Bolonia: consejos para visitarla

¡Primera vez en Bolonia!

La primera ciudad que conocí de Italia fue Bolonia. Una vez aterrizó el avión, esperé al autobús que me iba a llevar a la estación de tren. Tenía que llegar a Rimini poco antes de que saliera el último tren. Llegué a la estación, y llevaba muchas maletas conmigo, así que me costó mucho llegar a tiempo. Dejé una maleta y me fui con la segunda a comprar el billete. En cuanto volví, vi a la policía alrededor de mi maleta pensando que era una bomba. Me pidieron que lo llevara siempre conmigo ya que dejar las bolsas en la estación es como dejar la bolsa sola en el aeropuerto. No se puede permitir. Así que tuve que llevar las dos maletas al mismo tiempo. Algunas personas muy simpáticas, me ayudaron a bajarlas por las escaleras. Llegué a la puerta donde supuse que debía estar. Hasta que un tipo que trabajaba allí vio mi billete y me dijo que estaba en la dirección equivocada ya que en la estación de Bolonia hay una zona este y otra zona oeste. Tuve que correr para llegar a la otra puerta a tiempo. Una vez allí, descubrí que había perdido mi billete. Se me había caído mientras corría. Lo más gracioso es que lo había cogido una loca en la estación y no pude quitárselo. Fui con las dos maletas una vez más, compré un nuevo billete y esperé a que llegara el último tren que iba a Rimini. Llegué a Rimini después de la medianoche y en ese momento se abrió un nuevo capítulo en mi vida.

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¡El invierno de Bolonia!

La primera vez que fui a Bolonia fue el 31 de diciembre. Habíamos planeado celebrar el año nuevo allí, lo que fue una mala idea. Cogimos el tren de Rimini a las 10 y llegamos a Bolonia alrededor de las 11:45. Fuimos directamente a la plaza principal para la cuenta atrás. Estaba llenísimo de gente y ya estaban todos borrachos. Se podían oler las cosas quemándose como una especie de tradición para ellos. Llegamos a la cuenta atrás, así que no perdimos mucho más tiempo en la plaza. Fuimos después a un bar del que habíamos oido hablar. Desafortunadamente, estaba cerrado. La mayoría de los bares estaban cerrados esa noche. No sé si fue por seguridad o porque los locales también querían divertirse. No había muchos lugares abiertos en la víspera de Año Nuevo. lo que era un poco extraño. Descubrimos al final un bar que estaba lleno de gente con una mesa más disponible. Corrimos dentro y la cogimos. Ojalá no lo hubiésemos hecho. La gente estaba tan borracha que nos derramaban sus bebidas encima, y ni siquiera se disculparon. Pedimos nuestras bebidas y nos sirvieron algo totalmente diferente. Nada sorprendente, ¿verdad? Al final nos fuimos de allí, ya que nada iba según lo planeado, ni siquiera podíamos oírnos hablar entre nosotros entre tanto grito.

Mientras caminábamos por el centro para encontrar otro sitio, nos dábamos cuenta de que todo estaba lleno o cerrado. Teníamos hambre y frío y necesitábamos ir al baño. lo que era una mala combinación. Encontramos un bar que servía comida. La comida tenía muy mala pinta, pero necesitábamos usar el baño. Nos pusimos a la cola para entrar al baño y estuvimos casi 2 horas esperando. Simplemente bebimos un vaso de agua y nos dirigimos a la estación pensando que podríamos coger el tren de vuelta a Rimini.

Llegamos a la estación y estaba llena de gente. Nunca vi la estación de Bolonia tan llena de gente y eran alrededor de las 2 de la mañana. Vimos que el primer tren salía a las 6:00 de la mañana. No podíamos creer lo que veíamos. Estábamos tan cansados que lo único que queríamos era dormir. Fuimos a un restaurante frente a la estación para hacer tiempo en un lugar cálido.

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El servicio y la comida eran muy malos. La gente solo iba allí a emborracharse y a hacer el ridículo.

Después de comer y pagar más de la cuenta, volvimos a la estación, esperamos un poco más y cogimos el primer tren de vuelta a Rimini.

Después de esa noche me prometí a mí misma que nunca más iría a otra ciudad a celebrar la víspera de Año Nuevo.

¡Bolonia con Eva!

