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Un fin de semana en Budapest


Cuando estás de erasmus, tienes que aprovechar tu beca al máximo y del hecho de que todos los países tienen otros países vecinos que puedes visitar sin gastarte la fortuna que te gastarías si viajaras desde tu país.

En mi caso, vivir en Zagreb me dio la oportunidad de estar cerca de los Balcanes y de viajar a sitios en los que no había estado antes. Una de estas experiencias que me gustaría compartir con vosotros es mi viaje a Budapest, pero empecemos desde el principio.

La organización del viaje a Budapest

Durante mi erasmus en Zagreb, conocí a mucha gente nueva. Algunos me parecían bastante interesantes; otros, no tanto. Por suerte, tuve la suerte de que todas las personas que me parecieron interesantes se convirtieron en mis amigos.

Y, cuando haces nuevos amigos y estáis todos en un país extranjero, ¿qué hay mejor que organizar un viaje a otro país?

Así que, nosotros decidimos hacerlo. Una semana antes de navidad, se suponía que uno de mis amigos de Grecia vendría a verme. La forma más fácil de venir era coger un vuelo e Thessaloniki a Budapest y después un autobús hasta Zagreb. Sin embargo, la conexión entre el vuelo y el autobús no era muy buena, así que tendría que quedarse en Budapest durante un día y medio.

Esto también supuso para mi una buena oportunidad de visitar la hermosa ciudad de Budapest, así que decidí ir allí, encontrarme con mi amiga y quedarnos el fin de semana en Budapest; después volveríamos juntas en autobús hasta Zagreb.

Aproximadamente una semana antes de ir a Budapest, salí con mis amigos a tomar unas cervezas. Empecé a hablarles sobre mi amiga y sobre mi decisión de ir a Budapest. Y, ellos, rápidamente, empezaron a darle vueltas a la idea de ir conmigo y alquilar un coche para ir allí, así estaríamos más cómodos.

En un par de días ya habían organizado todo para venir conmigo. Me alegré mucho porque, cuando vas de viaje, cuanta más gente, mejor. Así que encontraron una empresa con la que alquilar el coche y también un piso en el que quedarnos a través de air bnb.

La noche antes de que nos fuéramos a Budapest, decidimos quedar para tomar unas cervezas y terminar de ultimar detalles sobre el viaje: quedamos un viernes por la tarde, a la 1, afuera de un hotel de lujo, cerca de la estación de tren. Mi compañero de piso y yo nos despertamos un poco más temprano para desayunar y tomar un café.

Primer día en Budapest: Viernes

La llegada a Budapest

Cogimos el tranvía y después de 15 minutos, ya estamos en el punto de encuentro. Los demás ya estaban allí esperándonos. Así que, en cuanto llegamos, fuimos a recoger el coche.

Hubo una complicación con todo el procedimiento de alquilar un coche, así que al final decidimos pagar más dinero del que se suponía que pagaríamos. El coche que alquilamos era de 7 asientos, así que el amigo que organizó el viaje, encontró (a través de blabla car) dos chicos más para que vinieran con nosotros y compartir los gastos de gasolina.

El viaje duró casi cinco horas y por la tarde por fin llegamos a Budapest. Nos perdimos varias veces mientras intentábamos encontrar el camino al centro de la ciudad desde la autopista. Pero, después de un tiempo, decidimos aparcar donde encontráramos un sitio e ir al centro andando.

Así que, encontramos un sitio libre, aparcamos el coche y empezamos a ir al centro. De camino, nos dimos cuenta de que teníamos mucha hambre; así que decidimos pararnos en un restaurante chino que nos encontramos. Los precios eran muy económicos, así que decidimos cenar allí.

A mi no me gustó mucho mi comida porque estaba demasiado dulce, pero al menos era barata y ya no tenía hambre. Después de cenar, teníamos que encontrar el apartamento porque habíamos quedado con el propietario para que nos diera la llave.

