y otros en los que hay huecos entre los tablones de madera. Además, siempre se camina con más tranquilidad y se disfruta más del camino con calzado cómodo.

Castillo Predjama

El tercer día visitamos por la mañana el Castillo Predjama. Este castillo es el más grande dentro de una cueva, de hecho, ¡estáinscrito en el libro Guinness de los récords! 

Se encuentra en una pared rocosa de 123 m desde hace nada más y nada menos que 800 años. Detrás del castillo existen varias galerías entrelazadas.

El castillo se puede visitar al completo, tanto las salas comunes, el cuarto donde torturaban a los prisioneros, la cocina, etc. como el comienzo de una cueva secreta. La entrada es de 13€, por lo que en mi opinión, si no eres demasiado amante de los castillos, quizás no te compense entrar dentro. Además, verlo desde fuera es lo que más merece la pena ¡y es gratis!

En nuestro caso algunos de nosotros entramos dentro del castillo aunque la mayoría decidieron quedarse tomando algo en la cafetería que hay justo al lado y desde la que tendréis unas vistas de lujo del castillo. La visita de los que decidimos entrar duró sobre una hora y media, casi dos si no recuerdo mal, bastante más de lo que nos esperábamos. A lo largo de la visita puedes ir conociendo curiosidades sobre el castillo con un audio guía que incluye la entrada.

He visto diferentes fotografías del castillo de noche y también parece bonito, aunque a nosotros nos esperaba nuestra visita a las cuevas de Skocjan.

He de decir, que muy cerca del castillo, a solo 10 km, existen otras cuevas muy famosas: cuevas de Postonja. Como solo teníamos tiempo de visitar unas nos decantamos por las de Skocjan, un poco más lejos de nuestro punto de partida, a unos 30 kilómetros. El trayecto nos llevó sobre unos 40 minutos.

Ese mismo día comimos justo  en un restaurante al lado de la entrada a las Cuevas Skocjan y para nuestra sorpresa nos dimos cuenta de que justo ese día de la semana las cuevas estaban cerradas. Por eso chicos, sed más inteligentes que nosotros y siempre echadle un ojo a la página web de los sitos que vais a visitar para ver los horarios o os pasará como a nosotros. No nos quedó otra que marcharnos al apartamento y dejar la visita para el día siguiente.

Cuevas Skocjan

Por lo tanto el cuarto día nos levantamos temprano para tener tiempo de visitar las Cuevas por la mañana y luego ver la ciudad costera de Piran.

Las Cuevas Sckocjan son el único sitio declarado Patrimonio de la Humanidad en toda Eslovenia. Y la verdad que con razón, ya que estas cuevas aparecen debido a un fenómeno natural excepcional. El río Reka fluye durante 55km por la superficie y después desaparece hasta llegar de forma subterránea, ya en Italia. A lo largo del recorrido de las cuevas se puede ver a menudo este río.

La entrada a las cuevas nos costó 12€. Pero hay que tener en cuenta que nosotros tuvimos descuento de estudiantes y como he dicho era temporada baja, por lo tanto probablemente pueda llegar a aumentar unos 5€ más.

Antes de entrar en las cuevas recorrimos un camino largo para llegar a ellas, más largo de lo que esperábamos. Las visitas se realizan siempre en grupos, a horas marcadas que podéis consultar previamente en la página web, y con un guía en diferentes idiomas. Nosotros fuimos con el guía en inglés ya que éramos un grupo de Erasmus y cada uno veníamos de países distintos. De todas formas, no dan la opción de hacerlo en español. La visita dura unas 2 horas aproximadamente.

Las Cuevas de Skocjan tienen millones de años y estuvieron habitadas en la prehistoria. Existen varias pruebas de ello en el interior de ellas explicadas por los guías. Las visitas turísticas recorren alrededor de unos 3km de los 6km en total que tiene esta cueva. Eso sí, el recorrido está lleno de escalones, unos 500, aunque no se hace demasiado duro.

Otro dato importante es la baja temperatura dentro de las cuevas, por eso es importante no olvidarse de llevar ropa abrigada, aunque se visite en verano.

Para mí lo más impresionante de la cueva y lo que mejor recuerdo es el puente Cerkvenik, de unos 47 metros de alto sobre el río Reka. Si tenéis vértigo como algunos de los de mi grupo, tomarlo con calma, ¡se cruza más rápido de lo que parece!

Esta ha sido la única foto que pude sacar de la visita ya que estaban prohibidas las fotografías en el interior de la cueva, incluso sin flash.

Última parada: Piran

Entre la visita, comer, y el camino hasta Piran, se nos hizo bastante tarde y además era noviembre, o sea que allí anochecía sobre las 16 – 17h. Por esta razón no pudimos disfrutar de esta ciudad que, por lo poco que pudimos ver de noche, tenía muy buena pinta y es un lugar de un rollo muy diferente al de las demás visitas que os he contado anteriormente. Yo al menos me quedé con ganas de conocer esta acogedora ciudad.

Esto ha sido todo sobre mi viaje a Eslovenia. Recomiendo sin duda a todo el mundo visitar este increíble país. Espero que os haya gustado. ¡Gracias como siempre por leerme!

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