Bolonia por un día
¡Buenas a todos! Hoy, en el siguiente post sobre mi viaje por Italia en tren, os cuento nuestro día en otra de las ciudades italianas con más encanto, ¡en este caso Bolonia!
Como podréis leer en mis entradas anteriores, nuestro Interrail comenzó en Roma, seguido de Florencia donde aprovechamos para escaparnos una tarde a Pisa, y nuestra penúltima parada fue Bolonia. Por ello, hoy os traigo una mini-guía para sacarle el máximo partido a esta ciudad y además os recomiendo qué visitar o dónde comer por Bolonia, siempre desde mi experiencia.
Itinerario de un día
Nosotros empezamos nuestro día en la estación de Florencia Santa Maria Novella, desde cogeríamos nuestro tren con destino a la estación Bolonia Central. Llegamos a esta ciudad sobre las once de la mañana y cogimos el bus número 32 en dirección Porta Castiglione ya que justo al lado se encontraba nuestro alojamiento para ese día, un apartamento llamado Casa Oro, súper acogedor, en una zona tranquila y a diez minutos andando del centro histórico de la ciudad. Además, el dueño fue bastante amable y servicial. Si venís a Bolonia, os recomiendo que contactéis con él mediante Booking que es desde donde nosotros hicimos la reserva.
Una vez realizado el check-in, dejamos las maletas y nos dispusimos a recorrer la ciudad. Empezamos visitando la Piazza Maggiore, que es el núcleo central de Bolonia y la plaza principal y más importante, donde podemos encontrar la fuente de Neptuno o la Basílica de San Petronio, cuyo acceso es gratuito y libre siempre y cuando lleves los hombros o piernas cubiertas hasta la rodilla, dato importante si venís en verano.
Basílica de San Petronio
En esta plaza, se encuentra también el Palazzo dell'Archiginnasio, que es la sede de la antigua Universidad de Bolonia. Si visitáis esta ciudad durante el fin de semana, debéis tener en cuenta que el Archiginnasio cierra sus puertas a las dos de la tarde si es sábado, o que los domingos no abre. Nosotros estuvimos en Bolonia durante un domingo, así que no tuvimos la oportunidad de poder visitarlo por dentro, pero todo el mundo recomienda entrar si es posible ya que sus columnas y los frescos que se encuentran en las paredes no dejan indiferente a nadie.
Como he dicho antes, la Piazza Maggiore constituye prácticamente el centro de la ciudad, así que a los laterales de esta plaza también se encuentran monumentos importantes como el Palazzo d’Accursio (sede de la Comuna de Bolonia), el Palazzo del Podestà que está situado justo al lado del Palazzo Re Enzo y el Palazzo de’ Banchi, otro edificio significativo de la ciudad.
Una vez habíamos visto y visitado todos los monumentos o puntos de interés que guarda la Piazza Maggiore, nos dirigimos hacia la vía Rizzoli, una larga avenida comercial que llega hasta otro de los lugares turísticos más importantes de Bolonia: la Torre degli Asinelli y la Torre Garisenda, la cual me impresionó mucho debido a la inclinación de esta última, que es más baja que la Asinelli pero está mucho más curvada.
Una de las actividades más recomendadas que hacer en Bolonia es subir a la Torre degli Asinelli, ya que por solo tres euros podéis contemplar desde arriba las vistas de la ciudad. Sin embargo, en nuestra llegada a Bolonia me dio lumbago y al ser casi 500 escalones hasta llegar a la cima de esta torre decidimos no subir, pero sin duda dicen que merece la pena.
Debido a mi dolor de espalda, después de haber almorzado volvimos a nuestro apartamento para descansar un rato y retomar nuestra visita de Bolonia por la tarde.
Tras reponer fuerzas, volvimos al centro histórico para llegar hasta la Piazza Santo Stefano, donde se encuentra el conjunto religioso más importante de la ciudad: la Basílica di Santo Stefano, que reúne cuatro templos en uno. Nosotros accedimos al conjunto por la iglesia del Crucifijo que se encuentra en el lateral derecho, después continuamos viendo la iglesia del Santo Sepulcro, la iglesia del Calvario y acabamos visitando en último lugar la iglesia de Santi Vitale e Agricola.
Basílica di Santo Stefano
Dentro de este complejo religioso nos encontramos también con un claustro de origen medieval y con el Patio de Pilato, así que la visita a este conjunto es imperdible por la cantidad de edificios o lugares medievales que guarda en su interior, ¡a nosotros nos encantó! Pero un dato importante a tener en cuenta es que la hora de cierre es a las siete de la tarde, incluso en verano, por lo que debéis venir antes ya que nosotros salimos tarde del apartamento y no pudimos apreciarlo con gran detalle porque estaban a punto de cerrar.