El apartamento

No nos llevó mucho tiempo encontrar el apartamento porque estaba exactamente en el centro de la ciudad. Esperamos y esperamos, pero nadie llegaba.

Así que, uno de mis amigos consiguió contactar con la propietaria y nos dijo que estaría allí en un rato. Después de casi veinte minutos, por fin llegó, y nos abrió la puerta para enseñarnos la casa. Lo extraño es que para entrar al apartamento había que abrir otras tres puertas antes. ¡Era como una fortaleza!

El apartamento era enorme y había sitio para que todos durmiéramos. Además, aunque hiciera frío fuera, la temperatura dentro era como la de verano. Podías llevar una camiseta y estar calentito.

El mercado navideño

Entonces, nos duchamos, nos cambiamos de ropa y decidimos ir a ver el mercado navideño que estaba muy cerca del apartamento. Estaba lloviendo mucho, pero había mucha gente sentada fuera bajo grandes paraguas. Todos compramos un vaso de vino caliente y nos sentamos bajo los paraguas para bebérnoslo. Estuvimos charlando un rato y decidimos que estábamos muy cansados y que el tiempo estaba muy mal para dar un paseo y buscar un bar. Así que encontramos un bar cerca del mercado navideño y nos tomamos una cerveza.

Sobre medianoche, los dueños nos dijeron que estaban a punto de cerrar, lo que significaba que no tendríamos tiempo para tomarnos otra cerveza. Pagamos la cuenta y nos fuimos fuera para decidir a dónde ir. La mayoría de mis amigos querían ir al apartamento para descansar; así que decidimos comprar más cervezas en una tienda 24h que hay debajo del apartamento, pasar el rato ahí e irnos a dormir temprano porque teníamos un día largo por delante.

Segundo día en Budapest: Sábado

El reencuentro con mi amiga

Al día siguiente, nos levantamos y desayunamos. Después, mis amigos hicieron una lista de las cosas que querían visitar y yo iría a la estación principal de autobuses para encontrarme con mi amiga.

También les pedí información a algunos amigos que estaban en Budapest desde hace algún tiempo y me llevé el mapa para no perderme. Encontré la estación de metro muy fácilmente y cogí el metro hasta la estación de autobuses, donde esperaría a que mi amiga llegara. Se suponía que llegaba en avión y después cogería el autobús desde el aeropuerto y nos encontraríamos en la estación de autobuses.

Por suerte, llegué con tiempo a la estación, porque no había forma de contactar con mi amiga, ya que no tenía un móvil con conexión a internet; y ninguna de las dos tenía dinero en nuestros móviles. Empecé a esperar, pero el tiempo pasaba y más y más autobuses llegaban, y ella no estaba en ninguno de ellos.

Después de casi dos horas de espera fuera en el frío, empecé a preocuparme y decidí meterme en un centro comercial que había por ahí para comprar una tarjeta y llamarla desde una cabina. Me metí dentro del centro comercial y empecé a preguntarle a la gente, pero ninguno sabía hablar inglés. Encontré un puesto de información y le pregunté a la muchacha a dónde podía encontrar una cabina y una tarjeta. Me dijo que podía encontrar una tarjeta en un kiosco que estaba en la segunda planta, pero subí las escaleras y el kiosco estaba cerrado.

Entonces, salí de ahí otra vez y encontré un teléfono con el que podías hacer una llamada introduciendo algunas monedas. Intenté llamarla varias veces pero no había cobertura. No sabía qué hacer y estaba muy preocupada por que algo le hubiera pasado, así que empecé a dar vueltas por ahí por si acaso estuviera esperándome en el sitio equivocado.

En el momento que pensé que nunca la encontraría y que tenía que volver y por lo menos encontrarme con mis otros amigos, la vi y me sentí tan aliviada de que por fin nos hubiéramos encontrado.

