Playa tortugas

Playita rica en el caribe mexicano

Era nuestro primer día de playa en Cancún, yo estaba por demás ansiosa de conocer el caribe, ese increíble y paradisíaco lugar de arena blanca y mar turquesa que hasta entonces sólo había visto en revistas de destinos maravillosos en el mundo.

Tomamos la ruta de autobús 2-15 en la Av. Luna cruce con la Av. Sol en Cancún que decía "Zona hotelera" y nos aventuramos a ver qué playita se nos cruzaba por las narices. Decidimos preguntarle al conductor del autobús, un señor de aproximadamente 50 años de edad que cuál era la mejor playa de Cancún según su punto de vista, a lo que luego respondió que Playa Tortugas, que estaba más adelantito.

¡A refrescarse!

Nos bajó del autobús y entre la emoción y el calor decidimos comprar un "six" de cerveza en el oxxo que se encuentra en el camino, caminando por una pequeña callecita donde venden souvenirs y de más objetos de playa para turistas, llegamos a la soñada playa Tortuga.

La verdad es que me latió el corazoncito con el turquesa del mar, y con el calor que sentía solo deseaba elegir un lugar para poder acostarme a disfrutar la buena vida refrescándome con la brisa y mi XX lager en lata.

Sólo al llegar se nos aproximaron dos hombres a ofrecernos "el mejor lugar para estar" nosotros decidimos pagar la renta de un sitio con sombrilla y dos camastros para broncear nuestros pálidos cuerpecillos y ocultarnos del sol cuando así lo deseáramos. El nos dijo que la renta normalmente era por $150. 00 MXN pero que también valía el consumo en su restaurante, así que como nos quedaríamos hasta la hora de la comida decidimos pagar consumo y "matar dos pájaros de un tiro".

Elegimos el lugar más alto para poder apreciar el lugar lo más "pacíficamente" posible, sin embargo nos vimos perturbados enormemente por la cantidad de basura que encontramos en la arena, lo cual, no nos frustraría la felicidad del paraíso. Tomamos una bolsa y comenzamos a recoger toda la basura que podíamos ver al horizonte, nos tomó no más de 5 minutos hacerlo y después de ponerla donde es debido, nos recostamos plácidamente a respirar paz.

Felicidad al fin

El mar era calmo pero su sonido ambientaba ese aura de felicidad que emanábamos, nos tomamos nuestra cerveza y después de un rato de charlas decidimos entrar al mar. El agua nos refrescó y puso de buen humor. Flotamos, nadamos y con nuestros googles para ver debajo del agua fuimos a ver los pecesitos de colores que nadaban felizmente cerca de la clara costa.

Del restaurante pedimos un ceviche de camarón, que fué más que suficiente para dos personas y nos costó $250. 00MXN.

Después de visitar otras playas a los alrededores puedo decir que aunque había mucha gente (supongo que por ser fin de semana) y la presencia de la basura, la playa en sí es de las más bonitas. Así que queda recomendada ampliamente.