Špania Dolina, un secreto bien guardado en Eslovaquia
¡Hola a todos! Me gustaría compartir con vosotros uno de esos tesoros escondidos que incluso, a veces, ni los propios eslovacos saben lo que es. Y tengo que decir que yo lo descubrí por una de estas casualidades de la vida. Se trata de Špania Dolina, un pueblo que se encuentra clavado entre montañas y muy bien escondido en el centro de Eslovaquia, y puedo decir que a día de hoy, uno de los pocos lugares en el que se pueden recorrer sus calles sin tropezarte con cientos de turistas. Este pequeño pueblo de unos 200 habitantes reúne todas las condiciones necesarias para un fin de semana de tranquilidad y naturaleza, de estrellas en la noche, pero también de historia. ¿Os ha picado ya la curiosidad?
CÓMO LLEGAR
Partamos desde el principio. Špania Dolina se encuentra a unos 10 kilómetros de la ciudad de Banska Bystrica, en el centro de Eslovaquia. Pero cómo otros lugares poco conocidos en este país, llegar hasta allí puede ser un poco complicado. Lo mejor es disponer de coche propio, como ya recomendaba en la entrada de Castillo de Muran. En caso de que no, hay autobuses que te llevan desde Banska Bystrica por 0,95 aunque las combinaciones no siempre son muy buenas. Otra opción rentable es coger un taxi desde Banska Bystrica (esta fue mi opción la primera vez que fui), sale por unos 10€ ir, y otros 10€ volver, y compartiendo gastos merece la pena, pues no tienes que estar pendiente del reloj.
Tengo que añadir que, para quienes elijan la opción de coche propio, la entrada es un poco confusa así que hay que ir despacio y pendiente al desvío. Si después del desvío te encuentras atravesando un bosque súper espeso por una pequeña carretera llena de curvas y cuestas, no te preocupes, estás llegando a tu destino.
SOBRE ŠPANIA DOLINA
Nada más llegar lo primero que encontrareis será la plaza principal con alguna tienda, un hostal y un restaurante (el único del pueblo, que yo sepa). Este es el punto más bajo del pueblo, pues si alzáis la cabeza veréis casas oscuras robando territorio al denso bosque que lo rodea, y el edifico más llamativo, una gran iglesia blanca con tejados negros. Desde ese punto solo hay un dirección visible prácticamente, cruzar un arco que hay junto al restaurante y comenzareis a introduciros en el pueblo. No hay calles ni un acceso apropiado para coches, son casitas amontonadas en las laderas del valle de la mejor forma posible.
En el siglo XIX, este pueblo, fue uno de los lugares más explotados por la minería en Eslovaquia, en general toda esta zona, por lo que aún se conservan túneles a los que asomar la cabeza que pertenecían a antiguas minas. En el camino encontraremos la entrada a una antigua mina que se puede visitar por unos metros y que tiene un cartel explicativo (también en inglés).
Pero por lo que destaca históricamente este pueblo es por su conjunto de casas pertenecientes a los mineros que trabajaban en aquel lugar. Se caracterizan por usar como materiales de construcción maderas y pintarlas en tonos muy oscuros, además de los tejados a dos aguas.
NATURALEZA Y EL MEJOR MIRADOR
Es muy fácil perderse en la naturaleza en este lugar. El pueblo está rodeado de varias rutas de senderismo por la montaña, pero yo os voy a hablar de una en concreto, que es la que lleva al mejor mirador del pueblo y se tarde unos 30 minutos aproximadamente. Solo tenemos que continuar todo recto por la “calle” de la que os hablé al cruzar el arco, y tras pasar varias casas encontraremos un camino a la izquierda que sube hacia un bosque, sólo hay que seguirlo y en cuestión de segundos estaremos en mitad de la naturaleza más salvaje.
Pero no temáis, el sendero está bien definido y hay carteles explicativos sobre algunas entradas a las minas que encontraremos a lo largo del sendero, como carteles que indican diferentes direcciones. ¡Disfrutad de la tranquilidad!
En un momento determinado, el camino se bifurca en dos, continuar recto o girar a la izquierda, y tomaremos la última opción. Unos 10-15 minutos después encontraremos a la izquierda unas escaleras que bajan al mirador. Se diferencian con facilidad entre los árboles.
No os voy a engañar, el mirador en sí es feo y está poco acondicionado, pero las vistas que ofrece del pueblo y de todas las montañas de alrededor son increíbles. Este mirador es en realidad una montaña de escombros y minerales inservibles que sacaban de la mina y fueron acumulándolos en una de las laderas hasta formar esa amalgama de rocas.
Una vez terminada la visita al mirador tenéis dos opciones:
1) Volver al pueblo por dónde habéis venido.
2) Continuar andando por el sendero y bajar por el otro lado, dónde se ubica la iglesia. (La más recomendada). No temáis perderos por la montaña, hay señales que indican por dónde bajar para volver a Špania Dolina a lo largo del camino, si incluso quisierais seguir andando por largo rato.
LA IGLESIA
La iglesia de Špania Dolina es una imponente construcción del siglo XII que domina todas las laderas y el pueblo entero. A pesar de las innumerables reformas que ha sufrido, se conserva en un buen estado y está en perfecta sintonía con el resto de las casas por su tejado de madera negro. No se puede entrar, pero se puede mirar a través de una verja y podéis recorrer todas las calles de alrededor, repletas de casas de mineros y jardines muy floreados.
A pesar de la altura a la que se encuentra, se puede llegar desde allí a la plaza principal a través de un túnel con ¡160 escalones! Y todos de madera por supuesto.
Espero que hayáis disfrutado con el blog de esta joya perdida y ¡no dudéis en visitarla!
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Comentarios (2 comentarios)
Paloma Cerdán Candela hace 5 años
¡Qué bonita es Špania Dolina! Lo mejor de Eslovaquia ;)
Carmen Prado hace 5 años
Jajaja sin duda!