Bolonia - viaje de un día desde Plasencia

  • Mi primer viaje a Italia

En mi primer viaje a Italia he visitado tres ciudades, entre ellas Milán, Plasencia y Parma. He estado mucho tiempo allí con mi amigo, se llama Nam. Estudia en la Universidad de Arquitectura de Milán, aunque el campus de arquitectura se encuentra en Plasencia. Para ahorrar dinero, le he visitado y me he quedado bastante con él.

Por supuesto no iba a quedarme en una sola ciudad y he viajado por el norte de Italia para visitar otras.

Hoy os enseñaré el mi viaje a Bolonia, una ciudad con encanto clásico y unas vistas preciosas desde las torres.

El descubrir cosas nuevas de la ciudad y mi camino iban a ayudarme a conocer los secretos mejor guardados de Bolonia.

  • ¿Se parece a Venecia?

Cuando lo vi en el mapa me dije a mí mismo que tenía que conocer el lugar. Justo después de pasar por la zona de compras de la ciudad, giras a la derecha y cruzas una calle, entonces te encontrarás una cola de gente mirando lo que parece ser el vacío. No dudéis en acercaros. Os aseguro que veréis algo maravilloso de Bolonia.

Piccola Venizia - La pequeña Venecia

Cuando atraviesas estas puertas te encontrarás con dos vistas. Las dos son preciosas. La de la izquierda no tiene muro y te lleva a una de las mejores vistas de los antiguos canales de Bolonia conocidos también como la Piccola Venezia o la pequeña Venecia en español.

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Justo a la izquierda de la pequeña calle hay una plaza donde puedes tener unas vistas preciosas de los canales de Bolonia. A este lugar se le conoce como el canal de Reno y forma parte de los restos de la ciudad cuando estaba amurallada. Ya os he contado que en el Medievo Bolonia estaba amurallada para una mejor protección. En este canal, los habitantes del lugar se lavaban. A la derecha hay una pequeña placa con el nombre y la historia del lugar, aunque está solo en italiano, así que venid informados como hice yo.

Os recomiendo que cuando estéis por esta parte de la ciudad y os deis un paseo, así veréis que vale la pena y os haréis una idea de cómo era Bolonia en el pasado con sus canales.

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De camino a la plaza del Teatro:

Después de ver los canales tocaba seguir el viaje hacia lo que sería la zona universitaria de Bolonia. Quería ver la biblioteca de la ciudad, ya que me habían dicho que era preciosa. Di un paseo por la zona universitaria, y debo decir que por un momento me sentí como si me teletransportaran a un país de habla española, más precisamente España. No conozco ese país pero sé como es su acento porque he oído hablar a muchísimos estudiantes hablando la lengua de Cervantes por las calles. Tampoco tenía dudas de que Bolonia es la Meca de los estudiantes Erasmus. Muchos chicos hablan español por estas calles cercanas, que llegan a la universidad.

Quería seguir andando, así que fui a una zona cercana donde había muchos restaurantes para todos los gustos como puestos de kebab, comida china, indú e italiana. ¿Cuál pensáis que elegí? Nada más y nada menos que un simple panini que me costó solo 3 €. Era una rebanada alargada con jamón y un poco de queso mozzarella. El restaurante era un puesto de comida en la calle en el que podías quedarte en una de las dos mesas que tenían fuera, en medio de la calle.

Decidí hacer allí un pequeño descanso, os enseño la foto de la fachada del lugar donde compré el panini por solo 3 €.

En esa calle, conocida como via della Moline, decidí hacer un descanso y recordar todo lo que había visto en tan poco tiempo. Había estado solo una hora o incluso menos y ya sentía que había visto muchas cosas de la ciudad.

Después anduve otro par de minutos hasta una plaza donde estaban sentados todos los estudiantes de la Universidad de Bolonia, algunos hablando, otros bebiendo cerveza y otros simplemente mirando sus móviles. En esa plaza vi la fachada de uno de los teatros de la ciudad. La verdad es que no entré, solo pude verlo por fuera. Lo más especial del lugar es que en ese momento estaban poniendo música clásica por los altavoces de los pasillos que daban a la calle. El sonido se mezclaba con el ruido de los estudiantes. Decidí hacer un pequeño descanso y coger internet gratis. . Tenía que ser como uno de esos estudiantes de la universidad y ver si tenía algún email y responder algunos mensajes pendientes.