Eva es una de mis mejores amigas en el Líbano. Nos conocimos mientras trabajábamos juntas. Después de venir a Italia, ella vino a pasar la Navidad y el Año Nuevo conmigo. Fui al aeropuerto de Bolonia a recogerla. Ella vino con 2 maletas grandes y tuvimos que dejarlas en la estación para poder caminar a gusto por las calles de Bolonia. No usamos GPS en todo el rato, así que terminamos en un pequeño restaurante donde la comida no era la mejor.

Más tarde encontramos una calle que nos llevó al centro de la ciudad. Esto ya era otra cosa. Incluso la decoración de Navidad era increíble, no podíamos parar de hacer fotos. Al final decidimos ir a un bar muy bonito en el centro. Estaba situado en un balcón desde donde podías ver a todos los que pasaban. Nos terminamos nuestro capuchino y comenzamos a recorrer el centro de Bolonia. Eva quería ir de compras, así que empezamos con las grandes tiendas. Compró un montón de cosas para su familia. Había muchas tiendas con descuentos por el período de Navidad.

En esa tarde conocimos a una chica que se convertiría en mi amiga en un futuro. Ella era extranjera e iba con su amiga que era original de Bolonia. Nos mostraron la ciudad y los rincones mágicos que Bolonia tiene por ofrecer. Incluso fuimos a una heladería donde venden uno de los mejores helados que he probado en mi vida. Tuvimos la oportunidad de ver el centro de la ciudad durante el día y en época de Navidad. Mientras el sol se ponía, pudimos disfrutar de la belleza del centro aún más con los rayos de sol. En poco tiempo tuvimos que irnos para coger el tren de vuelta a Rimini.

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Verano en Bolonia 2016

Siempre pasaba por Bolonia cuando cogía el tren de regreso a Rimini. Pero nunca paraba hasta que empecé con las prácticas en el verano de 2016. Me presenté como camarera en uno de los hoteles de allí.

En el verano, Bolonia es muy calurosa. No hay mar que aporte al menos un poco de brisa. Yo llegué el primer día sólo para firmar mi contrato y coger las llaves de mi futura casa para los siguientes 3 meses. Iba a vivir en un apartamento con más compañeros de piso pero en ese momento todavía no los conocía oficialmente. Al día siguiente me fui a trabajar. Tan pronto como llegué, me vi obligada a preguntar el camino para llegar a mi departamento. Me di cuenta de que la gente que trabajaba allí ni siquiera hablaba un italiano correcto. Me sentí bastante aliviada de que este hotel fuera un hotel internacional con empleados internacionales. Me indicaron el camino hacia mi departamento. Cuando llegué, simplemente quería ponerme a trabajar para sentirme integrada, pero todavía no me habían dicho qué es lo que tenía que hacer ni cómo lo tenía que hacer.

El restaurante estaba empezando a llenarse. Así que me activé y empecé a ayudarles en todo lo que podía, sirviendo mesas sobre todo. Todavía no había hablado con ningún compañero y me sentía un poco excluida. Al acabar el turno tuvimos que despejar el buffet y reponer todo de nuevo. Cuando acabamos todo, nos sentamos todos juntos y nos tomamos nuestro descanso para comer. Empezamos a hablar un poco pero a medida que pasaba el tiempo me iba dando cuenta de que el equipo no estaba muy unido. Después de la comida, salimos del trabajo todos juntos en el mismo autobús. He de decir que por aquel entonces todavía no sabía muy bien cómo llegar a nuestra casa, algo que normalmente me lleva 5 intentos de ida y vuelta para memorizar un mismo recorrido, algo de lo que no estoy muy orgullosa. Me fui a casa con una chica llamada Lydia, que era muy dulce. Era de Dublín y había venido a Italia con su mejor amiga, a la que aún no conocía. A la mañana siguiente, mientras esperaba el autobús, me encontré con Lydia y con su mejor amiga Justina. Nos hicimos amigas desde aquel momento, y empezaron a enseñarme los trucos del trabajo, pues ellas estuvieron en la misma situación hacía 3 meses. Gracias a nuestro sentido del humor y a nuestras personalidades tan parecidas, en un par de días creamos un fuerte vínculo entre nosotras.

Siendo ambas de Dublín, su mentalidad era muy parecida a la mía. Siempre estaban fáciles y eran muy divertidas. Un día me descubrieron un bar irlandés que yo no hubiera encontrado por mi cuenta ni en un millón de años. Solíamos pasar la mayor parte del tiempo allí.

