Día 1. Zagreb
¡Buenos días a todos! Hoy empiezo nuevo blog al mismo tiempo que he empezado con mi viaje a los Balcanes. Es un viaje organizado en el que voy a moverme por varios países de la antigua Yugoslavia acompañada de mi familia y de algunos amigos. En concreto somos veintiuna personas dispuestas a pasar diez días fantásticos recorriéndonos la zona y disfrutando de rincones que tiene pinta van a ser muy guays. ¡Empezamos esta nueva aventura!
Hoy nos hemos pegado un madrugón increíble porque nuestro vuelo hacia Zagreb, que es donde empieza este viajazo, salía a las ocho de la mañana del Aeropuerto de Madrid, y como teníamos que facturar y todo el rollo nos habían citado dos horas antes, es decir, a las seis de la mañana. Esto ha implicado salir de casa a las cinco aproximadamente, lo que implica, como podéis imaginar, que nos hemos levantado bastante antes para ultimar todos los detalles de la maleta y poder salir tranquilamente para reunirnos con el resto de viajeros.
Al haber madrugado tantísimo, nada más subirme al avión me he quedado dormida, por lo que el vuelo que dura aproximadamente dos horas y media de me ha pasado como si hubiesen sido unos diez minutos, lo que tardo en ir a comprar el pan y volver, vaya.
Nada más aterrizar, hemos hecho todo el papeleo con los pasaportes y tras recoger las maletas (afortunadamente ninguna se ha perdido, dato importante...) nos ha venido a buscar la que va a ser nuestra guía durante todos estos días. Casualidades de la vida, se llama igual que yo pero nos ha explicado que en croata la “e” no se pronuncia como en español sino que suena como una “a” y por eso en vez de llamarla Irene tenemos que decir Irena. No sé por qué pero me ha parecido gracioso.
Hemos cogido el autobús y directamente nos han llevado al centro de Zagreb para dar una vuelta por ahí de aproximadamente dos horas...
Lo primero que hemos visto ha sido la Catedral. Muy bonita. Hemos entrado y por dentro me ha gustado mucho, además la guía Irena nos iba explicando todo con detalle, algo que es de agradecer porque el croata no se entiende absolutamente nada. De hecho es algo que me imaginaba pero ha sido al llegar aquí cuando me he dado cuenta realmente de que si te habla un nativo de Croacia no vas a entender absolutamente nada.
Después de esto hemos seguido por el centro hasta llegar al Mercado, donde nos han explicado y hemos visto que en la planta de arriba podemos encontrar la fruta y verdura y el pescado, en la planta del medio la carne y por último en la planta baja todo lo que necesita nevera. Un dato interesante es que en Croacia no se utiliza el euro sino que su moneda es la “kuna”. La historia de esto es que antes se pagaba con la piel de un animal que en croata se llama de la misma forma, “kuna”. En español este animal es una marta, que es una especie de zorro pequeño con la cola muy larga.
A continuación, tras seguir recorriendo las calles de Zagreb (bastante vacías, he de decir, a pesar de ser la ciudad croata con mayor número de habitantes, en concreto, un millón de un total de cuatro que hay en todo el pais) hemos llegado a la plaza donde se encuentra el Parlamento y una Iglesia preciosa que podéis ver en esta foto:
Me ha gustado mucho y algo que me ha sorprendido es que hay muchas banderas de Croacia por todas las calles. Además, con toda la euforia del mundial, pues hay que recordar que Croacia fue la subcampeona del mundo tras perder contra Francia en Rusia, se puede ver que en todas las tiendas de souvenirs lo que prima son las camisetas de su selección.
Tras esto, como estábamos medio muertos de hambre, pues prácticamente no habíamos tomado nada durante la mañana (al menos yo, que a las cuatro y media de la mañana que he salido de casa no me apetecía mucho comer...) hemos parado a almorzar en un restaurante que estaba justo en frente de la catedral de la que os hablaba al principio. El restaurante estaba muy guay, todo muy mono decorado y lo bueno es que no había mucha gente, por lo que al ir en grupo nos ha venido genial. Además, nos han contado que el que ha cocinado el plato de la comida es uno de los mejores cocineros croatas de todos los tiempos. A juzgar por el plato que hemos comido me lo creo. Era un filete de cerdo con salsa de jamón acompañado de ensalada y ñoquis. Delicioso. Para que os hagáis una mejor idea os dejo por aquí una foto:
De postre hemos tomado una tarta de queso riquísima, aunque de esto no tengo foto pues me la he comido antes de que me diese tiempo a hacerla...
Después de comer hemos ido a una de las calles principales a tomar un café. En Zagreb es típico tomar un café en una de sus terrazas y al ser tan famosas están abiertas hasta en invierno, época del año en la que por lo que nos han contado hace muchísimo frío, todo lo contrario que ahora.
Hablando del clima, hace muchísimo calor. Pero muchísimo. Casi en cada supermercado que veíamos por la calle parábamos para comprar agua porque estábamos deshidratados, íbamos buscando sombras constantemente y todos con gorra y gafas de sol como buenos guiris. Igualmente, se iba soportando.
Volviendo al último ratito de turismo, hemos visitado el Teatro Real que es enorme y muy bonito, y justo enfrente está la facultad de derecho de la Universidad de Zagreb. Me ha hecho ilusión verla porque yo estudio derecho y cuando hice la petición de mi Erasmus me planteé venir aquí, aunque finalmente me fui a Niza.
Pues bien, después de esto, hemos vuelto a coger el autobús para movernos a Ljubiana (Eslovenia), nuestra segunda parada de este viaje y que os contaré con más detalle en el próximo post.
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