  • Palazzo Poggi:

Si sigues andando si pasas la plaza en la que está el teatro llegas al museo Poggi Palazzo. En la ciudad hay tres museos: uno es gratis; en el otro, si eres estudiante es totalmente gratis, como es mi caso, si no tienes que pagar 5 €; en el tercero no pude entrar porque estaba a punto de cerrar.

El Palazzo Poggi es uno de esos monumentos donde la historia de los estudios científicos tuvo lugar. En la entrada hay una placa conmemorativa del lugar. Recibí tanta información que cuando salí estaba muy cansado, ya que sentía que me habían disparado muchos datos que no estaban relacionados con la universidad o con Bolonia, sino que hablaban de otras cosas. Si vienes a Bolonia y quieres visitar el palacio, creo que tienes que hacerlo con mucho tiempo, unas cinco horas para poder ver todas las salas bien.

Al principio entré al Palazzo Poggi pensando que también había una biblioteca. Tengo que admitir que pasé por una puerta en la que la entrada no estaba autorizada y el segurata del museo me llamó la atención. Me dijo que la biblioteca estaba a unos cuantos pasos pero que ya había cerrado, ya que abre los sábados hasta las 13:00 y ya eran las 13:30, mala suerte. Aun así me quedé un rato y miré la entrada para saber dónde estaba y poder volver otra vez, cuando tuviera la oportunidad.

Después volví al Palazzo Poggi. A mano derecha hay una pequeña habitación que parece una sala de conferencias, pero lo más interesante de este lugar es mirar al techo, donde hay una verdadera obra de arte. Está lleno de frescos.

  • La sala del Profesor Carducci:

Al otro lado, al salir de esta pequeña sala, hay otra habitación que pertenecía a un profesor llamado Carducci. Cuando entras, al final hay otra sala conocida como el recibidor del profesor Carducci.

El nombre completo del profesor es Giosue Carducci, y es conocido por todos los años que enseñó en la Universidad de Bolonia, nada más y nada menos que 42 años, digno de homenaje. Lo fue desde 1860 a 1904, pero no es lo único que este magnífico profesor de universidad ha hecho. También recibió un Premio Nobel de Literatura justo un año antes de morir. Recibió este premio en 1906.

Otro dato interesante de esta habitación es que puedes encontrar una representación del modelo del Palazzo a pequeña escala.

Después de visitar esta habitación que había sido como una presentación de todas las maravillosas cosas que podía encontrar en ella, subí las escaleras y encontré una sala dedicada a los estudiantes. La entrada era gratis, pero me dieron un ticket para poder conocer toda la historia de estas salas que reflejaban la vida de los estudiantes en distintos momentos históricos. Había un ejemplo de cómo era un estudiante universitario, además de una colección de las capas que usaban no solo en Italia, sino en muchas partes del mundo.

Me sorprendió que fuera el único museo con una sala dedicada a los estudiantes. Como había tanta gente porlas calles del centro de la ciudad tenía la Scala para mí solo. No podía quejarme, era el momento de sacar la cámara y echar fotos para poder compartirlas con vosotros después y que podáis ver también todas las cosas interesantes que había en el museo.

Una de las primeras salas estaba dedicada a la música de los estudiantes. Ahí encontré un instrumento que me recordaba a una máquina de los Picapiedra. Era una gramola de hace bastantes años. Para que funcione tienes que meterle un par de monedas por un agujero y seleccionar qué música quieres escuchar. Como no tenía ninguna información de cómo funcionaba decidí presionar algunos botones y, ¡sorpresa! Hice un viaje al pasado mientras escuchaba la misma música que esos estudiantes en sus fiestas.

Otro elemento típico de los estudiantes universitarios eran las famosas tunas que a día de hoy siguen existiendo en la mayoría de universidades del mundo. Sus orígenes se remontan al país de la península ibérica, ¿sabéis a cuál me refiero? Nada más y nada menos que España.