Pasábamos muchas noches emborrachándonos en ese bar y luego yendo a una discoteca de al lado para continuar nuestra noche allí. Nuestro turno de trabajo era principalmente por la mañana, ya que teníamos que hacer el buffet matutino para los huéspedes a esa hora. Imagínate, siempre solíamos acabar la fiesta a las 5:30 de la mañana y volvíamos a casa para prepararnos e ir a trabajar. El turno que teníamos era horrible pero no nos importaba ya que teníamos los recuerdos de la noche anterior flotando en nuestras cabezas. Después de trabajar un mes en el hotel tuve que transferirme a otro hotel, pues el propietario tenía dos hoteles en la misma ciudad. ¡Me molestó tanto que decidí cambiar de trabajo!

Cuando llegué al nuevo hotel, me encontré con el gerente, quien resultó ser muy dulce. Me empezó a dar una serie de orientaciones sobre el hotel, por lo que pude ver la diferencia en cuanto a la formación entre este hotel y el otro. Además, aquí el personal tenía un muy buen vínculo entre todos. Allí conocí a dos amigas de Lydia y Justina, pues todas iban a la misma universidad. Sus prácticas eran un poco diferentes a las mías. Las suyas tenían que ser de no menos de 6 meses mientras que las mías no más de 3 meses, y las suyas eran obligatorias mientras que las mías eran opcionales. Para ellas era algo serio, pues la nota de sus prácticas influía mucho en la nota final.

En el otro hotel conocí a una chica de Budapest, otra de Dublín y la tercera de Francia. Eran todas muy simpáticas. Yo era la mayor, tenía 25 años en ese momento y ellas tenían 20. Me sentí como si fuera su madre. Es triste pero verdad. En poco tiempo empezamos a salir todos juntos. El personal de ambos hoteles empezó a unirse y a reunirse de vez en cuando. Al fin y al cabo, todos éramos estudiantes internacionales y no conocíamos a nadie fuera del círculo, así que sólo nos teníamos a nosotros. Nunca tuvimos muchos días libres juntos y cuando los teníamos, sabíamos cómo disfrutarlos.

Teníamos una rutina. No podíamos quedarnos en casa. Nos levantábamos a las 5:00 de la mañana para ir a trabajar. Terminábamos alrededor de las 13:00 y nos íbamos a casa a dormir una siesta de una hora. Luego nos duchábamos y nos juntábamos en la parada del autobús para ir al centro, pues estábamos un poco lejos del centro.

Justina y yo siempre solíamos salir antes que los demás. Una vez estaba haciendo turno de mañana con Lydia y Julia, la chica francesa. Las tres hacíamos el turno de mañana. La noche anterior habíamos salido de fiesta y Justina y yo tuvimos que irnos a casa antes. A las 5:30 tuve que despertarme y a esa misma hora recibí un mensaje de Lydia que me decía que ella y Julia acababan de salir de la fiesta y todavía estaban borrachas, por lo que no sabían cómo iban a llegar al trabajo en 30 minutos. Así que les dije que llamaran al trabajo diciendo que se habían puesto enfermas. Ese día en el trabajo estaba llenísimo de gente. La ocupación era tan alta que las mesas del desayuno estaban todas llenas. Sólo estábamos una chica de Austria, la asistente y yo. La asistente, por supuesto, sabía que Lydia y Julia estaban mintiendo, por lo que estaba súper enfadada con ellas. Al día siguiente habían ido a trabajar y habían recibido un comentario del gerente de F&B. No era algo de lo que preocuparse, y como les dije en ese momento, estas son las cosas que recordaremos cuando ya no seamos jóvenes.

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Bolonia es un lugar muy bonito, lleno de magia. Hay un sitio en Bolonia donde puedes hablar a una persona al otro lado de la calle y esta puede oírte a la perfección. Solíamos ir ahí todo el tiempo. Escuchabas a la gente diciéndose cosas sin sentido, lo que era muy divertido.

Hay también una ventana que la abres y puedes ver Venecia, como si estuvieras ahí de verdad. Era un lugar muy bonito para visitar y no muy concurrido. La estatua del centro también era increíble. Eso sí, los domingos eran muy extraños, pues todo estaba cerrado, incluso la carretera.

Recuerdo cuando solíamos ir los domingos al centro a comprar y a tomar nuestro aperitivo. Estaba siempre lleno de turistas, lo que me motivaba aún más a disfrutar de la ciudad en la que vivía.

Solía haber también muchos conciertos. Una vez vino Bruno Mars y fue un día increíble. Ese día había más gente internacional que italianos. Creo que hubo gente que vino solo para verle actuar. Su presencia en el escenario es algo para recordar, y su voz es incluso mejor en persona.

