Un semestre en Cluj-Napoca
¿Por qué elegí irme un semestre a Cluj-Napoca?
Durante mi primer semestre Erasmus quería descubrir algo nuevo. No es que ya haya viajado mucho en mis 18 años de vida, pero no solo quería descubrir un país donde nunca hubiera estado, sino también uno sobre el que no supiera nada, o casi nada.
Tenía ganas de descubrir Europa del Este y por ello elegí Rumanía, sobre todo por los clichés que hay sobre él y, más en concreto, sobre la población roma. Otro de los motivos que me llevaron a escoger este país fue el tema económico, puesto que el nivel de vida no es muy elevado, al menos en comparación con Francia. Por otro lado, escogí Cluj-Napoca porque no quería irme a una capital (muy grandes para mi gusto) y porque esta ciudad es lo suficientemente grande como para no aburrirse. Así comenzó mi aventura rumana.
La ciudad
En mi opinión, Cluj-Napoca es una ciudad muy agradable y de tamaño medio. No es gigantesca y se puede llegar andando a casi todos los puntos de interés. Para lo único que tuve que coger el autobús fue para ir hasta los dos centros comerciales (Iulius Mall y Polus Center), que están a las afueras.
Es muy sencillo ubicarse por el centro de Cluj-Napoca, incluso para mí, que no tengo ningún sentido de la orientación. Las calles son, por lo general, bastante rectas, lo que facilita esta tarea. Por otro lado, la ciudad tiene muchos monumentos importantes que ayudan a orientarse. Es el caso de la estatua del rey Matías Corvino detrás de la iglesia de San Mihail, en la "Piața Unirii". En este último lugar es donde se queda normalmente.
En esta ciudad también hay muchos espacios verdes. Destaca un parque para hacer deporte llamado "Babeș Park", que se tiñe de mil colores en otoño y cuyo pequeño lago se congela en invierno. Para admirar la ciudad entera, es posible subir a una colina (llamada "Cetatuia" en rumano) tanto de día como de noche. Este pequeño paseo ofrece unas vistas del amanecer y del atardecer que dejan sin aliento, siempre que el tiempo lo permita.
El transporte
Cluj-Napoca está muy bien comunicada. Tiene su propio aeropuerto (a unos 30 minutos de la ciudad), una ventaja innegable. En la propia ciudad uno puede moverse en autobús o tranvía, aunque la mayoría de trayectos pueden hacerse a pie. Por otro lado, el precio de los taxis es muy asequible, y confieso que a veces caí en la tentación de coger uno para ir a la facultad cuando llovía.
El clima
Pasé allí el invierno y, aunque el tiempo se apiadó de nosotros hasta principios de noviembre, las temperaturas cayeron rápidamente. Cluj-Napopca tiene un clima continental, así que, cuando llegué en junio, aún hacía bueno, y los veranos normalmente son calurosos. Por el contrario, los inviernos son especialmente fríos. Exactamente a partir del 13 de noviembre, la nieve llegó a la ciudad para quedarse. Las temperaturas se mantenían bajas, la nieve no se derretía y se convertía en hielo. ¡Era un círculo vicioso!. Si pasas el invierno en esta ciudad, asegúrate de tener un buen calzado para no resbalarte (no hacerlo es un milagro). Las temperaturas llegaron hasta los -20 °C cuando estuve allí. He de decir que no estaba preparada y opté por la técnica de la cebolla: ponerme capas y capas de camisetas, jerséis, leotardos y pantalones, todo ello acompañado de un par de guantes, una bufanda y un gorro. Así sí es posible sobrevivir al frío.
El alojamiento
Para el tiempo que pasé en esta ciudad, decidí solicitar un alojamiento en el campus universitario. Una de las residencias que están allí está especialmente reservada para los estudiantes Erasmus. La principal ventaja era, sin duda, el precio: por una habitación compartida con baño pagaba 170 lei rumanos, es decir, el módico precio de 40 €.
La habitación no era muy grande y tenía que compartirla con otra estudiante, pero teníamos nuestro propio baño (con bañera y aseo) y casi todo lo que un estudiante puede necesitar incluido en el precio: espacios para guardar las cosas, servicio de lavandería (donde podíamos llevar las sábanas una vez a la semana), calefacción, Internet, etc. También tuve suerte con mi compañera, ya que ella ya llevaba viviendo allí un año y no tuve que comprar ningún utensilio de cocina. Nuestro apartamento, que estaba en el tercer piso, tenía también un balcón.