Nos dimos cuenta de que las dos fuimos puntuales, pero, simplemente estábamos esperando en estaciones distintas. Entonces, cogimos el metro y nos dirigimos al centro de la ciudad para comer algo y intentar encontrar al resto.

Nos paramos en el mercado navideño e hicimos cola para comprar algo para almorzar. Mi amiga compró verduras a la parrilla (¡estaban tan ricas! ) y yo me compré "lagos", un plato tradicional húngaro (¡era enorme! ). Nos sentamos por ahí para relajarnos y disfrutar de nuestra comida e intentamos contactar con los otros. No pude dar con ellos, así que decidimos ir por nuestra cuenta y explorar la ciudad.

El tour por Budapest

Primero, me compré un vaso de vino caliente para dejar de tener frío, y después nos dirigimos al Danubio para ver las vistas. Estaba a menos de un minuto de donde estábamos. Además, nos encontramos la estatua de la pequeña princesa y nos echamos una foto con ella.

Después, encontramos la Ópera mientras caminábamos. Entramos y echamos algunas fotos del vestíbulo, cuya entrada es gratis. En el vestíbulo también había un enorme y precioso árbol de navidad.

Un fin de semana en Budapest

He aquí una foto de mi amiga con el árbol de navidad que estaba dentro de la Ópera (También nos echamos fotos fuera, donde había más adornos de navidad).

Más tarde, fuimos a buscar la Catedral de la basílica de San Esteban. Estaba muy cerca de la Ópera, así que no fue difícil encontrarla. Además, había mucha gente haciéndose fotos en la parte de fuera; y nosotras también echamos algunas. Después, entramos en la catedral y vimos cómo la gente rezaba y encendía velas. Eché un buen vistazo a mi alrededor y me di cuenta de que todo era de oro. La decoración era preciosa, pero mi opinión cuando la vi fue que era demasiado lujosa para un sitio al que la gente va a rezar.

Un fin de semana en Budapest

La gente en la parte de fuera de la catedral de San Esteban.

Fuera de la catedral, también había otro mercado navideño, donde decidimos quedarnos después de la catedral. Era bastante más pequeño del que habíamos visto por la tarde, pero igual de bonito.

Mientras hacíamos el tour, intentamos contactar varias veces con mis amigos, pero era imposible porque no estábamos sincronizados. En el momento que estábamos en un sitio, ellos estaban en otro sin conexión a internet y no podíamos comunicarnos al mismo tiempo para decidir en qué sitio encontrarnos.

Una de las veces que intentamos dar con ellos, nos sentamos en un sitio con café con café barato llamado "Costa Cafe". Cambiar un montón de diferentes y extrañas clases de café, como café con caramelo y galletas y crema o tarta de queso. Yo me pedí un café normal porque no soy una persona de dulce. Sin embargo, parecían estar bastante deliciosos.

Disfrutando de la música callejera

Después de descansar un poco en la cafetería, continuamos con nuestro tour. Nos encontramos a un chico en la calle que estaba tocando música con vasos de cristal, y nos quedamos ahí para escucharlo porque era increíble. También había mucha gente que estaba allí viéndole y dándole dinero por su increíble actuación.

Un fin de semana en Budapest

El chico con talento que estaba tocando música sólo con vasos de cristal.

Más tarde le tuve que hacer un favor a un amigo que estuvo en Budapest unos días antes que nosotros había olvidado su carné de estudiante en un albergue. Me había dicho la dirección del albergue, así que tenía que ir ahí y coger su carné. En ese momento mi amiga y yo estamos muy cerca de Oktogon, donde estaba el albergue. Así que lo encontramos y fuimos a recoger el carné.

En el momento que salimos del albergue, empezamos a hablar sobre qué hacer ahora. Eran las cinco de la tarde y ya era de noche; la temperatura estaba empezando a bajar y hacía mucho frío. No obstante, cuando eres un turista no se te está permitido tener este tipo de preocupaciones y problemas, así que seguimos andando durante dos horas más y después intentamos contactar otra vez con los demás.

