Decidir en Marruecos a que lugares ir y a cuales no, es una tarea bastante difícil, este país esta lleno de lugares que valen la pena visitar al menos una vez en la vida, pero lamentablemente a mi si me toco decidirme por unos cuantos. En los diez días que estuve por el Reino de Marruecos tuve la fortuna de visitar una ciudad que actualmente esta creciendo y puntea entre las más visitadas por los turistas e inversionistas. CASABLANCA.
¿Por que decidí pasarme por allí?, fácil, esta ciudad posee una de las mezquitas más grandes y hermosas del mundo, llamada la MEZQUITA DE MOHAMED V, y por supuesto yo no quería pasarla por alto.
Embarqué en bus a las dos de la madrugada desde la ciudad de Marrakech, ¿por que a esa hora?, si viajaba a esa hora podía ahorrarme el dinero de una noche de hostal, ya que en bus son cuatro horas de viaje hasta Casablanca, y cualquier cosa que pudiera ahorrarme sería bienvenida, ya que estaría por un largo tiempo de un lado a otro.
Así fue como llegue a Casablanca a las seis de la mañana, el bus me dejo en un terminal pequeño del cual me advirtieron que no saliera hasta las ocho de la mañana, ya que podría ser peligroso, yo hice caso y hasta esa hora me quede sentado en una silla entre dormido y despierto.
Tan pronto fueron las ocho salí caminando en búsqueda de la Mezquita, tenía nada mas hasta la una de la tarde para recorrer lo que pudiera de Casablanca ya que tenía conexión con otro bus que me llevaría hasta Rabat.
Confieso que el camino desde el terminal hasta la mezquita fue muy largo, yo iba muy cansado por el viaje, casi no había podido dormir y aparte llevaba mi mochila pesada porque había hecho un poco de mercado para los días que me faltaban, ya que el dinero que tenía lo iba a utilizar para comprar entradas a otros lugares turísticos de las diferentes ciudades que me hacían falta por conocer.
Mientras caminaba pasaba por lugares con mucho contraste, unos parecían sacados de Dubái, y otros con una pobreza desoladora, esto me hizo pensar mucho en lo mal distribuido que esta el dinero en el mundo, situación bastante triste.
Esta era mi vista hacia el lado derecho:
Y en cambio esta hacia el lado izquierdo:
Mi intención no es ningún momento hacer una mala imagen de esta ciudad, porque ejemplos como estos hay por todo el mundo, incluyendo mi país de origen, pero lo que si quiero es aprovechar y hacer una reflexión sobre la tarea que tenemos todos en crear ciudades dignas e igualitarias, y eso no solo se hace con dinero, sino también con voluntad.
Volviendo al relato después de unos cinco minutos más de caminata llegué a la mezquita, y es aquí donde las palabras sobran
Imponente, sobria, elegante, majestuosa, respetable, era lo que pasaba por mi cabeza al verla, pensaba en el numero de años y de personas que se necesitaron para levantar este templo que hoy día sin duda es una maravilla de la arquitectura.
Cuando llegué al acceso el portero me dijo que aun no estaba abierta y que no me podía dejar ingresar sino hasta las diez de la mañana, yo estaba algo angustiado por el tiempo, pero no tenía otra alternativa sino esperar, así que me puse a hablar con el señor portero en ingles, algo verdaderamente gracioso, ya que él no hablaba mucho el idioma pero medio lo entendía, y yo pues no soy el mejor en ingles pero me se defender bien, entonces se puede hacer una idea de como fue la cosa.
Entre la charla él me pregunto por mi país Colombia, del cual le hable dichosamente con orgullo, y yo también le pregunte a él sobre Marruecos, sus costumbres y el ramadán, periodo en el que estaban en ese momento del cual sin ningún problema me conto como pudo detalles sobre cada cosa. Así se dieron las diez de la mañana y pude ingresar.
La arquitectura árabe es totalmente única, y cada rincón de esta mezquita no dejaba de sorprenderme, tenia detalles que me convencían cada vez mas que la admiración que siempre he sentido hacia esta cultura no era en vano. La dedicación que tiene este templo es impresionante pero aun más impresionante es la fe y el respeto de los creyentes hacia sus templos.
Yo no quería salir de este lugar, recuerdo que me senté un momento y me quede perplejo mirándola, no podía parar de decir: wow!, en verdad estaba en un lugar de sueños, este templo es una joya.
Como era época de ramadán el ingreso al interior estaba prohibido, ya que los creyentes estaban adentro orando, al igual en el recorrido que se hace por dentro no se permite tomar fotografías, obviamente esto me dejo un poco triste pero aun así sentía que con lo que había visto me podía ir totalmente satisfecho.
Cuando terminé de recorrerla miré el reloj y ya era hora de irme, así que volví hacía la portería a despedirme del señor portero que había sido muy amable, y en ese momento me llevé una gran sorpresa, este señor me dice: Quiero regalarte algo que te va a acompañar por el resto de tu viaje por mi país, te va a proteger y te llevara sano de vuelta a casa, En ese momento yo solo pensaba ¡que rayos esta pasando!.
De pronto saca de una mesa un libro y me pregunta mi nombre, a lo que yo respondo: Ricardo, y veo que él escribe algo sobre la primer página, termina y me lo entrega. Cuando lo recibo veo que me ha regalado el Corán, yo no podía creerlo, estaba totalmente sorprendido, solo pude sonreír, decir gracias y le di la mano.
Para mi tal vez ha sido el mayor regalo que me han podido dar en cualquiera de los viajes que haya realizado, no soy musulmán, pero el significado que tiene para uno de ellos regalar este libro sagrado es enorme.
De vuelta hacia el terminal pensaba en lo afortunado que soy, y tal vez el mundo solo necesite un poco de amabilidad para que sucedan cosas como estas, que seguro hacen de la experiencia algo inolvidable.