Algunas curiosidades sobre los daneses.

Hoy os traigo en este blog una mezcla de cosas muy útiles si os vais a vivir a Dinamarca y de curiosidades que siempre está bien saber sobre el país y las personas que viven en él. La cultura danesa es totalmente distinta a la nuestra, por lo que es normal que en un primer momento todo lo que hagan o digan nos parezca curioso o raro. Cuando estuve estudiando allí hice una pequeña lista aleatoria apuntando todas las cosas curiosas que iba descubriendo a lo largo de mi estancia en Aarhus, así que aquí la tenéis. Hay que decir que todo esto es lo que vi en Aarhus, por lo que no sé si en otras ciudades danesas será igual o las cosas cambiarán.

Como ya sabéis, Dinamarca es uno de los pocos países donde el porcentaje de personas que utilizan la bicicleta es mayor que el de personas que utilizan sus vehículos. Y es que aquí puedes ver hasta a personas muy mayores subiendo cuestas en bici. Una de las cosas que más curiosas me parecieron cuando me las contaron, es que al menos en Aarhus, está permitido ir en bici borracho pero, por ejemplo, no pueden subirse dos personas en la misma bici o no puedes llevar la bici sin faro de luz o ahí ya sí te multan. Entiendo lo del faro, pero resulta un poco curioso el hecho de que no dejen a dos personas subir en una bici por seguridad pero sí les dejen conducirla borrachos.

Algo que sin duda me sorprendió enormemente es que la gente se descalza en todo momento y en todas partes. Aquí también puedes ver a personas descalzándose en los parques (aunque cada vez menos), pero algo que sin duda alguna no ves es a gente yendo descalza en el transporte público, a comprar a un supermercado o a IKEA. Mucho menos llegas a clase y hay profesores que te dicen que te puedes descalzar para hacer algunas actividades, ni ves a personas tumbadas descalzas en los bancos para sentarse que hay por la universidad. Al principio era bastante chocante salir a la calle con tus botas y ver a familias de la mano, bajar la mirada a sus pies y ver que iban descalzos, la verdad.

Otra de las cosas que no solo me sorprendió sino que además me dio ganas de volver allí para estudiar toda la vida es que allí no se conforman con que los estudios públicos universitarios y de máster sean gratuitos. Allí los estudiantes daneses de estudios postobligatorios que además estén trabajando reciben 800€ mensuales solo por ser estudiantes y trabajar al mismo tiempo. Esto fomenta enormemente que la gente no abandone sus estudios, aunque por otro lado las exigencias a los estudiantes cada vez son mayores y continuar estudiando después del instituto empieza a ser casi una obligación si quieres encontrar trabajo. Y uniéndolo a esto, teniendo en cuenta que trabajar horas extra está mal visto en las empresas, esto ayuda a que entendamos un poco mejor que, a pesar de los impuestos, el nivel de vida allí sea tan alto.

Podéis ver la bandera danesa en todas partes. Al principio recuerdo que no entendíamos eso de que hasta en las revistas de propaganda comercial apareciesen un montón de banderas en las portadas y el resto de páginas. Después nos contaron que allí la bandera danesa se utiliza para celebrar los cumpleaños, por lo que cada vez que hay uno allí decoran sobre todo con guirnaldas hechas con su bandera.

Hablando sobre cumpleaños, tuve la suerte (o desgracia, según se mire) de conocer cómo celebran los cumpleaños los niños pequeños en Aarhus cuando estuve trabajando en la escuela de infantil. Resulta que allí celebran los cumpleaños no solo un día entre semana (algo raro teniendo en cuenta que son niños de entre tres y seis años), sino también en horario de guardería (allí hasta los seis años). La verdad es que siendo sincera esto me dejó alucinando, porque significaba que en medio del horario lectivo algunos niños se iban con un par de profesores de la guardería a la casa del niño del cumpleaños mientras los niños que no habían sido invitados se quedaban en clase. Esto me pareció un gesto bastante feo por parte tanto de padres como de profesores, ya que los niños a los que no invitaban se quedaban bastante tristes, y encima se alteraba muchísimo la rutina del día (algo que allí tienen muy marcado). Me parecería genial que celebrasen los cumpleaños en horario lectivo si se invitase a todos los niños, claro, pero siendo así...

Y siguiendo con el tema de los niños, a mí me parecía alucinante lo bien que les enseñan desde pequeños el tema de la comida sana y la salud. Resulta que yo comía en la guardería, a la vez que los niños. Allí no hay comedores, sino que cada niño se lleva un tupper de casa con la comida ya preparada. No comen nada caliente, todo es frío. Normalmente, cuando un niño abría su tupper te solías encontrar una o dos piezas de fruta (normalmente un plátano y una manzana), trozos de verdura (media zanahoria, un trozo de pepino, trozitos de pimiento... ), un par de tostas típicas de pan de centeno con algún embutido y un batido, zumo, algo de chocolate o barrita energética. Todo muy sano. Y por si esto fuera poco, los niños preferían dejarse las verduras para el final porque realmente creían que era lo que estaba más rico de todo.