En ese momento, un mujer se acercó a nosotros y empezó a decir algo extraño que no podíamos entender. Le preguntamos si podía hablar en inglés, pero seguía respondiéndonos en otro idioma. La única palabra que podíamos entender era la palabra 'hotel' así que pensamos que estaba perdida Y que quería encontrar su hotel. Le dimos nuestro mapa para enseñarles dónde estabas hotel pero nada cambio. Ella era muy amable y nos sonreía, podríamos entender que quería, así que seguimos caminando con ella hasta que recordó dónde estaba su hotel.

De noche por Budapest

Ya habíamos estado dando vueltas durante 20 minutos y no dábamos con su hotel. Entonces, nos dimos cuenta de que no podíamos seguir haciéndolo porque no merecía la pena, así que le dijimos buenas noches Y seguimos con nuestro camino. Con todo el andar, estábamos un poco perdidas pero nuestro mapa nos salvó la vida una vez más. Ya era hora de volver al apartamento para ver si nuestros amigos estaban allí. De camino a casa, vimos una exhibición que figuritas que parecían ser increíbles, pero la entrada era muy cara y además estábamos muy cansadas para prestar atención.

Mientras íbamos hacia nuestro apartamento, también vimos una noria gigante e intentamos hacer cola para montarnos una vez, pero la cola era muy larga, así que decidimos que era mejor ir y ver un poco el Danubio otra vez que hacer cola. Cuando llegamos allí vi una de las mejores vistas que jamás había visto: el puente de las cadenas iluminado de noche con el río Danubio y el castillo con luces naranjas. Intenté memorizar las vistas porque no podía capturarlo muy bien en las fotos.

Un fin de semana en Budapest

Las increíbles vistas del castillo de noche desde Pest.

Estaba fascinada por las vistas, así que decidimos caminar hasta la mitad del puente de las cadenas y después volver porque era demasiado tarde para ir al castillo.

De camino al apartamento, decidimos hacer una parada en una enorme tienda de regalos, cerca del mercado navideño, y comprar algunos regalos.

Entonces, paseamos un poco por el mercado navideño y encontramos el apartamento. Tocamos al timbre, pero nadie nos respondió, y no teníamos las llaves para abrir. Mi teléfono se estaba quedando sin batería y era la única forma de comunicarme con mis amigos para que me trajeran las llaves. Quería descansar un poco y mi amiga quería al menos dejar su maleta porque pesaba mucho y la había traído con ella todo el camino.

Le pedimos a la camarera de un café que estaba cerca del apartamento

Wi-Fi pero por alguna razón mi teléfono no se podía conectar internet Y no podía comunicarme con los demás. El problema más grave era que hacía mucho frío para esperarlos ahí fuera y no podíamos entrar al edificio sin llamar al timbre. Le pedimos a la camarera, que era húngara, que viniera con nosotros y llamara al telefonillo para explicarle a quien respondiera que sólo queríamos esperar dentro hasta que nuestros amigos llegaran.

Un hombre nos abrió la puerta y entramos a esperar a los demás. En algún momento mi amiga salí afuera a buscar un teléfono de alguien e intentar contactar con los temas. Volvió y después de unos minutos, ¡mis amigos ya estaban allí con las llaves!

La vida nocturna de Budapest

Subimos las escaleras y mi amiga dejó sus cosas mientras yo me cambiaba de ropa, porque no había tenido tiempo de darme una ducha, ya que iba tarde. También decidimos salir en nuestra última noche.