En realidad, aquí encontraréis más información, ya que solo os he contado un 10 % de todo lo que vi en mi visita al Palazzo Poggi, así que allá vamos. Una de las cosas que llamó mi atención fue que había una representación de cómo eran las habitaciones de los estudiantes en los siglos pasados, nada parecido a lo que podemos encontrar hoy en Italia de Erasmus. Por supuesto, eran pequeñas y las camas eran sencillas como podéis ver en las siguientes imágenes. Además, en las habitaciones tenían las cosas más básicas.

Después de ver esta habitación, hay una dedicada a las mujeres ya que, como sabéis, en la antigüedad solo tenían derecho a estudiar los hombres. Como estamos en Italia solo he hablado de este país, pero podéis encontrar un mapa en el que aparecen los nombres de las primeras mujeres que se graduaron en distintos países europeos. ¿Alguien sabe cómo se llama la primera mujer que se graduó en Italia?

  • Laura M. Bassi

Si no lo sabíais no pasa nada, yo tampoco. En el museo pude aprender el nombre de esta mujer, Laura M. Bassi, graduada por la Universidad de Bolonia en el año 1732. Esto fue hace 284 años, cómo pasa el tiempo ¿verdad? El tiempo pasa y nos da la oportunidad a todos los seres humanos de tener los mismos derechos.

Dentro de esta pequeña sala hay una pantalla de televisión en la que una mujer italiana cuenta la vida de Laura Bassi, ¡pero eso no es todo! También hay una muestra del diario de la primera mujer que se graduó en una universidad italiana. También hay recortes que la mujer hizo para recordar cada una de sus experiencias en la universidad. De alguna manera, estas imágenes nos marcan a todos. Después de ver el periódico fui a la siguiente sala.

Olvidé mencionar que también hay baños, para aquellos que necesiten ir.

Seguiré contando cosas de mi maravilloso paseo. La última habitación a la que pasé trataba de estudiantes durante la guerra, de toda la gente joven que murió a lo largo de la historia y tuvieron que empuñar un rifle mientras tenían en la otra mano un libro. Los tiempos han cambiado y podemos saber más cosas de la historia de estos valientes estudiantes gracias a esta ultima sala, en la que la rebeldía de los estudiantes se ve reflejada en las distintas frases en distintos idiomas como francés o español.

  • Museo della Specola:

Después entré a otro museo dentro del Palazzo Poggi. Este museo te desplazaba por cosas totalmente distintas. Sentí que estaba en un museo de arte, después había viajado a China, después a una sala exclusiva de medicina, etc. Había muchas cosas.

Cuando llegué allí, una chica que me atendió me dijo que costaba 5 €. Cuanto llegué a la recepción tenía que pagar, pero el señor me preguntó si era estudiante de Bolonia. Dijo que podía entrar gratis. Solo tenía que enseñar mi tarjeta de estudiante. Además, podía dejar mi mochila en el armario y ver el museo más ligera. Lo único que me dijo fue que no podía echar fotos con flash. Me dije a mí mismo que eso no era un problema. No sé lo que pensáis, pero yo creo que las mejores fotos son sin flash. Es cuestión de gustos y no tuve ningún problema en respetar las reglas del museo.

Uno de los primeros sitios que conocí del museo fue la biblioteca llena de libros antiguos. También había un globo terráqueo en la entrada junto a unas escaleras a ambos lados de la biblioteca. Para entenderlo mejor, la biblioteca se puede usar con previo consentimiento del museo. La mayoría de libros que hay aquí son muy antiguos y en distintos idiomas.

La biblioteca no solo tiene libros y un globo terráqueo en el centro, sino que en sus paredes hay colgadas colecciones de trajes de samuráis como una armadura, un casco o espadas.

Este museo era una caja de sorpresas. Había mucha información y cosas que ver. Después fui a otra sala dedicada a la guerra, además de encontrar otro globo terráqueo, esta vez traído de Venecia. Os recomiendo echar un vistazo a la información que hay a un lado del globo para conocer más esta historia.

