Caracas de mi corazón
Hace poco escribí una historia sobre mi segunda ciudad natal: Cracovia. Escribí sobre "el lugar que nunca olvidaré" y por supuesto, hay muchos otros lugares que me han marcado, pero sentí que le debía ese título a esta ciudad que tanto me ha aportado. La cuestión es que el segundo tema sobre el que voy hablar es "salir de la zona de confort". Empecé a pensar en el viaje que hice hace un año. Fue la primera vez que fui a Europa, sin saber el idioma, sin dinero, ni familia, ni amigos, en un lugar extranjero. Y con todo y con ello, no me sentí tan fuera de lugar como me siento cada día en mi ciudad natal, Caracas.
Caracas no es un lugar para todo el mundo. Caracas es esa señora que se levanta cada día a las 5 a. m. y prepara el desayuno y la comida para toda la familia, vuelve por la noche a casa y hace la cena, plancha la ropa, ayuda a sus hijos a hacer los deberes y se prepara para el día siguiente. Caracas es todos esos hombres que van para allá y para acá en moto, sin importarles acabar en medio de la autopista. Caracas es ese niño que con solo diez años ya es un hombre y tiene que cuidar de sus hermanos. Caracas es el adolescente que rompe la ventanilla de tu coche y te pide que le des el móvil con una mano mientras sujeta el arma con la otra. Caracas es el hombre que se sube al autobús y de pronto te roba el dinero, pero no te preocupes, es lo suficientemente amable como para dejarte algo con lo que pagar el billete. Gente que te roba todo lo que tienes menos tu anillo de boda, aunque sea lo más valioso, porque saben que tiene valor sentimental. Caracas es también mujeres que se te acercan en el metro para arreglarte el tacón roto. Y el vendedor que te regala chocolate por la calle sin motivo, tal vez le gustaste o simplemente pensó que lo necesitabas. Caracas es una ciudad rodeada de montañas, por lo que no es tan fácil ir de un lugar a otro andando, tienes que estar en buena forma. Caracas es estar a 27 grados todo el año. Tiene el mejor clima del mundo, creedme.
La relación que tengo con mi ciudad es complicada. La amo y la odio por igual. A veces quiero irme de Caracas, quiero llevarme a mi familia de aquí. No me siento segura, eso es cierto, pero, ¿cómo abandono esta ciudad si cuando cada día veo el Ávila, nuestra montaña, recuerdo la gloria de mi tierra? Y veo a todos esos niños en la calle que me llevan a querer arreglarlo todo, o intentarlo al menos. Tengo miedo de coger el autobús, pero cuando ya lo he hecho, veo con asombro la fuerza de mi gente. Los veo allí, cantando una canción, respondiendo a las preguntas de los niños, volviendo a casa después de un largo día en el que posiblemente algún loco o desesperado les ha robado lo poco que tenían, o les ha hecho algo peor... Nunca dejarán de sorprenderme nuestras bromas, cómo nos burlamos de nuestras penas.
Por lo que sí, me siento fuera de lugar en mi propia ciudad porque no sé si soy lo suficientemente fuerte como para vivir aquí. No sé si mis sueños van demasiado lejos, si me importa demasiado, o si pienso demasiado. Aquí hay que tener los pies en la tierra, hay que estar preparado para atrapar cualquier rastro de peligro, dolor o esperanza. Es muy difícil de explicar en 2500 caracteres, así que lo digo aquí, donde mi gente, la única que puede comprenderme, no lo leerá jamás. Aunque no necesitan que una desconocida les diga como se sienten: ellos también aman y odian esta ciudad. Ellos también la sienten recorriendo sus venas, los hace más fuerte, capaces de poder con todo, porque cada día sobreviven en el infierno.
Caracas es peligro y belleza. Caracas muerde.
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Comentarios (1 comentarios)
Arnaldo Rodriguez hace 5 años
Hola,me llamo Arnaldo Rodríguez, un estudiante universitario de Caracas que acaba de ser tocado hasta lo mas recóndito de su ser por tus preciosas palabras.Fue uno de los escritos mas bellos que he visto en mi vida acerca de esta hermosa y caótica ciudad.Ojála pueda leer mas acerca de tus escritos,Marina!Un saludo!