Los sábados después del trabajo solíamos ir con nuestras bicicletas al parque y tomar el sol en la piscina. Yo no vivía en el centro, así que tardábamos un poco en llegar. La zona estaba llena de árboles y ¿qué viene con los árboles, te peguntarás? ¡Las abejas! Eso era horrible jajajaja.

El primer día que conocí a mi compañera de piso en Bolonia, tuve que despertarla porque había una abeja en el apartamento. No quería que fuera así nuestro primer encuentro, pero no pude evitarlo. Ella era un poco extraña a veces, pero tenía un buen corazón. Desafortunadamente, ya no estamos en contacto. A veces tienes amigos sólo para una temporada y es así.

El último mes de mi estancia en Bolonia estaba llegando a su fin. Empezamos uno a uno dejando la casa, y tan pronto como se va uno, empiezan a traer a gente nueva. Los nuevos inquilinos eran muy diferente a nosotros. Todos ellos venían de un entorno rico y hablaban alrededor de 5 idiomas. A ellos no les gustaba nada compartir piso y nunca limpiaban la casa porque estaban acostumbrados a que otras personas lo hiciera por ellos. Nunca nos llegamos a llevar bien. Una vez fuimos a comer sushi y nos encontramos con los nuevos inquilinos en el restaurante. Sí, tuvimos que sentarnos todos juntos. Fue muy incómodo pero ahora que lo recuerdo fue divertido.

Una vez mis mejores amigos me visitaron por sorpresa en Bolonia. Él vivía en Rimini en ese momento y ella en Turín. Por mucho que yo siguiera diciendo que Bolonia era una ciudad calurosa y seca, no fue así ese día. Parece ser que ellos trajeron el frío y el invierno. Hizo un día muy lluvioso. Encontrado un restaurante típico italiano muy agradable en el centro. Nunca antes habíamos visto un restaurante italiano que sirviera primero, segundo y postre, así que teníamos que aprovechar y probarlo. Nos sentamos fuera, y todos pedimos lo mismo. Antipasto como primer plato, seguido de Riso. Nos bebimos nuestro café y seguimos con nuestro día, ya que también empezó a llover mucho. Encontramos una pequeña cafetería en la que podíamos protegernos un poco, beber algo calentito y decidir qué hacer cuando se calmara la lluvia. Realmente queríamos ir a ver una película. Pero por supuesto, teníamos un problema, no todos los días se estrena una película en Italia y no fue fácil encontrar una versión en inglés. Empezamos a buscar en Google y a llamar a la gente para saber si había algo abierto. Tristemente, no encontramos nada. Terminamos yendo al parque y haciendo fotos en cuanto dejó de llover.

Después de eso fuimos al centro a por un helado. Fue la primera vez que veía Bolonia después de un día de lluvia. Aún así se veía increíble. De repente la gente llevaba puesto jerseys como si fuera un día de invierno. Disfrutamos de nuestro helado de pie y terminamos en el bar irlandés. Sabía que tenía que mostrárselo, ya que era mi lugar número uno en Bolonia. Estaba repleto de ingleses y la música que sonaba era irlandesa, como la que se escuchaba en la película llamada PS. Te quiero.

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Cuando el día llegó a su fin, mis amigos tuvieron que irse a sus ciudades. Estuve muy feliz de ver una cara familiar después de estar sola durante 3 meses, y además sabía que me reuniría con ellos pronto.

El último mes tuve que despedirme de las chicas porque volvían a Dublín. Tuvimos un buen almuerzo todas juntas y las ayudé a empacar sus cosas. Fue un día triste porque sabía que este capítulo de mi vida se estaba cerrando. Nuestra despedida fue un poco emotiva mientras las acompañaba al taxi. Sabíamos que nuestra amistad era fuerte, pero no sabíamos si nos volveríamos a ver o no. Todavía no nos hemos vuelto a ver.

A mi me quedaban 20 días de trabajo y después terminaría mi contrato. En ese momento, estaba en el otro hotel. La otra chica de Dublín, Jenny, la chica de Budapest, Nikole, y yo empezamos a salir mucho esos días. El edificio en el que vivían tenía una azotea accesible a todos los vecinos. Solíamos hacer BarbeQ, poner música y cantar, e incluso a veces los vecinos venían y se unían. Solíamos quedarnos hasta la medianoche. Jenny y Nikole estaban un poco locas, de diversión, por supuesto. Nunca se preocupaban por las consecuencias de sus actos.