El globo terráqueo mide 107 centímetros de diámetro y fue construido por Vicenzo Coronelli. Llegó a este lugar en 1992, aunque su construcción data del siglo XVII.

En este lugar encontré también una réplica de las murallas que había en la ciudad para protegerse de invasiones, además de una exhibición de barcos a pequeña escala. Fue entonces cuando pasé por un guía con un niño de unos 7 años. Estaba muy feliz por ver que los niños también forman parte de la cultura. El guía adaptaba su lenguaje para que el niño pudiera disfrutar también de la experiencia. Me acerqué un poco para escuchar lo que decía y la verdad es que le explicaba al niño detalladamente todo lo que había en el museo de manera didáctica e interesante.

Como yo no tenía guía seguí andando y echando fotos de los barcos que había en esas salas del museo, en total unos 10 o 15 barcos diferentes.

  • Exhibición de arte asiático

Después de visitar esta parte del museo me quedaban más cosas por ver. Entré a una exhibición de la cultura japonesa en la que había jarrones y pinturas realizadas por el artista Asai Ryoi, Ukiyo, en el año 1661. Están grabadas en madera aproximadamente del siglo XVII, aunque no lo creáis. Las pinturas parecían muy bien conservadas y al principio pensé que las hizo algún artista asiático. Menuda sorpresa me llevé cuando leí el año en el que fueron hechas.

Después de ver la exhibición asiática volví a otra sala dedicada a la guerra. Aquí había modelos y pequeños cañones adornando las paredes de la sala.

Volví a la recepción del museo para entrar a otra sala. Se me olvidó deciros que normalmente los tours empiezan aquí, pero yo lo hice al contrario. Aun así, empieces por la izquierda o la derecha, no se mezclan historias ya que son totalmente distintas. Un trabajador del museo me dijo dónde podía empezar el tour.

Aquí encontraréis más arte, para aquellos amantes de las pinturas italianas. Te transportan a un mundo de artes y ciencias, ya que las salas están llenas de obras. Empecemos hablando de lo que vi en la sala siguiente.

Lo primero que pude apreciar fueron distintos animales disecados, además de algunos vestigios. Había caparazones de tortugas enormes que parecían traídas directamente de Galápagos.

También había conchas de mar y una colección de la que podías aprender los diferentes tipos de objetos marinos encontrados por los humanos.

Había una sala de arte contemporáneo llamada Susanna donde encontré la imagen de una mujer en mitad de la oscuridad, que representaba una pequeña luz de esperanza dentro de su propia oscuridad.

Y eso no es todo. Como ya he dicho, cuando vayáis mirad el techo y quedad maravillados por las cosas que encontraréis en él. ¿Creéis que he visto todo en el museo? ¡No! Hay muchas más cosas que hacer, seguid conmigo en este viaje de arte, cultura y ciencia en el Palazzo Poggi.

¿Booh?

Hay un lugar en el que había una sección de decoración y regalos para comprar. No cogí nada ya que no suelo comprar muchos souvenirs, pero encontré un polo que decía: ¿Booh?. Este es uno de los gestos italianos que más escucho día a día. Cuando una persona no entiende lo que le estás diciendo, el polo dice ¿Booh? (sin duda, la frase que resume lo que os contaría si todavía no habéis venido a la Universidad de Bolonia; la ventaja es que es gratis y hay buenas obras de arte).

Sigamos con la visita por el museo. En la siguiente sala a la que fui encontré información de embriones y el proceso de gestación. También enseñaban en una vitrina cómo son los bebés cuando nacen con alguna malformación o cuando es muy probable que mueran por diferentes razones tales como su posición, el cordón umbilical y el tamaño de la cabeza o el vientre.

Era un estudio para profesores y sus alumnos de la universidad. En el centro había una representación de un parto a media escala para que los visitantes puedan verlo. Cuando entré había un grupo con un guía que explicaba las cosas en italiano. Me puse a su lado y escuché lo que decía. Cuando explicó los distintos objetos que utilizaban para abrir la vagina de las madres en los partos no pude evitar soltar un "wow" en mi cabeza. No hay duda de que las madres sufren mucho cuando dan a luz, no es nada fácil.

