Saliendo de Zagreb, Entrando en la región de Eslavonia

Buenas chicos, hoy os voy a hablar de varias cosillas cerca de Zagreb, en primer lugar el pueblo de Marija Bistrica en el monte Medvednica. Es un centro de peregrinación de Croacia. Destaca por una iglesia harto molona y una figura gótica de la Virgen en madera en el Siglo XV. A la dicha se le atribuyen poderes milagrosos desde las invasiones turcas del S.XVI, cuando se salvó de la destrucción; en 1880, un pavoroso incendio destruyó todo menos la estatua, lo cual no pudo sino confirmar sus poderes. De detrás de la iglesia parte unviacrucis,cuyas 14 estaciones están marcadas por obras de escultores croatas y ofrecen unas vistas excelentes. El santuario atrae a 600000 peregrinos al año, aunque fueron más en 1998, cuando el papa Juan PabloIIacudió a beatificar al cardenal Alojzije Stepinac. Quien quiera asistir a un verdadero despliegue de devoción religiosa puede acudir el 15 de agosto, fecha en la que se celebra la popular peregrinación de Velika Gospa (la Asunción de la Virgen).

Entre semana hay hasta 20 autobuses al día desde Zagreb a Marija Bistrica, los fines de semana son menos.

Y muy cerquita encontraréis la región de Eslavonia, dicen que Eslavonia es tan plana que "el monte más alto es una berza”. A pesar de poder presumir de una gran diversidad geográfica, en esta fértil región ha arraigado un mimetismo cultural impresionante, fruto de siglos de influencia húngara, serbia y alemana. Están atravesadas por tres grandes ríos (Sava, Drava y Danubio) y limita al norte con Hungría, al sur con Herzegovina y al este con Serbia. Eslavonia es una tierra casi inalterada por el turismo que tiene maravillas naturales con una sabrosa cocina regional que ofrecer a sus visitantes. Los humedales o las reservas ornitológicas más preciosas de Europa os sorprenderán y es posible hacer circuitos en barco por sus lagos. Osijek, la ciudad más grande de Eslavonia, merece una visita por su ubicación; a orilla del río, un notable barrio fortificado y la arquitectura al estilo de la Secesión viene del noreste, la región de Baranja ha apostado por el "etnoturismo" con el fin de conservar las tierras campesinas tradicionales y atraer a los turistas, sus viñedos son prometedores. Más al este, Vuk todavía se está reponiendo de las heridas de la guerra, pero ya emerge de sus cenizas eira con los visitantes a contemplar sus memoriales de guerra es demoledor. En la frontera con Serbia está Hok, sus antiguas bodegas de vino y un casco viejo bien conservado, frontera y fusión de Oriente y el Occidente.

En antiguos tiempos, Eslavonia fue la despensa de Croacia y sus llanuras producían trigo, maíz, girasoles y tréboles, además de algunos de los más exquisitos vinos del país. A pesar de que la pasada guerra hizo mella en la industria agrícola todavía es posible ver grandes extensiónes cultivadas y pocos paisajes industriales. Aún pueden observarse huellas de la guerra, pero la quietud de los pueblos, sus gentes tranquilas y sus precios ajenos a los cambios estacionales hacen que Eslavonia sea un destino ideal para quienes quieran salirse de la experiencia estándar, la mayoría de las zonas minadas están señalizadas, de modo que hay que prestar atención a las señales con la calavera.

En verano, los mosquitos son pequeños demonios sedientos de sangre dispuestos a abalanzarse sobre cualquier pedazo de carne que encuentren a su alcance. Al llegar el anochecer conviene ir de manga larga o embadurnarse de repelentes. En próximas entradas os hablaré de pueblos encantadores de esta bella región que me he encontrado por los caminos. Un abrazo.