Una vez estábamos hablando sobre qué les faltaba por completar de su lista de deseos. Ambas dijeron que hacerse un tatuaje y terminamos yendo a una tienda de tatuajes. Acabaron haciéndose el mismo. A mi esto me parece demasiado ¡Aunque intentaron convencerme durante un buen rato!

La última semana fue un poco dura para mí. Estaba teniendo algunos problemas con mi compañero de habitación y cada vez me quedaba menos tiempo en Bolonia. Cada vez estaba más cerca la vuelta a Rimini.

Solía ir y venir de Bolonia a Rimini. Todavía tenía que hacer algunos exámenes en esa época. Cuando pisaba Rímini solía verlo muy pequeño comparado con Bolonia. Yo antes pensaba que todos los estudiantes internacionales venían a Rimini, pero vi que estaba equivocada cuando fui a Bolonia.

Los mercatos son algo que me atrae mucho de Italia. No significa que esté comprando algo de mala calidad, simplemente que gastas menos dinero en tus compras. Por desgracia, en Bolonia nunca compré nada del Mercato y cuando ya no estaba allí escuché que las opciones que tienen son realmente buenas.

¿Por qué se le conoce a Bolonia?

- Bolonia es famosa, por supuesto, por su pasta boloñesa. Es deliciosa.

- Las heladerías no tienen nada de especial comparándolas con otras de Italia.

- Tienen muchas cadenas internacionales de restaurantes.

- El estilo de vida de la gente no destaca tanto como el de Rimini. Pero aún así Bolonia tenía su magia.

- Hay muchos conciertos y viene mucha gente famosa.

Cuando oigo hablar de Italia pienso en Roma, Milán, Venecia, Florencia... pero nunca había pensado en Bolonia, ni siquiera había escuchado hablar de ella. Me sorprendió mucho cuando vine.

¿Qué ver cuando estás en Bolonia?

San Lucas es también algo que vale la pena visitar. Está situado dentro de Bolonia, en las montañas. El mejor momento para ir allí es después de la puesta de sol, donde se puede ver su belleza en plenitud. Uno de nuestros amigos tenía un coche y solíamos ir de vez en cuando. Lleva algunos bocadillos y siéntate en el coche para ver la puesta de sol.

Ibiza es una ciudad situada al lado de Bolonia. Nosotros fuimos una vez en tren. Es famosa por su torre que parece que se está cayendo. Es una zona que siempre está llena de turistas, especialmente durante el período en que yo estuve allí.

Dado que Bolonia es el punto de intersección entre muchas ciudades, puedes ir a la mayoría de las ciudades de Italia de manera directa. Una vez fui a Milán desde Bolonia y no tardé mucho tiempo en llegar.

¿Qué no hacer mientras se vive en Bolonia?

Si no tienes coche, ten cuidado cuando salgas por la noche, comprueba siempre el horario de los autobuses. Si para llegar a tu destino necesitas un medio de transporte y no quieres coger un taxi, te sugiero que eches un vistazo a los horarios de los autobuses.

No hables mucho con los desconocidos. Si les das conversación en poco tiempo cogerán una silla y se sentarán contigo.

Como es un destino internacional, te recomiendo que hagas amigos internacionales. Yo no tuve la oportunidad de conocer a los boloñeses italianos en Bolonia para que me enseñaran la ciudad, pero aún así la descubrí por mí misma. Aunque Bolonia tiene algunos lugares secretos llenos de magia, no necesitas que una persona local te muestre el camino. Creo que podrías hacerlo por ti mismo.

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¿Cómo vivir en Bolonia con un presupuesto estudiantil?

Antes de trabajar en el hotel, sabía que no podría pagar el alquiler sin tener un trabajo. Así que encontré este hotel que acepta a estudiantes como trabajadores. Eso me cubría el alquiler y además recibía 300 euros al mes. No es mucho, pero al menos durante tres meses supe que tenía un lugar donde quedarme. No olvidemos que también la comida estaba incluida.

¿Necesitas hablar italiano en Bolonia?

Por supuesto, depende del trabajo que consigas allí. Pero si tiene que ver con la hospitalidad o con alguna cadena internacional, no hablar bien el italiano no será un problema.

¿Cómo gastar tu dinero sabiamente mientras vives en Bolonia?

Como otras ciudades de Italia, Bolonia tiene dos tipos de supermercados. Uno que es caro y el otro que no lo es.