Otras salas del museo mostraban partes del cuerpo humano de hombres y mujeres desnudos, así como un esqueleto y los músculos del ser humano. El techo estaba decorado con un toque italiano muy original, era impresionante.

Uno de los frescos del techo llamó mi atención. Un hombre estaba a punto de golpear un animal que parecía un perro de tres cabezas.

Cuando pensaba que ya lo había visto todo, no era así. Ya os he dicho que una de las cosas que llamó mi atención fue una mujer tumbada en el suelo con la tripa totalmente abierta y los órganos a la vista. Esto se llama "Venerina bolonegse", una de las réplicas más fieles de "Venere do Medici", que está en otra ciudad italiana, Florencia.

Terminé el tour por el museo. Después de recibir tanta información era el momento de continuar viendo la ciudad de Bolonia, ya que me quedaban muchas cosas por ver en un solo día.

Después de visitar el Palazzo Poggi tengo que confesar que mi cabeza estaba llena de información. No era capaz de retener todas esas maravillosas cosas que había visto en tan poco tiempo. Era momento de relajarme un poco y pasear por el centro de la ciudad. Me senté en la plaza del teatro a ver el mapa y seguir la ruta.

En lo alto de la torre de Bolonia:

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Dos torres. Tuvimos que esperar un poco para poder subir a lo más alto.

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La primera vez que vine a Bolonia ya conocía las torres medievales del centro de la ciudad, aunque no había tenido la oportunidad de subir a ninguna de ellas. Entonces llegué a las dos torres que son el icono de la ciudad. Me refiero a la torre Garisenda, construida a finales del siglo XI y principios del XII. Lo más característico de esta torre es que medía 60 metros, pero en el siglo XIV pasó a tener 48 metros.

  • Torre Garisenda

La torre Garisenda es famosa por aparecer en la magnífica obra de Dante Alighieri, La divina comedia, y en sus rimas.

Las torres son conocidas como Asinelli y Garisenda. No puedes subir a lo alto de Garisenda, pero sí a Asinelli. Por ello me llené de valor y subí. Para poder entrar tuve que pagar 3 €. Un consejo es que no subáis con mochilas o cosas en la mano ya que el espacio es muy estrecho. Por este mismo espacio hay que subir y bajar, así que para los que estén bajando puede ser un poco incómodo si no se toman precauciones. Puedes entrar con una pequeña mochila en la que llevar algo de agua, así cuando llegues a lo más alto puede ser tu premio por haber subido.

Tardé unos 15 minutos en subir la torre. Había gente que quería tirar la toalla, pero no era tan difícil, ya que Bolonia no es una ciudad alta. Aun así, subir tantas escaleras puede cansar mucho. No os preocupéis si os pasa, en la ruta llegaréis a distintas plantas en las que podréis descansar antes de seguir andando.

Algo que me sorprendió fue que uno puede pensar que solo la gente en forma puede subirlo. ¡Una gran mentira! También pueden subir niños y mujeres embarazadas. Todos mis respetos a las mujeres embarazadas que subieron hasta arriba sin parar.

La torre Asinelli tiene forma circular. Está iluminada por electricidad y a medida que asciendes encontrarás pequeños agujeros desde los que ver cómo vas progresando. También hay ventanas desde las que tener unas vistas maravillosas de Bolonia, pero no te emociones demasiado, una vez que subas se verá mucho mejor.

Despues de escalar durante casi 15 minutos me encontré con muchos turistas echando fotos de las increíbles vistas que teníamos de la ciudad. Como ya he dicho, fui un sábado y Bolonia estaba llena de gente paseando por sus calles, sentadas en la plaza, y desde arriba parecían hormigas.

Por otro lado, si hay algo que destaca de la ciudad sin duda son las torres medievales. Si pensabas que solo hay dos estás equivocado, ¡hay muchas más! Lo interesante de estas vistas es que desde arriba puedes ver todas y en la distancia también se aprecia a más gente en lo alto de otra torre de Bolonia.