Había una cocina compartida en cada piso del edificio. Era el lugar de encuentro por excelencia y donde más se compartía. Solo hacía falta asegurarse siempre de tener cerillas o un mechero a mano, aunque siempre habrá alguien cerca para prestarte uno.
Aconsejaría a todo aquel que vaya únicamente un semestre que se quede en esta residencia Erasmus, siempre que vivir con otra persona no le suponga un inconveniente (las habitaciones nunca son mixtas). No solo ahorrarás y podrás gastar ese dinero en otras cosas, sino que además tus amigos estarán a tan solo unas puertas de distancia y podrás quedar con ellos a cualquier hora.
La cocina rumana
La comida rumana se podría resumir con una palabra: carne. Es un producto que está presente en toda la gastronomía tradicional. No será precisamente un paraíso para los veganos y los vegetarianos, aunque evidentemente hay alternativas para ellos. En cuanto a las verduras, bajo mi punto de vista, las que más se consumen son las coles y las patatas. Disfruté mucho de la comida rumana, ya que tiene platos muy apropiados para las temperaturas invernales.
Mi plato favorito era el "sarmale", una especie de pastel de carne envuelto en una hoja de col. Es muy parecido a las "dolmas" que se comen en Turquía, por ejemplo.
Para mi decepción, este plato siempre se sirve con "mămăligă", una masa de harina de maíz parecida a la polenta. ¡Nunca podía comer más de un bocado!
Para quien no le guste la cocina tradicional rumana hay muchas otras opciones en Cluj-Napoca para disfrutar (restaurantes italianos, franceses, turcos, indios, etc. ). También pueden encontrarse las principales cadenas occidentales de comida rápida. Creo que todo el mundo quedará satisfecho con la diversidad culinaria que Cluj-Napoca ofrece.
La vida social
Cluj-Napoca es una ciudad muy dinámica y llena de estudiantes. Por lo tanto, hay muchas opciones a la hora de salir y divertirse. La comunidad Erasmus también es muy importante, lo que facilita la integración. Además, la ESN (Erasmus Student Network) de Cluj-Napoca ofrece muchas actividades y salidas cada semestre para los estudiantes Erasmus. Cuando llegué en octubre (como la mayoría de los estudiantes internacionales), la ESN organizó los "Días de presentación" para que los estudiantes pudieran conocerse entre sí y orientarse en la ciudad. Por supuesto, se organizan veladas, pero también un city tour, una cena internacional o una excursión a Salina Turda, una mina de sal que no está muy lejos.
El centro neurálgico de la vida social de la ciudad está en la calle contigua al campus: la Strada Piezișă. Esta callejuela está llena de restaurantes y bares, por lo que siempre tiene un ambiente muy animado. En este mismo lugar se puede, cuando se sale hambriento de clase, comer una "piadina" (una especie de sándwich italiano) en uno de los pequeños restaurantes, ya que están abiertos casi siempre. El bar Booha era mi preferido por su ambiente acogedor y sus increíbles cócteles.
En el centro de la ciudad mis bares favoritos eran el Old Shepherd, de ambiente irlandés y destacado por sus cervezas, y el Che Guevara, más latino y con cócteles. En cuanto a las discotecas, me encantaba Euphoria, situada en la parte trasera del campus, y el Caro Club, en el centro. Descubrí algo más tarde el Janis Club, un local de moda. Una de las mayores ventajas de la vida nocturna en esta ciudad cuando se es estudiante es, quizá, el precio del alcohol, que es más bajo que en Francia. Esto contribuirá, sin duda, a crear recuerdos inolvidables.
El idioma
El rumano es una lengua latina, al igual que el francés, el italiano, el español o el portugués. Aunque tenga influencias eslavas o turcas, es perfectamente posible apañárselas si se aprenden algunas frases básicas. Además, aunque el rumano tenga algunas letras diferentes del francés, el alfabeto es el mismo, lo que facilita enormemente la vida diaria. Si estás muy motivado, la universidad ofrece cursos de rumano para estudiantes Erasmus, por los que te darán 5 créditos ECTS.
Mis consejos para aquellos que quieran estudiar en Cluj-Napoca
No lo dudes, ¡lánzate! Hay mucho que descubrir en Rumanía. Culturalmente, es un país muy rico. No te desanimes por los rumores que circulan sobre él y ven a descubrir la realidad con tus propios ojos, verás que es muy diferente. Ante todo, gracias al bajo coste de vida, podrás aprovechar al máximo tu Erasmus, sin tener que preocuparte mucho por el dinero.
Personalmente, espero con ansias volver a Rumanía para descubrirla un poco más.
Galería de fotos
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