De Bolonia a Salerno - República de San Marino (2/9)

El 1 de julio pasamos el día en la Serenísima República de San Marino, que supone la República más antigua y el tercer Estado más pequeño en Europa. Fue, sin duda alguna, la estrella de nuestro tour por Italia, sobre todo por la esencia medieval que destila. ¿Cómo se llega hasta allí? Nosotras cogimos un autobús en una parada justo enfrente de la estación de trenes de Rímini. Los tickets pueden comprarse tanto en la Oficina de Turismo (al lado de la estación) como en el propio autobús y el precio es de 5 euros la ida y otros 5 euros la vuelta por persona. Los autobuses que llevan a San Marino pasan cada hora y cuarto aproximadamente. En cuanto a la duración del trayecto, se tarda unos 40 minutos en llegar. Otra opción para llegar a la ciudad es mediante funicular, pero esta alternativa resulta bastante más cara.

Justo cuando nosotras visitamos este lugar estaban con los preparativos de una celebración; se iba a cumplir el 9º aniversario de la inscripción de San Marino en la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad e iba a haber importantes exposiciones y grandes conciertos, así que todas las calles estaban curiosamente engalanadas a la espera de los eventos.

San Marino es una verdadera delicia, si bien es cierto que está plagado de escaleras y cuestas interminables… ¡no olvidéis unas buenas deportivas y una botella de agua... o varias! San Marino cuenta también con una Oficina de Turismo; es un edificio con fachada de piedra ante el cual hay una preciosa estatua en memoria a las víctimas del bombardeo que sufrió la ciudad, por error de las tropas inglesas, en junio de 1944.

Algo que no se me puede olvidar mencionar, existen baños públicos en algunos puntos de la ciudad, los cuales se pueden utilizar por 0, 50 euros.

un-trocito-italia-27-4b64ed6865e0496c330Una de las cuestas de San Marino y, a la derecha, un fabuloso mirador

Según la leyenda, San Marino fue una ciudad fundada en el Monte Titano por San Marino diácono en el año 301. Lo más destacable de San Marino son sus tres Torres, que formaban parte de una antigua fortaleza (en italiano, Rocca) o muralla: Guaita, Fratta y Montale. Guaita es la más grande de las torres y, además, es la más antigua, pues fue construida en el siglo XI; también se utilizó como prisión. En cuanto a Montale o Tercera Torre, esta es la más pequeña y tardía de las torres, se usaba como torre de vigilancia y es del siglo XIV; no se puede acceder al interior pero las vistas desde allí son increíbles.

un-trocito-italia-27-8efae73e7e5d88ac65dVistas desde la fotaleza Guaita

un-trocito-italia-27-63c2111447f53c96ba0Interior de la fortaleza Guaita y vistas al fondo de la fortaleza De La Fratta

un-trocito-italia-27-d263821075f40b9add2Vista de la fortaleza De La Fratta

La Segunda Torre, o Fratta, está en la parte más alta del monte y alberga el museo de las Armas Antiguas. La Torre Guaita y la Torre Fratta son las únicas cuyo interior puede visitarse. La entrada a cada una de las dos Torres es de 3, 50 euros para estudiantes (entrada reducida). A pesar de que en los carteles se lee que solo hay descuentos para grupos de estudiantes, nosotras, siendo solo dos, preguntamos si podrían aplicarnos el descuento y, sin ni siquiera pedirnos el carnet universitario, nos cobraron el precio reducido.

También pueden visitarse la Iglesia de San Francisco (la más antigua de San Marino) y la Basílica de San Marino (gratuita y con un sinfín de pinturas y estatuas), aunque si debo destacar algún otro espacio, este es sin duda alguna la Piazza Libertà, donde se hallan el imponente Palazzo Pubblico, con su torre del reloj, y una estatua que simboliza la Libertad. Allí está el Palacio Público, sede del Gobierno, y se puede ver el Cambio de Guardia a todas las horas "y media". Hay un horario específico que ahora mismo no recuerdo.

un-trocito-italia-27-8b789612aa89460c533La Basílica de San Marino

un-trocito-italia-27-62c5041cd555686f01fEl Palacio Público y, a la derecha, la famosa estatua

Algunos museos "diferentes" que pueden encontrarse en la ciudad son el Museo de la Tortura, el Museo de los Vampiros o el Museo de la Curiosidad; aunque yo creo que no merecen mucho la pena, al menos en mi opinión.

En cuanto a la comida, nosotras comimos en un restaurante cercano a la segunda torre: Hocus Pocus (en la calle Passo delle Streghe). Es un lugar totalmente recomendable, pues no solo cuenta con una situación privilegiada sino que, además, ofrece menús variados a muy buen precio. Nosotras por ejemplo optamos por un menú que incluía bebida, patatas y una pizza enorme por 9 euros. Otra razón para elegir este sitio es que no cobran ni el cubierto ni la propina (coperto y servizio), una práctica habitual, y normalizada, en los restaurantes italianos; eso no significa que no se deba dejar propina si el personal atiende bien, yo al menos soy partidaria de ello.

un-trocito-italia-27-11e7de6e535ecb20d77Una pizza deliciosa que ni cabía en la mesa, en el restaurante Hocus Pocus

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