Cómo encontré alojamiento en Burdeos

Ya estaba en mi tercer año de universidad, así que decidí irme a estudiar a Francia, era mi sueño desde bien pequeña. Elegí la universidad, me saqué una tarjeta VISA e hice todo lo necesario para tener todo preparado, pero tenía un problema entre manos.

El problema era que no tenía dónde alojarme en Francia.

Solicité plaza en las residencias de la universidad, pero a un mes de irme rechazaron mi solicitud porque me había saltado un proceso de la solicitud. Intenté encontrar otro sitio en el que quedarme por Internet, pero me costaba mucho encontrar algo porque todo estaba escrito en francés, pero finalmente, encontré a una chica con la que compartir casa. Fue un alivio, pero al final me dijo que no porque decidió alquilarle la casa a otra persona porque se quedaría un año. Y eso pasó a tan solo una semana de irme de Japón.

Ya ni me acuerdo de cuántos mensajes envié a los propietarios de los pisos, pero ninguno me dijo que sí, y el día de irme había llegado.

Se supone que llegaría a Burdeos a media noche, así que reservé una habitación en un hotel que hay junto al aeropuerto para pasar la noche y me fui de Japón. Cuando cogí el vuelo de Tokio a París no tenía ni idea de dónde me quedaría al día siguiente.

Durante las tres horas que duró el trayecto a París, me puse a buscar algún alojamiento en el que pudiera quedarme al menos una semana, hasta que pudiera encontrar alguna habitación en Burdeos. Por suerte pude ponerme en contacto con un hombre a través de AirBnB que me dejó quedarme justo al día siguiente de llegar a Burdeos.

El casero me recibió con un vino y queso al llegar a su casa. Le conté cual era mi problema y me dijo que podía quedarme el tiempo que hiciera falta. Así que decidí quedarme en esa casa durante un mes aunque estuviera a una hora de la universidad y aunque me costara tres veces más que un piso para estudiantes porque no podía quedarme en una casa de alquiler hasta el día siguiente de haber firmado el contrato. El casero me llevó a ver muchos sitios de la ciudad y me dijo muchos platos típicos durante mi estancia allí.

Empecé a buscar apartamento en Burdeos pero casi todas las habitaciones estaban cogidas ya porque había muchos estudiantes que venían para esa misma época también. Obviamente, hablé con varios de ellos, pero a veces parecían estafas y otras veces no me parecía un lugar adecuado en el que quedarme a vivir durante varios meses.

Hablé con el casero y tras pensarlo detenidamente, decidí quedarme donde estaba hasta que acabara mi estancia en Burdeos. Y fue comprensivo y me hizo un descuento en el precio del alquiler y quitó mi habitación de AirBnB.

Lo bueno de quedarme en aquel alojamiento a través de AirBnB es que puedes experimentar la vida local desde cerca, más que si vives solo o con más estudiantes de intercambio, porque así puedes estar en contacto con gente local a diario. La habitación de al lado aún la usa para invitados que vengan de AirBnB, así puedo conocer gente nueva procedente de diferentes lugares cada semana. Además, puedo usar gratis todos los muebles y todas las cosas de uso básico de la casa.

Jamás imaginé que encontraría alojamiento en Burdeos de esta manera, pero aquella pequeña oportunidad que encontré esa noche en el aeropuerto se convirtió en una gran parte de mi vida diaria. No sabría cómo agradecerle al casero lo que hizo por mi, le sacaré provecho al máximo a mi estancia aquí.

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