Housing Foundation de Copenhague: problemas
Problemas con el alojamiento en la Housing Foundation
No hay ningún lugar en el que no haya problemas en lo más mínimo y la Housing Foundation no iba a ser una excepción. Hubo un par de problemas que surgieron mientras estuve allí.
En primer lugar, como había mencionado en mi otro artículo, necesitaba que me cambiasen las llaves, porque no podía entrar en la residencia, debido a que las llaves para esa habitación no eran las adecuadas para esa puerta. Me dijeron que habían cambiado las cerraduras de las puertas hacía poco tiempo y que esa llave era de la anterior habitación. Por tanto, no pude entrar en ese piso, donde estaba mi habitación y por consiguiente tampoco pude entrar en mi habitación. Por suerte, mi compañera de habitación Lisa estaba en su habitación y cuando llamé al timbre, me escuchó y en cierto modo, me rescató de dormir allí en las escaleras o en algún otro lugar del edificio. Por allí, quiero decir, en la entrada porque no había ninguna otra puerta abierta.
Bueno, el problema se resolvió rápidamente. Fui a la oficina de la Housing Foundation al día siguiente después de las clases y me dieron las nuevas llaves, que funcionaban bien en ambas puertas, además el personal fue muy amable y estaba muy agradecida con la atención que me dieron con respecto al problema.
El segundo problema llegó a la semana de estar allí en Copenhague y en los apartamentos Gartnerboligen de la Housing Foundation. Teníamos unas tarjetas para la puerta, que servían para abrir la puerta principal del edificio; con estas tarjetas y la clave de acceso que venía en ellas, podíamos entrar en el edificio. Lo que significa que nadie más puede entrar sin una tarjeta válida. Un día, cuando iba a entrar y utilizar mi tarjeta, no me dejaba entrar ni cambiaba al verde, se quedaba en rojo y fuera estaba lloviendo, yo estaba ya algo mojada y hacía bastante frío, ¡no me podía estar pasando esto! Escribí un mensaje a Lisa, pero no estaba en casa, y entonces, me puse a llamar al timbre. Afortunadamente, una chica nueva estaba en su habitación y escuchó el timbre, así que bajó y me dejó pasar. Me dijo que ese problema también lo tenía su tarjeta. Pero que ella había ido a la Housing Foundation, le habían actualizado la tarjeta y ahora sí funcionaba. Pero no me pudieron ayudar porque ya era viernes y la Housing Foundation no abría los fines de semana, así que tuve que esperar hasta que el lunes volvieran al trabajo. Fue horrible porque había planeado ir a hacer turismo por la ciudad de Copenhague y no pude salir, porque entonces no podría entrar en casa. En ese momento la chica me ayudó y me dijo que ella se iba a ir al campo ese fin de semana, me podía dejar su tarjeta en algún sitio cerca de la puerta y yo la podría utilizar cuando la necesitase, también yo la dejaría allí después de abrir la puerta de la entrada. De esta forma, ella escondería la tarjeta entre las hojas de algún arbusto junto a la puerta del edificio y yo podría utilizarla fácilmente cuando la necesitase para entrar en el edificio.
Aunque ya era viernes por la tarde, todavía tenía tiempo para dirigirme a la Housing Foundation, fui y les conté mi problema, que mi tarjeta no funcionaba. Cogieron mi tarjeta y me dijeron que me la actualizarían y en su lugar, me dieron las cuatro tarjetas que les quedaban y me dijeron que comprobase si funcionaban o no. Me fui a casa con la esperanza de que alguna de ellas funcionase. En cambio, ninguna era válida y fui a decírselo. Me dijeron que volviese el lunes y que entonces tendría mi tarjeta actualizada, hasta ese día tuve que utilizar la tarjeta que me dejaba mi compañera a lado de la puerta.
El lunes fui de nuevo a la Housing Foundation y me dieron mi tarjeta. Sin embargo, la mujer no estaba muy segura de si estaba actualizada o no. Por suerte, cuando llegué a casa y coloqué la tarjeta en el lector, introduje el código, se iluminó en verde y entonces pude entrar en el edificio con mi propia tarjeta. En ese momento, me sentí muy feliz: ¡me había sucedido algo fantástico!
Devolución de la fianza
Como ya os había contado la fianza era de 8000 DKK que son como unos 1500 USD (aproximadamente 1351 EUR). No era una fianza barata y quería que me devolviesen mi dinero. Por ello, intenté no romper nada en mi habitación y tenerla limpia, dejarla tal y como estaba cuando entré. La limpié muy bien hasta que me fui de la habitación, limpié la cocina, el baño, también la sala común, incluso el pasillo de nuestro piso que debo decir que estaba bastante sucio. Me valoraron mi trabajo y me devolvieron el dinero el día 20 de septiembre, justo el día del cumpleaños de mi padre, si queréis saber la verdad. Fue como un regalo para nosotros.
Para finalizar, recomendaría las habitaciones de la Housing Foundation a otros estudiantes que quieran asistir a cursos universitarios en Copenhague. Muchos han dicho que algunos estudiantes no recuperan su fianza y que hay ciertas leyes y cosas así, pero según mi experiencia, me devolvieron la fianza y estoy muy agradecida con los servicios que la Housing Foundation me ha ofrecido.
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