Una jornada en Cascais

¡Muy buenas a todos! En la publicación anterior sobre los dos días por Lisboa que pasamos mi familia y yo, os conté el itinerario que realizamos para descubrir la capital de Portugal. En el post de hoy y en el que subiré mañana, os hablo de lo que hicimos en Cascais, Sintra y Fátima, otros tres sitios que estuvimos visitando durante este viaje que hicimos el verano pasado.

Itinerario

Cascais

Esta localidad portuguesa me encantó, no solo por sus idílicas playas o su ambiente veraniego, sino también por su importancia cultural e histórica, reflejada en algunos monumentos o puntos de interés turísticos de Cascais.

Como ya os expliqué en el post anterior, mi familia y yo viajamos en coche hasta Lisboa, ya que nos resultaba más cómodo, rápido y económico que en lugar de ir en avión o tren desde Sevilla. Sin embargo, para desplazarnos a Cascais decidimos coger un tren regional, puesto que las plazas de aparcamiento en verano son escasas tanto en Lisboa como en Cascais, así que preferíamos no arriesgarnos para no perder tiempo buscando dónde aparcar.

Además, el precio de un billete era bastante barato (unos 2 euros por persona) y hay muy buenas comunicaciones puesto que el trayecto duraba poco, una media hora desde Lisboa, y había muchos horarios para elegir. A esto se le suma también que el viaje se realiza a línea de costa, por lo que pudimos estar disfrutando de las vistas al mar o a las playas durante el trayecto.

Llegamos a la estación de tren de Cascais, y nada más salir nos encontramos enfrente de la Praia da Duquesa y la Praia da Conceiçao, dos de las playas más famosas de Cascais. Desde este punto, mi consejo es que os perdáis por las calles del casco histórico, que están llenas de vida, restaurantes y tiendas de ropa o de souvenirs, y que a medida que vayáis avanzando, descubráis lugares o monumentos de interés como el Centro Cultural de Cascais, que se trata de un museo de arte el cual alberga exposiciones y cuya entrada es totalmente gratuita, o la Cámara municipal (el Ayuntamiento), situada en una plaza muy pintoresca.

Uno de los edificios que más me enamoró de esta localidad, es el Palacio de Seixas, un castillo a orillas del mar que parece de cuento gracias a su estilo arquitectónico y a su fachada medieval. Si continuamos por el paseo marítimo, llegaremos hasta el puerto de Cascais, situado justo al lado de la Cidadela de esta localidad, una antigua fortaleza, cuya muralla se extiende por gran parte del paseo marítimo.

Por la zona del puerto y la Cidadela, encontramos también la Casa Das Historias de Paula Rego, un museo que alberga las obras de arte de la pintora portuguesa Paula Rego, o el museo de los Condes de Castro Guimarães, cuyo exterior me enamoró por completo, ya que se trata de un castillo pintado de color amarillo.

Dejando atrás la ciudadela, seguimos caminando por el paseo marítimo. Esta caminata puede hacerse pesada en verano debido al calor y la falta de sombra, por lo que os recomiendo llevar gorras, protección solar y mucha agua. Finalmente, y tras haber pasado mucho calor, llegamos a nuestra siguiente parada, el punto que más me impresionó de Cascais: la Boca del Infierno, un acantilado formado gracias a los efectos de la erosión de las rocas y el mar a lo largo del tiempo. Se llama así debido a su forma de boca, y también a las leyendas que hay detrás de este acantilado.

Caminar entre las rocas de este acantilado, apreciar estos paisajes que nos brinda la naturaleza, y escuchar el sonido de las olas impactando sobre estas rocas, ¡no tiene precio! Si estáis por Cascais, no dudéis en acercaros hasta este sitio tan emblemático, ya que os dejará sorprendidos.

Tras pasar un rato por la zona, estábamos muertos de calor, así que volvimos hacia Cascais y nos bañamos en una cala preciosa que nos encontramos por el camino. Estuvimos un buen rato nadando, tomando el sol o simplemente descansando, hasta que llegó el momento de dirigirnos de nuevo hacia la estación de tren de Cascais, para volver a Lisboa.

La localidad de Cascais es bastante pequeña y no tiene tantos monumentos o puntos turísticos muy emblemáticos o importantes como es el caso de otras ciudades. Sin embargo, si estáis de viaje por Lisboa y os sobra tiempo, os aconsejo que le dediquéis un día a visitar Cascais, ya que tiene playas preciosas, el ambiente es muy agradable, y lugares como la Boca del Infierno, o monumentos como el Palacio de Seixas os dejarán con la boca abierta.

En el próximo post, os cuento nuestra visita a la ciudad de ensueño de Sintra, y al lugar de peregrinación más importante de Portugal: Fátima. ¡Gracias a todos!

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