4 DÍAS EN BERLÍN
Si estáis cursando el Erasmus en Bremeny sois de la Universität, existe un programa que organiza diferentes actividades para los estudiantes de Erasmus; pues resulta, que una de las actividades que organizó fue un viaje a Berlín. El viaje costaba en total 80€ con alojamiento incluido. Sin embargo, dada la demanda para ese viaje, se debía hacer un sorteo en el que se decidiría quiénes irían y quiénes, no.
El caso es que cuando a mis amigos y a mí nos llegó el email, nos apuntamos todos sin pensárnoslo dos veces. Una que no tiene suerte en la vida, pues no me tocó; pero eso no fue lo peor, y es que fui a la única de mi grupo que no le tocó. Menos mal que había uno de nuestro grupo que no era de nuestra misma universidad y él también quería ir a Berlín. Así que decidimos cogernos por nuestra cuenta el alojamiento y transporte e ir con ellos a las demás actividades. La verdad que la diferencia entre lo que pagaron ellos y nosotros no fue mayor a 15€, así que tampoco nos lo montamos tan mal.
Fueron cuatro los días que estuvimos en la capital alemana, y os quiero contar mi experiencia allí así como los lugares que visitamos.
Alojamiento
A continuación os voy a mencionar los dos hostales que en que nos alojamos nosotros y mis compañeros. El de mis amigos se llamaba Industrie Palast Hostel Berlin, que se asemejaba más a un hotel que a un hostal, la verdad. Por el contrario, el nuestro era Hostel StayComfort Kreuzberg. Quisimos mirar la disponibilidad del de mis amigos para poder estar con ellos, pero para cuando miramos estaban todas las habitaciones ocupadas. La verdad que por la pinta del hostal, no parecía muy barato que digamos; en cambio, el de mi amigo y mío, era bastante barato para tratarse de Berlín, ya que pagábamos 10€ por noche en una habitación compartida con 10 personas. Como consejo, os diré que llevéis bastante dinero en metálico a Berlín, ya que en muchos establecimientos no te dejan pagar con tarjeta, como es el caso de nuestro hostal. Y es que ninguno de los dos llevábamos dinero suficiente en cash como para pagar el hostal, así que no tuvimos más remedio que ir a sacar dinero. La parte negativa fue que el cajero más cercano cobraba una comisión de cuatro euros por cualquier retiro; nos dolió en el alma pero al final, mi amigo se sacrificó y sacó el dinero para poder pagar lo que nos faltaba.
Día 1
El primer día mis amigos salieron sobre las 7 de la mañana de Bremen en un bus directo a Berlín, mientras que nosotros tuvimos que desplazarnos a Hamburgo y de ahí cogerlo (nos salía mucho más barato de esta manera).
Antes de la una llegamos a la ciudad y como los demás no habían llegado todavía, mi amigo y yo fuimos a ver el muro de Berlín, que se encontraba a escasos minutos del hostal. He de decir que me esperaba más gente que la que realmente nos encontramos; es cierto que a la hora de sacarte una foto estaba el problema de que la gente pasase y saliese en medio de la fotografía, pero siendo sincera, no estaba muy concurrido.
Estos llegaron sobre la una y media pasadas; dejaron sus maletas y demás y nos unimos a ellos para ver la Fernsehturm, punto de referencia muy práctico en caso de pérdida. En este caso, mi amigo y yo no tuvimos mucha suerte ya que no pudimos subir con los demás a verlo desde arriba, pero nos quedamos tomando un chocolate caliente en una cafetería cercana así que tampoco nos preocupó mucho.
Después nos dirigimos al hostal, y cuando nos arreglamos, quisimos dar una vuelta por la ciudad a la noche.
Día 2
Por la mañana, mis compañeros fueron a realizar un tour de la ciudad en autobús; a mi amigo y a mí no nos convencía eso de no pisar el suelo, así que decidimos realizar un Free Tour. Si mal no me equivoco, quedamos a las 10:00 en la Markplatz, en frente del Primark. He de decir que ha sido el mejor Free Tour que he hecho hasta la fecha; y es que el tour duró casi cuatro horas; el chico que lo guió lo hizo estupendamente.
El tour comenzó en la isla de los museos, ya que el punto de quedada estaba abarrotado de turistas; como su nombre indica, es una especie de isla en donde se concentran varios museos, como por ejemplo: el museo nuevo y antiguo. Allí nos narró la historia de Alemania, de cuando todavía era el Reino de Prusia y más tarde República de Weimar y cuáles fueron los antecesores de la fatídica historia de Alemania que todos conocemos.
