Simplemente budapest

Soy José Miguel Mingorance, tengo 25 años y soy de la Universidad de Granada. Me encanta el deporte y por eso estudié ciencias del deporte y espero poder dedicarme a él en el futuro. Me gustaría ser profesor y/o entrenador de un equipo de fútbol.

La aventura Erasmus en Hungría está llegando a su fin e intentaré expresar en las siguientes páginas lo que Hungría y Budapest han significado, significan y significarán para mí.

Bueno, la verdad es que esta aventura comenzó hace algunos años cuando en el verano de 2015 vine a Budapest en un viaje con un grupo de amigos. Me encantó la ciudad y el viaje en sí y me fui con muchas ganas de volver. El año pasado, cuando decidí ir al erasmus, preseleccioné budapest en la parte superior de la lista.

En primer lugar, por la razón que he mencionado antes, pero también elegí budapest por las siguientes razones:
- La mayoría de las clases son en inglés
- Gegraficamente está muy bien situado y con muy buenas conexiones con todos los medios de transporte.
- Es más barato que la ciudad en la que vivo.
- Una amiga mía estuvo aquí hace unos años y me dijo que su experiencia fue increíble.
- Me dio la oportunidad de explorar países que probablemente no hubiera podido explorar en otro lugar.

Una vez aquí, todas mis expectativas de la ciudad se quedaron cortas. En clase hemos conocido gente fantástica y de muchas nacionalidades, puedo decir sin miedo a equivocarme que llevo muchos amigos y algunos de ellos de por vida, es una clase fantástica, llena de gente maravillosa y de la que he aprendido mucho.

También tengo que nombrar a los profesores que han sido muy buenos y de los que hemos aprendido muchas cosas y nos han ayudado tanto como han podido.

Dentro de la experiencia erasmus hay miles de cosas para describir, me gustaría empezar con mis compañeros de piso. Cuando en mayo decidí buscar un piso y con él buscar compañeros de piso para compartirlo, pensé que la mejor opción era hacerlo con gente de diferentes nacionalidades, para aprender nuevos hábitos, nuevas culturas y sobre todo para mejorar el inglés. Tengo que decir que ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. Desde el primer día fui recibido como uno más, hemos sido un equipo, hemos cocinado, hemos salido de fiesta, hemos ido al gimnasio y todos juntos creo que he tenido la suerte de haberlos conocido y estoy completamente seguro de que los volveré a ver en el futuro.

Otro aspecto a destacar de esta experiencia han sido los viajes, he tenido la suerte de poder hacer muchos este trimestre y espero poder hacer algunos más en enero. En mi caso he visitado 11 ciudades y 9 países en total desde que llegué aquí: Bratislava (Eslovaquia), Dublín (Irlanda), Bucarest (Rumanía), Sofía (Bulgaria), Belgrado (Serbia), Praga (República Checa), Zagreb (Croacia), Milán, Florencia y Pizza (Italia) y, por supuesto, la propia Budapest, el lago Baladón y Sztendre. Todos ellos maravillosos y llenos de gente increíble, en cada nueva experiencia y muchas historias que contar.


Budapest es la ciudad más increíble que he visitado en mi vida, no deja de sorprenderte cada día, cuando llegó el invierno y se acortaron los días apareció el mercado de Navidad dando luz a toda la ciudad, la iluminación de las cosas importantes es asombrosa y hace de esta ciudad algo fantástico. Estoy completamente seguro de que lo echaré mucho de menos, la ciudad, su gente, los niños y niñas de la clase, los amigos húngaros que hemos hecho estos meses, incluso el frío, las semanas enteras de lluvia, las 6 horas de sol al día? También echaré de menos el goulash, la cerveza barata, los idiotas y las noches instantáneas, pasando días hablando inglés y aprendiendo miles de palabras tontas en otros idiomas.

Hoy ha empezado a nevar, toda la ciudad se ha vestido de blanco para decirnos dios, es deficiente explicar la cantidad de sentimientos que se pueden concentrar en días como este tan cercanos para salir de la ciudad y poner fin a esta increíble experiencia que es el erasmus. Espero algún día volver aquí con toda la gente con la que hemos pasado estos últimos meses y vivir un poco más de aventura. Tal vez alguien piense que es imposible, pero si algo nos ha enseñado Budapest es que los sueños a veces también se hacen realidad.