Sali

Sali, oh, Sali, mira que ya a estas alturas había visitado multitud de lugares de Croacia, pero en Sali viví cosas que aunque no me voy a detener en contar puesto que son temas muy personales ciertamente me hacen recordad el lugar con cierta nostalgia teñida de sentimientos coloridos y alegres. Sali... en fin, os voy a hablar de esta localidad. Que no tiene tampoco mucha historia.

Al ser la localidad y el puerto más grandes de la isla, Sali es una auténtica ciudad si se compara con el resto de pueblos y aldeas repartidas por Dugi Otok. La ciudad, que debe su nombre a las salinas que emplearon a los aldeanos durante la época medieval, desprende un aspecto desaliñado y acogedor que me resultó cómodo y modesto. Sali conserva su encanto plácido a pesar de los yates y las pequeñas embarcaciones de pasajeros que amarran en el puerto en verano durante sus idas y venidas a la bahía Telascica y a las islas Kornati. Aunque la localidad quede tentadoramente cerca de estas maravillas naturales, tendréis que sumaros a un circuito o alquilar alguna embarcación para visitarlas.

El pueblo se concentra en la zona del puerto, en la bahía de Porat, donde veréis restaurantes, cafeterías y tiendas. Al oeste está la espléndida bahía de Saácica, arropada entre dos colinas y con calas donde darse un baño. En el puerto hay un camino y unas escaleras que conducen a la parte alta del pueblo, rodeado de pequeñas viñas y campos.

En la oficina de turismo facilitan información sobre la localidad. Además, ayudan a buscar alojamiento en casas particulares, reservan excursiones y distribuyen folletos y mapas.

En la población hay poco por ver aunque resulta interesante visitar la iglesia de Santa Maríaconstruida en el S.XV en el emplazamiento de una iglesia más antigua. Cabe destacar sobre todo el altar de madera y varias pinturas renacentistas.

Sali es un excelente punto de partida para ir a bucear al cercano parque submarino de las islas Kornati. En el Hotel Sali hay una tienda de buceo que organiza cursos e inmersiones por Dugi Otok y las islas Kornati. Esta zona de buceo se caracteriza por la presencia de numerosas cuevas y profundas brechas marinas a causa de su ubicación en mar abierto. En la costa norte de Dugi Otok también se puede practicar el submarinismo por cuevas, ya que algunas son grandes y no demasiado hondas, aptas incluso para principiantes.

En la oficina de turismo se puede contratar una excursión en barco que incluye un recorrido turístico por la bahía de Telascica y la visita de una de las islas Kornati.

El fin de semana anterior al día de la Asunción (15 de agosto), la isla celebra el Festival de Saljske Uzance, que atrae a visitantes de toda la región. Los platos fuertes son las carreras de burros y la procesión que protagonizan los barcos recorriendo el puerto a la luz de las velas. Hombres y mujeres ataviados con trajes tradicionales tocan instrumentos hechos de cornamenta de vacas y bailan las danzas típicas de los pueblos.

No hay zonas de acampada en la isla. Los alojamientos en casas particulares salen a un precio razonable en Sali, sobre todo en temporada baja, y la oficina de turismo facilita información sobre algunos lugares maravillosos y apartados, incluida una casa con su propia islita. En temporada alta, se puede encontrar una habitación, normalmente con baño compartido a un precio de un restaurante caro en Zagreb. El precio corresponde a las habitaciones dobles, y quienes viajen solos deberán pagar el mismo importe. En temporada baja se puede intentar regatear para rebajar el precio un 20 o un 30%.

Me alojé en el Hotel Salí este hotel cuenta con una ubicación inmejorable, está en perfecto estado y tiene una buena relación calidad-precio. Dispone de vistas a las calas y está pintado de blanco y azul marino. Todas las habitaciones ofrecen modernos baños, televisión por cable y balcón, y muchas tienen vistas al mar. Su restaurante también es muy bueno.

Y que deciros más, sus gentes...sus mujeres...son una maravilla. De verdad. Intentar hacer amistades allí. ¡Nos vemos! 

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