Seguimos con el Palacio Imperial, que por desgracia, estaba en obras cuando llegamos; algo curioso sobre él es que parece ser que se habían quedado sin presupuesto para seguir con la renovación así que idearon una alternativa: cualquiera podía comprar un ladrillo y poner su nombre, y este sería usado para su construcción. La verdad que yo no hice tal cosa, pero me pareció algo baste ingenioso. Más tarde vimos la Catedral Protestante, edificio que me fascinó. Además el guía nos comentó que merecía mucho la pena subir a lo alto de la catedral para ver el atardecer, aunque no lo hicimos.
Caminamos por Unter den Linden y acabamos observando la Universidad más antigua de Berlín, la Universidad Humboldt. Nos sorprendió mucho un dato que nos señaló el guía; y es que la matrícula de la universidad era tan baja que a los españoles nos costó digerirlo. En frente de la universidad, se encuentra la plaza de Bebelplatz, plaza donde tuvo lugar la Quema de Libros.
A continuación, nos mostró la Gendarmenmarkt, donde se encuentran las iglesias gemelas y el Ministerio de Luftwaffe. En realidad no son iglesias gemelas que digamos ya que, debido a una rivalidad entre religiones, una es un pelín más alta que la otra.
Después nos trasladamos al búnker donde Hitler se suicidó; hoy en día es un aparcamiento y la idea de construirlo tenía el fin de evitar que el lugar se convirtiera en un lugar de peregrinación. Seguimos con el Memorial en recuerdo a los judíos asesinados; esta fue la parte que más rabia me dio en cuanto a los turistas se refiere; y es que se veían niños y no tan niños saltando de un lado al otro en el propio memorial y eso reflejaba una falta de respeto y sensibilidad que no lograba entender en aquel momento.
Para acabar con el tour, nos mostró la Puerta de Brandenburgo.
Para finalizar el día, visitamos el Bundestag o Parlamento; mi amigo y yo no tuvimos la opción de entrar, a diferencia que los demás quienes sí pudieron verlo por dentro.
Día 3
Este día se lo dedicamos, o mejor dicho, se lo dedicaron, a los museos; y es que ellos visitaron el Blindenwerkstatt Otto Weidt, museo en donde cuentan la historia del hombre que da nombre al museo quien contrató a varios judíos sordos y ciegos en su empresa. Más tarde caminamos por la Kurfürstendamm, otra de las calles principales de la ciudad.
Por otro lado, nuestros amigos también visitaron el Museo de Historia de Berlín; como nosotros no visitamos ninguno de estos dos museos, nos fuimos en busca de tiendas vintage; encontramos dos que nos gustaron bastante: por un lado, Blank Vintage, donde podias encontrar sudaderas a cinco euros y pantalones Levi’s a diez, y por otro, Humana, cadena bastante conocida en la que también se podían encontrar prendas un tanto económicas. Todas ellas se encontraban muy cerca de los dos hostales, así que si por lo que sea también os hospedáis en ellos y sois amantes de la ropa vintage, os recomiendo visitarlas.
También visitamos el Checkpoint Charlie, pero nos llevamos un chasco al saber que era simplemente una recreación del original y no el original.
Finalmente el museo que mi amigo y yo sí visitamos fue el Museo de Pérgamo, donde se encuentran zonas dedicadas a los imperios más antiguos y poderoso de todos los tiempos.
Para acabar el día nos fuimos de fiesta a una discoteca llamada Matrix; la verdad es que me llevé una gran sorpresa. Y es que pensaba que solo iban a pinchar música electrónica, pero la verdad fue que encontramos una sala con un DJ que nos encantó: ponía tanto reggaetón como éxitos de los 2000.
Día 4
De este día solo aprovechamos la mañana y visitamos un mercado artesanal y de ropa vintage de Berlín llamado Mauerflohmarkt; la verdad es que este mercado me encantó y me faltó tiempo para visitar cada uno de sus puestecitos. He de decir que los vendedores eran bastante majos aunque el precio se elevaba bastante (era todo artesanal). Se vendían desde joyas, diademas, juguetes de madera… hasta ropa de los años 80.
Sobre la una del mediodía, nos subimos al autobús y nos dirigimos de nuevo a Bremen.
¿Recomendaría Berlín? Son muchas las personas a las que no les ha gustado nada Berlín, pero es que a mí me ha encantado; es cierto que es un tanto gris, pero los edificios de los que hemos estado hablando eran precisos por no mecionar el clima que se respira. Bueno, espero que os haya servido mi experiencia y que os ayude si estáis pensando en visitar Berlín.
Galería de fotos
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- English: 4 DAYS IN BERLIN
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