Visita a Brujas y Damme

Brujas es sin duda un destino que no os podéis perder en Bélgica. De hecho, es la ciudad más visitada debido a su integridad y encantador centro histórico atravesado por numerosos canales. ¡Vale la pena un día entero para explorar todos los puentes, casas históricas y tiendas de productos locales!

El domingo 14 de abril de 2019, de hecho, decidí ir a Brujas (o Brugge en flamenco) para verlo todo con calma en un hermoso día de primavera. Yendo en coche, aparqué a las afueras del casco antiguo (rodeado de un gran canal perfectamente ovalado) a lo largo de la carretera Baron Ruzettelaan que ofrece muchos aparcamientos gratuitos y fácil acceso a la autopista.

Comencé primero a pasear por el hermoso parque de las murallas hasta la Gentpoort, para luego entrar en el centro histórico y ver el Koningin Astridpark con el romántico patio y el estanque con la fuente. En un lado del parque queda una hermosa casa medieval de madera oscura.

Luego alcancé el Vismarkt, un elegante pórtico columnado de piedra, y luego el famoso rincón de las fotos donde hay una vista perfecta del canal con sus puentes, las viejas casas reflejadas en el agua y la alta torre de Belfort que aparece en la parte de atrás. ¡Volví también por la noche y con las luces nocturnas es aún más bonito!

Una vez que crucé el puente de Blinde-Ezelstraat pasé por debajo de un arco dorado para luego llegar a la plaza del ayuntamiento, un magnífico edificio gótico lleno de estatuas. En un lado oculto del edificio se accede a la Basiliek van het Heilig Bloed, conocida meta de peregrinación y espléndidamente pintada en su interior, en la que encontrar un poco de santa paz fuera de las calles concurridas.

¡Y aquí estamos en la plaza del Markt! Desde aquí se puede admirar perfectamente en el lado frontal el imponente palacio del Belfort (también se puede subir para ver la caja de música y el panorama desde lo alto de la ciudad), el Provinciaal Hof a un lado y una serie de casas llenas de locales en el fondo. Además hay dos puestos en lo que venden patatas fritas que compiten por los clientes y una serie de carrozas con caballos cerca de la estatua en los cuales se puede dar una vuelta recorriendo los puntos más interesantes de la ciudad.

Al norte del Markt se pueden encontrar dos museos de comida: el museo del chocolate y el museo de las patatas fritas belgas (nunca decir "french fries", si no se ofenden). ¡Es el momento perfecto para aprender sobre estos fabulosos alimentos locales!

Yendo hacia el sur en cambio se sigue el canal hasta el Bonifacius Brug, el puente más pequeño de Brujas, y por lo tanto la iglesia Onze Lieve Vrouw, la cual presenta en cambio el campanario de ladrillos más alto de Europa.

Continuando siempre en la misma dirección se encuentra sucesivamente el Site Oud Sint-Jan, un viejo hospital muy sugestivo, y el maravilloso barrio del Begijnhof en cuyo patio habían florecido un montón de narcisos amarillos. ¡Tomé fotos muy buenas aquí!

Continuando en la misma dirección se encuentra sucesivamente el Site Oud Sint-Jan, un viejo hospital muy inspirador y el maravilloso barrio del Begijnhof en cuyo patio habían florecido un montón de narcisos amarillos. ¡Hice fotos muy buenas aquí!

Concluyendo el recorrido hacia el sur se pasa por la esclusa del Sashuis hasta el puente de la Poertoren al final del canal de Minnewater desde donde admirar el skyline de Brujas. Justo al lado descubrí el Minnewaterpark, otro rincón del paraíso inmerso en el verde. Para volver al coche, simplemente seguí por el canal paralelo.

Si tenéis tiempo, recomiendo ir también a ver la cercana Damme, un pequeño pueblo en un amplio canal arbolado en medio de la campaña belga. Aquí la visita es muy rápida, ya que sólo hay un camino que ver. En los meses de verano también es posible subir al campanario de la iglesia. ¡Cuando fui allí, en particular, asistí a una carrera de ciclismo que en Bélgica es muy común en todas las localidades!

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