Además los profesores y pedagogos se preocupan muchísimo por la alimentación de los niños. Un día escribieron una nota a la madre de una niña porque ésta pasaba hambre y le metían demasiado poca comida en el tupper (siempre sabiendo que podían permitirse más, claro), y otra llamaron la atención a una familia que le daba a su hijo demasiados dulces diciendo que el resto de niños los veían y también querían más.

Y siguiendo con la alimentación, algo que no es excesivamente raro pero a mí me sorprendió es la cantidad de tipos de leche que tienen. Para empezar, en los supermercados solo venden leche fresca, algo que ya es raro. Esto para nosotros era horrible, porque teníamos que ir cada dos o tres días al supermercado solo para comprar leche porque no podíamos almacenarla en casa. Además la leche está mezclada con los batidos, los yogures líquidos y las natas, así que creo que ellos son los únicos que se enteran de lo que buscan.

También en el supermercado encontré sopas congeladas o compactas como si fuesen una barra de mortadela. Jamás las probé porque no me transmitía ningún tipo de confianza ver así las sopas, pero me parecía muy curioso llegar a la zona de las pizzas congeladas y encontrarme a su lado sopas de distintos sabores.

Por otro lado, su individualismo y autosuficiencia a veces se les va de las manos. Digamos que los daneses siempre van a su bola, crean y solucionan sus propios problemas sin involucrar a otros y nunca piden ayuda. El problema de esto es que si tú necesitas ayuda pero no la pides, normalmente no se van a acercar a ti a preguntarte "Perdona, ¿puedo ayudarte en algo? ", algo que sí ocurre a menudo en otras ciudades. Así que si necesitas ayuda con algo, piensa que ellos igual no te la ofrecen por sí mismos, pero si se la pides, acudirán rápidamente sin poner malas caras. Son serviciales y muy educados, eso ante todo, y les encanta ver que te sientes cómodo tanto con ellos como en el lugar en el que vives.

Son muy confiados. Se fían de todo el mundo, así cuando vas por la calle puedes ver mochilas o bolsos de gente que no está pendiente de ellos o muchísimas bicis sin candado porque los daneses no creen que nadie vaya robárselas. Por ejemplo, me contaron que una chica se olvidó su cámara réflex en la playa y en vez de quitársela la colgaron de un palo de madera que había. Cuando se dio cuenta y volvió a por ella, la cámara todavía estaba allí.

Y es cierto que los daneses no les roban, lo malo es que son los extranjeros (entre ellos bastantes estudiantes españoles) los que se dedican a robar las bicis sin candado para no tener que comprarse una durante su estancia en el país.

Les encanta el color negro. Siempre que viajas a algún país nuevo te fijas en el estilo de vestir que tiene la gente, por curiosidad. Cuando llegué me di cuenta enseguida de que lo que más se lleva es la mezcla de negro, blanco y gris. Casi todo el mundo viste de esos colores en su día a día, en ocasiones especiales y en cualquier momento. Además, incluso en la decoración (en IKEA si quieres algo de colores te tienes que volver loco buscándolo) suelen primar esos tonos.

Una de las cosas que va ligada a los estudios gratuitos es que los daneses se independizan y empiezan su vida digamos "adulta" a partir de los dieciocho años. Con "vida adulta" no solo me refiero a que vivan solos (algo normal teniendo en cuenta que reciben un sueldo de 800€ aparte de lo que ganen trabajando mensualmente) sino que se mudan con su pareja pronto, se casan muy pronto y tienen hijos aún más pronto. De hecho, hay una tradición que dice que si con veinticinco años no te has casado, tus amigos te bañan en canela.

Y por último, pero quizás lo más importante, probablemente ya conozcáis el famoso "hygge". Al principio resulta un poco complicado de entender, incluso cuando llevas un tiempo viviendo allí, pero en cuanto empieza a llegar el frío empiezas a comprender a la perfección esa forma de vida tan característica y que se supone que hace tan felices a sus habitantes. Y es que para ellos hygge es dar importancia a todos los pequeños detalles de la vida cotidiana, como tumbarte en el sofá a ver una película, comer en familia, tomar café con pastas o leer con la estufa encendida. Es como olvidarse de que tu vida es estresante y tener un rato para descansar y dedicarse a uno mismo y a tus seres queridos. Es un modo de vida distinto, pero que según numerosos estudios, funciona.

Así que ya sabéis, si cuando lleguéis a Dinamarca, o a Aarhus en concreto, veis algo de lo que he mencionado, no os asustéis, que son costumbres diferentes que hacen al país único en lo suyo. Siempre podéis uniros a esas cosas que hacen que os resultan tan raras, o simplemente seguir a lo vuestro, porque nadie va a juzgaros por hacer una cosa u otra (algo que también hay que destacar de allí, el hecho de que nadie juzgue a otras personas por lo que hacen, cómo hablan o cómo visten). Como he dicho, son muy respetuosos, y lo que hace que su forma de vida funcione es principalmente eso, el respeto.

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