Aunque el cielo estaba nuboso las vistas eran increíbles. Podía ver hasta las montañas y en la ciudad podías ver las partes más altas de las torres de las iglesias del centro. La ciudad sin duda permanecerá en mis recuerdos como una experiencia renovadora.

Como iba solo le pedí a uno de los turistas que me echara una foto. No la he compartido ya que es más interesante ver las vistas que mi cara. En la torre observé todas las partes de la ciudad de Bolonia durante 15 minutos, ya que quería recuperar energía antes de bajar de nuevo.

Si os digo la verdad, cuando bajas la torre es mucho más simple de lo que parece. Aun así no pude hacerlo rápido ya que había mucha gente subiendo. Alguien te dirá "estás en el medio", pero no es verdad.

Otra cosa que aprendí fue un dicho que mi compañero de piso me contó, y es que si eres un estudiante y no has terminado todavía tus estudios tendrás mala suerte. Y ahora que he subido, tengo que pensar que es una historia sarcástica, ya que no habría perdido la oportunidad de subirla después de visitar la ciudad.

Tras bajar la torre me senté un momento y una mujer se acercó a mí enmascarada para que le diera limosna. No le di, pero lo bueno es que no insistió y se fue.

  • Museo de Historia de Bolonia

Hay un museo que está muy cerca, el Museo de Historia de la ciudad de Bolonia. Fui a la puerta del museo y pregunté cuando costaba la entrada, 11 €. No sabía si entrar, ya que ya había estado en el Palazzo Poggi y había sido como visitar un museo. Volver a activar mis sentidos para ver otro no era lo más apetecible, así que decidí darme la vuelta y volver a la plaza de Neptuno para pasar allí mis últimos momentos en la ciudad. ¡La próxima vez lo visitaré!

Es una de las cosas más interesantes de la ciudad. Si vas por la muralla y te colocas a un lado mirando la muralla y al otro lado otra persona, si os habláis, podéis escucharos sin problema. Los religiosos las utilizaban para no tener contacto directo con los leprosos. ¡Muy interesante!

Hice una foto del pasaje para que pudieran reconocerlo. La mayor referencia está justo al lado de la plaza de Neptuno, donde se encuentra la fuente. Si vais con amigos haced la prueba y me contáis qué tal.

  • Plaza de Neptuno

En la plaza de Neptuno había un hombre hinchando pompas en el aire. Los niños y los curiosos como yo le tomamos fotos. También había algunos tocando música y pidiendo colaboración de la gente.

La historia de la fuente de Neptuno mantiene lo pintoresco de su creación. Se decía que el sacerdote se oponía a que el miembro varonil de la escultura fuera de tamaño grande porque estaba frente a un centro religioso, así que el escultor conocido con el nombre de Juan de Bolonia "prestó atención". Lo pongo entre comillas ya que realmente depende mucho de la ubicación donde te encuentres. Si miras la fuente del otro lado que no sea mirando a la plaza, verás que en realidad el dios Neptuno tenía un miembro de tamaño considerable. Bueno, ahora que lo sabéis podéis dar una vuelta alrededor de la fuente para comprobarlo.

Después de pasar por la plaza principal fui a una de las calles cercanas donde había esculturas al aire libre para que la gente pudiera verlas, que representaban personajes en distintas posiciones. La verdad es que no sé hasta cuándo estarán pero, si vais a Bolonia, os recomiendo que os acerquéis a visitarlas.

También hay bancos para sentarse y descansar frente a las esculturas mientras las miras.

Por la noche la fuente está iluminada de azul, lo que le da un aspecto genial. Fue una de las últimas fotos que pude echar de la plaza. También había wifi gratis para los que quisieran conectarse sin pagar.

Era hora de volver a casa en Plasencia. Fui a la estación y de camino me encontré con un grupo tocando unos tambores en la calle.

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La estación de Bolonia es bastante grande. Lo bueno es que puedes encontrar guías para orientarte si te sientes perdido.

Gracias por leer estas aventuras. Espero que os haya gustado mi viaje a Bolonia.

Creo que tengo guardadas las fotos de Bolonia en algún sitio. Las subiré en cuanto pueda.


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