Los demás estaban comiendo pizza en una pizzeria cerca de nuestro apartamento, así que fuimos allí para recogerlos e ir a tomar unas cervezas. Ellos conocían una calle con un montón de bares así que la buscamos en el mapa y no estaba muy lejos de donde estábamos; así que decidimos ir allí. El sitio en el que decidimos quedarnos para empezar se llamaba "El Burrito" por lo que recuerdo. Vendía burritos y tacos y otro tipo de comida mejicana en la planta baja; y el sótano era un bar donde podías echar el rato y beber. Fuimos abajo y pedimos una ronda de cervezas, después algunos chupitos, después cervezas, etc.

En algún momento, que amiga que había venido desde Grecia estaba tan cansada que se quedó dormida. La desperté y decidimos llevarla casa y después volver al bar. Ella estaba demasiado cansada para andar y buscar el sitio así que cogimos un taxi. El conductor se dio cuenta, por supuesto, de que éramos turistas y empezó a dar vueltas y vueltas. Yo no me había dado cuenta hasta el momento en que ya estamos en nuestro apartamento y recordé que no estaba tan lejos del bar.

Nos cobró 5000 florines, que era extremadamente caro pero tuvimos que pagar. En ese momento mi amiga se dio cuenta de que había perdido el único dinero que llevaba encima, que eran exactamente 5000 florines. Busque en mi cartera y, por suerte, tenía dinero, así que pagué el taxi.

La llevé arriba y les mandé un mensaje al resto para ver si seguían en el mismo bar. Me dijeron que sí y les dije que volvería y que seguiríamos con la fiesta.

Abajo, había un mini mercado 24 horas donde pedí información sobre cómo llegar a la calle de los bares. El chico que estaba trabajando allí me lo explicó y me dijo que estaba a menos de 10 minutos andando.

Me resultó fácil encontrar el bar y nos sentamos a tomarnos una ronda más de cervezas. Después decidimos cambiar de sitio porque no podíamos bailar y porque queríamos ver más cosas. En la misma calle estaba el famoso, creo, bar/discoteca de Budapest llamado Szimpla. Lo vimos y entramos. Estábamos todos fascinados por el sitio, porque era muy grande, tenía una decoración increíble y parecía alternativo pero no de una forma muy extrema.

Por desgracia, 10 minutos después de que pidiéramos las cervezas, el sitio cerraba, así que no tuvimos tiempo de disfrutar tanto como hubiésemos querido. Pusimos nuestras cervezas en vasos de plástico y decidimos irnos a casa, porque eran las cuatro de la noche y no sabíamos qué más estaba abierto. De camino a casa nos paramos a comer un kebab para sentirnos mejor y seguir andando.

Tercer día en Budapest: Domingo

La vuelta a casa

Al día siguiente, teníamos que salir del apartamento antes de las 11, así que, no dormimos mucho. Todos nos despertamos bastante cansados, hicimos las maletas y también limpiamos un poco la casa. Salimos Y decidimos dar un último paseo por la ciudad. Pero primero teníamos que desayunar muy bien para tener energía. Encontramos un sitio que tenía unos sandwiches muy buenos y otros tipos de desayuno, y nos quedamos ahí.

Más tarde, fuimos al mercado navideño para comprar algunos regalos más y nos fuimos para el coche para ir de vuelta a Zagreb. De camino teníamos que quedar con una chica que se suponía que vendría con nosotros en el coche. Encontramos el coche comenzamos nuestro viaje de vuelta. Antes de llegar a Zagreb, habíamos planeado ir y ver el festival de las linternas en una pequeña ciudad cerca de Zagreb.

Teníamos que echarle gasolina al coche, así que paramos en una gasolinera y compramos algo de comida para el camino también.

Éstas son las últimas cosas que recuerdo del viaje en coche, porque me quedé dormida y me desperté cuando ya estábamos de camino al festival de las linternas. Nos perdimos varias veces, así que ya no tenía sentido que fuéramos para allá porque terminaría en un rato.

Nos dimos la vuelta y fuimos en dirección a Zagreb. Casi una hora más tarde ya estaba descansando en mi cama, mirando las fotos que nos habíamos echado durante el viaje.


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