Tras visitar la basílica di Santo Stefano y pasear por las calles que daban a esta plaza, nos fuimos hacia el barrio judío (Old Jewish Ghetto) para caminar tranquilamente por sus rincones mientras merendábamos el típico helado italiano.
Después, llegamos hasta la zona de la Universidad de Bolonia, ya que nos recomendaron pasar por aquí, pero sinceramente considero que si no tenéis mucho tiempo no merece la pena visitar esta zona, sobre todo en verano que no hay nada de ambiente universitario debido a las vacaciones.
En invierno, nos dijeron que la zona está llena de vida gracias a los estudiantes, los cuales salen de clase y se van a las puertas de la universidad para despejarse o tomarse una cerveza con sus amigos, así que en invierno es un buen momento para visitar esta zona y empaparos del ambiente universitario de Bolonia, ¡una de las ciudades italianas que más Erasmus acoge!
Eso sí, si habéis visitado ya los monumentos o lugares imperdibles de Bolonia y os sobra tiempo sí que os aconsejo perderse por las calles de Bolonia sin rumbo fijo ya que tienen un encanto especial debido a sus pórticos. La ciudad está llena de ellos, cada uno decorado o pintado de distinta manera, de menor o mayor tamaño, pero todos impresionantes. Si tenéis tiempo libre, podéis recorreros la ciudad bajo estos pórticos o columnas mientras le echáis un ojo a las tiendas que se encuentran repartidas por todo el centro.
Tras pasear un rato, fuimos a cenar y volvimos al apartamento para descansar y coger energía para nuestra última parada del Interrail: Milán, la cual os cuento en el próximo post del blog.
Dónde comer en Bolonia
Si sois fans de la pasta o la pizza, en casi cualquier bar o restaurante de cada ciudad italiana lo tenéis bastante fácil, ¡ya que todo en este país está riquísimo!
Nosotros estuvimos solamente un día en Bolonia así que no tuvimos mucho tiempo físico para disfrutar de la comida de esta ciudad, pero sí que intentamos probar lo más típico de esta ciudad en los locales más recomendados en la web. Aquí os dejo algunos:
-La Tua Piadina, un pequeño local donde podéis probar piadinas rellenas de productos italianos locales como el fiambre, la mozzarella o la rúcula. Nosotros vinimos a almorzar a este sitio porque tenía buenas opiniones en Tripadvisor, y aunque es cierto que la calidad-precio es buena teniendo en cuenta que una piadina ronda los 6 euros, sí es cierto que tanto el lugar como la comida no nos entusiasmó, pero es un buen sitio si buscáis comer algo rápido y seguir con vuestra ruta.
-Caffè Zamboni, el lugar por excelencia para tomar un buen “aperitivi” italiano, o aperitivo en español, una costumbre que me llamó bastante la atención ya que no tenía ni idea de su significado. Por lo visto, el aperitivo de Italia no tiene nada que ver a lo que nosotros llamamos un aperitivo o picoteo antes de una comida principal, ya que para ellos es una cena temprana.
Sobre las siete u ocho de la tarde, todas las mesas estaban ya ocupadas y la gente cenando mientras se tomaban la bebida típica de los aperitivi, que es el Spritz. La peculiaridad del aperitivo italiano es que los bares o restaurantes disponen una especie de buffet con productos típicos de Italia como pasta, pizza o fiambre, pero solo pagas por la bebida, y aunque la bebida ronda los seis o siete euros sigue siendo un chollo de cena.
El Caffè Zamboni es sin duda el lugar más recomendado para probar esta costumbre italiana, además se encuentra en el centro de la ciudad, a tan solo dos pasos de las torres, pero nosotros acabábamos de merendar un helado y no teníamos hambre, así que esperamos para cenar en el próximo restaurante que os nombro a continuación.
-Osteria dell’Orsa. Si el Caffè Zamboni es un imprescindible a la hora de tomar un buen aperitivi, la Osteria dell’Orsa es el restaurante predilecto por las guías. Al ver su popularidad en la red no perdimos la oportunidad de ir y probar el famoso plato de pasta boloñés de tagliatelle al ragú, que consiste básicamente en pasta tagliatelle con salsa boloñesa.
Llegamos sobre las nueve de la noche al local y tuvimos que hacer cola, pero sin duda la espera mereció la pena con creces, ya que tanto la tagliatelle al ragú como la cotoletta alla bolognese (un filete empanado) estaban para chuparse los dedos, ¡la mejor pasta que había probado nunca!
-Gelateria Gianni, aquí podéis probar unos helados espectaculares con vistas a las dos torres principales de Bolonia. La tarrina nos costó unos tres euros, pero la llenan bastante y el helado está de muerte, o al menos el de Kiss que fue el que yo probé, de chocolate y avellanas.
Y hasta aquí mi itinerario de un día por Bolonia y algunas recomendaciones sobre dónde degustar la comida italiana en Bolonia. ¡Gracias a todos y hasta la próxima!
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