Berlín bajo cero: parte I

¡Hola a todos, viajeros! En esta ocasión escribo para hablaros de mi experiencia en Berlín.

Berlín es una ciudad que, aunque puede parecer muy gris en un primer momento, tiene algo que hace que te acabes enamorando de ella por completo. Quizás son sus monumentos llenos de historia, las animadas calles de la ciudad, o el que vayas donde vayas hay algo que ver y hacer. Precisamente porque Berlín tiene tantísimo que visitar, he decidido dividir en diferentes entradas los monumentos de los que voy a hablaros, porque sino se me iba a hacer interminable y, seamos realistas... ¡nadie quiere leerse una entrada de diez mil párrafos!

Qué ver en Berlín: parte I

En mi primera y, hasta ahora última, visita a Berlín en pleno febrero (de ahí el título de esta entrada de blog, ya que pasé un frío impresionante) tuve la oportunidad de empaparme de la cultura e historia de esta ciudad, así que os voy a hablar de los monumentos más importantes de Berlín para cuando decidas visitarla durante alguno de tus viajes (¡cosa que espero que hagas pronto!). 

• Puerta de Brandenburgo

La puerta de Brandenburgo es, sin lugar a dudas, uno de los símbolos más representativos de Berlín. Mi viaje a Berlín fue organizado por el departamento de historia de mi instituto, y os repartimos los diferentes monumentos de la ciudad para poder explicarlos al resto de nuestros compañeros, y a mí me tocó exponer la puerta de Bradenburgo así que recuerdo algunas curiosidades sobre este monumento. Era una de las puertas de entrada de la ciudad de Berlín, y en la parte de arriba puede verse una escultura de un carro tirado por caballos, pero es una copia de la original, ya que ésta quedó completamente destrozada tras la Segunda Guerra Mundial. 

La puerta de Brandenburgo se encuentra en Pariser Platz, y aunque puedes visitarla a la hora que quieras, te recomiendo que lo hagas tanto por el día como por la noche, ya que cuando se pone el sol la iluminan y se ve preciosa. 

Como anécdota curiosa de mi viaje, os voy a contar que, si bajas por la calle de la izquierda (poniéndote de espaldas a la puerta de Brandenburgo) es probable que encuentras un árbol cuyo tronco está repleto de chicles. No sé si seguirá ahí, porque yo fui a Berlín hace tiempo ya, pero me pareció entre asqueroso y fascinante... 

• El muro de Berlín

Al igual que ocurre con la puerta de Brandenburgo, el muro de Berlín es otro de las atracciones turísticas más característica de la ciudad, y probablemente una de las que mejor represente la historia alemena. El muro de Berlín es especialmente conocido por las pinturas decoran la parte del East Side Gallery. En este muro ocurre algo parecido a lo que pasa con la John Lennon Wall en Praga: las pinturas van cambiando de tiempo en tiempo. Sin embargo, en el muro (juraría) no puede pintar cualquiera, ya que los murales están muy bien cuidados y transmiten mensajes significativos. Uno de los grafitis más conocidos son el del beso, así que no puedes perdértelo. 

El muro de Berlín fue una de las cosas que más me gustaron del viaje, porque me encantó recorrerme la East Side Gallery de arriba abajo, admirando las obras de los artistas, y sobre todo pensando lo que este muro había significado para los ciudadanos de Berlín tantos años. Aunque está un poco alejado del centro histórico, merece la pena que vayas a verlo. 

• Museo de Pérgamo

Las ganas que tenía de visitar el museo de Pérgamo eran más bien inexistentes, porque lo cierto es que no soy muy de visitar museos que no sean de arte contemporáneo, ya que suelo aburrirme facilmente. Sin embargo, os aseguro de que, por muy poco que os guste ver exposiciones, os encantará este museo. Se encuentra en la Isla de los Museos de Berlín que, aunque suene muy friki, es precisamente eso: una isla que alberga los museos más importantes de la ciudad, en el río Spree. Está muy céntrica, así que es probable que pases por ahí varias veces. 

El museo de Pérgamo es el más conocido de Berlín, y alberga sobre todo colecciones clásicas, del Oriente Próximo, y de arte islámico. El precio de la entrada para estudiantes es de 6 euros, pero por tres más puedes coger una entrada combinada de la Isla de los Museos y podrás visitar todos ellos, algo que puede interesarte si eres muy fan de visitar exposiciones. Yo sólo visité el de Pérgamo, así que desafortunadamente no puedo darte feedback del resto de museos... Este abre todos los días de 10 de la mañana a 6 de la tarde, y de verdad te digo que no puedes perdértelo, porque te dejará con la boca abierta. 

• Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm 

En la avenida de Kurfurstendamm, Berlín esconde una verdadera reliquia de monumento que, por alguna razón que desconozco, no es tan popular en lo que a atracción turística se refiere, en comparación con otras de la ciudad. Este monumento del que os hablo es la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm, que realmente no sería tan maravillosa si no fuese porque no fue reconstruida tras quedar destrozada después de la Segunda Guerra Mundial. Esto fue algo que me fascinó de esta construcción... entras en ella y puedes ver el exterior desde dentro, ya que le faltan partes del techo y de la supuesta cúpula que debería tener, aunque en realidad la parte que se visita sí que está recostruida (porque imagino que si no, no sería seguro para las personas)... Me parece genial que los ciudadanos de Berlín decidiesen dejarla así, porque simboliza las consecuencias del conflicto bélico. A todo el mundo que visita Berlín, el primer monumento que les recomiendo es este, porque muchos turistas no lo visitan y me parece una pena. 

• Monumento al Holocausto 

El monumento del Holocausto fue sin duda el que más me impactó de Berlín, más que nada por el significado que esconde detrás. Es un monumento que conmemora el genocidio nazi a los judíos, y lo forman bloques grises de hormigón de diferentes tamaños, y por lo que implican, se recomienda visitarlo con respeto. 

La entrada es gratuita, y como es un espacio público puedes visitarlo durante cualquier día, a cualquier hora. Se encuentra cerca de la Potsdamer Platz, así que para llegar puedes bajarte en la parada de metro (línea U2) o tren con el mismo nombre.