Deberías hacer un presupuesto por lo menos semana a semana. Intenta no comer mucho fuera de casa, a menos que te lo sirvan en tu trabajo. Ve a tomar un aperitivo a un sitio que esté lleno de locales y no de extranjeros. Esta siempre es la mejor manera de gastar tu dinero, además la calidad será mejor. Compra el billete del transporte público mensual para no tener que pagar el billete día a día. Siempre costará más de esta manera.

¿Qué es lo que no te gusta?

En verano, desde mi punto de vista personal, odiaba la cantidad de abejas que había, pero esto es cosa mía, pues yo no vivía en el centro.

Si no puedes soportar el calor, entonces Bolonia no es para ti en verano, pero intenta considerarlo en invierno.

¡Invierno en Bolonia!

No puedo decir mucho sobre el invierno en Bolonia. Pero durante mi estancia me encontré con algunos días de lluvia, además había días que hacía mucho viento, como si fuera enero. Creo que el invierno es un poco duro.

¿Vale la pena visitar Bolonia mientras se visita Italia?

En el caso de que viajes a Italia y estés cerca de Bolonia, te lo recomiendo. Pero si no tienes intención de venir a Italia, no recomendaría que vinieses sólo a ver Bolonia, ya que Bolonia se puede visitar en 2 días.

¿Prácticas en Bolonia?

Te lo recomendaría mucho. Conocerás a gente de todo el mundo, ganarás experiencia y lo más importante es que te divertirás mucho. Creo que siempre debemos explorar nuestras opciones e ir un poco más allá.

¿Fiesta en Bolonia?

Bolonia podría ser un buen lugar para ir a bailar, pero desafortunadamente no tiene tantos sitios para ir. Tiene un par de discotecas que abren una vez por semana. En caso de que estés allí en verano, creo que cierran durante un mes más o menos a modo de vacaciones de verano. Así que, en caso de que quieras ir de fiesta en Bolonia, no tengas las expectativas muy altas.

¿Es un lugar donde se puede pasar el rato solo?

Italia es conocida por ser un lugar romántico. Estar solo en cualquier ciudad de Italia puede resultar difícil ya que la gente es muy romántica. Pero por supuesto, hay algunas visitas turísticas que se pueden hacer a solas, pero te recomiendo que visites cualquier ciudad de Italia con un compañero si él o ella está presente.

¿Por qué Bolonia?

No elegí Bolonia, sucedió por casualidad. Sólo me inscribí al azar en las prácticas y hubo suerte.

¿Volverías a vivir en Bolonia?

En este momento de mi vida no pensaría en ello, ya que ahora vivo en otra ciudad que pronto compartiré con vosotros. También tengo al amor de mi vida aquí conmigo.

Creo que cada ciudad tiene su propia magia e historia, y para mí Bolonia fue el verano de 2016, algo que seguiré recordando.

¿La gente es estilosa?

La gente en Bolonia tiene mucho estilo. Pero hasta ahora, después de haber vivido en Rimini, no he encontrado a gente más elegante que ellos. Así que, en caso de que quieras considerar ir de compras o asesorarte en moda, Bolonia no es para ti.

¿El entretenimiento en Bolonia?

Siempre puedes salir a tomar un aperitivo en Bolonia o simplemente tomar algo mientras caminas por el centro. Si tienes amigos, es increíble, pero si estás sola, ¡podrías sentirte un poco sola!

¿Qué temporada es la mejor para ir a Bolonia?

Después de todo lo que pasó, podría decir que la Navidad en Bolonia es muy agradable. Ver la decoración de las luces, especialmente después del atardecer, donde la luz se refleja en el cielo, es increíble. En diciembre no llueve y durante ese período no recuerdo que hiciera ni siquiera frío. Yo recomendaría el invierno sin duda alguna.

¡Últimas palabras sobre Bolonia!

Bolonia es una ciudad encantadora que está en Emilia Romagna. No es ni muy grande ni muy pequeña. Ni tan grande para tener metro, ni tan pequeña para ir a pie a todos lados. Es conocida por la magia que inspira. Escuché que esta maravillosa ciudad tiene 7 maravillas, pero me encantaría adivinarlas antes de buscar en Google cuáles son. Es un lugar verdaderamente turístico. Los precios están bien comparados con otros lugares turísticos. Puedes encontrar cosas interesantes para hacer pero todo depende de tus intereses y gustos. Es un lugar para gente de todas las edades.


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