10 cosas que hacer en Berlín este verano

Si me preguntaran cuáles son mis ciudades favoritas de Europa, Berlín sería sin duda una de ellas. Solo he estado dos veces, pero las dos he vuelto poniendo la ciudad por las nubes: su extravagante arquitectura, sus infinitas posibilidades de comida y su maravilloso y tranquilo ambiente. Después de mi segundo viaje incluso empecé a aprender alemán en Duolingo, pero no duró mucho...

He pensado en diez cosas que me ha gustado hacer durante mis vacaciones en esta fantástica ciudad. Tened en cuenta que he estado en agosto las dos veces (2015 y 2017), así que algunas de estas actividades son más bien para un tiempo soleado.

Disfrutar las vistas

Berlín es rica en cultura e historia, así que sería absurdo ir y no ver algunos de sus atracciones turísticas más famosas. Algunas de mis favoritas son:

La Puerta de Brandenburgo (Brandenburger Tor): una magnífica estructura del siglo XVIII que era un cruel recordatorio de la división entre el este y el oeste de Alemania durante la Guerra Fría. Desde la caída del muro de Berlín, se ha convertido en un símbolo de unificación y un fondo popular para las fotos de los turistas.

La East Side Gallery: los murales en los restos del Muro de Berlín forman la que es ahora la galería al aire libre más grande del mundo. Hogar de unos cien murales, es un monumento que no te puedes perder ligado a una historia inolvidable. Algunas de las obras más famosas son El Beso, de Dmitri Wrubel, y Trabant, de Birgit Kinder.

La catedral de Berlín: una impresionante iglesia protestante en la Isla de los Museos de la ciudad. Por solo 7 € (o 5 € si eres estudiante) puedes subir a lo alto de la catedral y disfrutar de unas vistas increíbles de la capital alemana.

Y uno que evitar: otro punto turístico popular es el Punto de Control Charlie, pero yo no me molestaría en ir a verlo (o, al menos, en desviarme de la ruta para ir a verlo). Pagué por verlo la primera vez que estuve en Berlín, y la verdad es que no hay había gran cosa que ver. E incluso peor, lo que hay allí no es ni siquiera auténtico, sino una reconstrucción de un antiguo punto de control de un paso fronterizo. Vamos, que es solo una trampa para turistas.

Visitar algunos museos

La ciudad tiene una isla entera dedicada a los museos, con el sorprendente nombre Isla de los Museos, y es el lugar perfecto para pasar una lluviosa tarde de verano. Mi favorito es el museo Pergamon, en el que hay un montón de objetos extraordinarios islámicos, clásicos y de Oriente Medio. La de abajo es una foto que eché de la puerta del mercado de Mileto, pero si hay algo que tienes que ver (y es imposible perdérsela) es la increíble Puerta de Ishtar.

El museo Nueus está a unos cinco minutos y merece la pena verlo. A juzgar por las fotos que hice durante mi visita, a mi yo de diecisiete años le hacían mucha gracia los antiguos objetos fálicos que se exponían.

Si quieres saber más sobre el pasado de Berlín, te recomiendo que salgas de la isla y visites el Museo Judío (Jüdisches Museum) y el Museo HIstórico Alemán (Deutsches Historisches Museum). Allí se encuentran algunas obras de arte desgarradoras, como el famoso Vacío de la Memoria, una sala llena con unas diez mil caras de metal que conmemoran algunos de los seis millones de víctimas del Holocausto. Este último museo siempre tiene exposiciones temporales muy interesantes, yo vi una sobre la homosexualidad, y las que están expuestas permanentemente también son una buena forma de echar un vistazo a la historia de la ciudad.

Otro museo que me encantó fue el Museo de Historia Natural (Museum für Naturkunde), si quieres ver cientos de animales en tarros de cristal y los clásicos esqueletos de dinosaurios, ¡este es tu sitio! También es adecuado para niños, así que es genial para las familias que visitan la ciudad.

Ir de compras

No es que me dedicara a ir de tienda en tienda mientras que estaba en la ciudad, pero hay dos sitios por los que me gustó pasarme. El primero fue la Galeria Kaufhof, unos grandes almacenes en la Alexanderplatz, la sección de repostería que me impresionó bastante. Volviendo al tema, también recomiendo visitar Rausch Schokoladenhaus, una tienda de chocolate llena de figuras increíbles (spoiler: en realidad están hechas de plástico marrón).

Si vas buscando gangas, ve al mercadillo al aire libre de los domingos. Mi amiga y yo nos lo pasamos genial en Mauerpark, donde estuvimos unas cuantas horas paseando de puesto en puesto, probándonos ropa vintage (increíblemente barata), ¡y algunos puestos daban cosas gratis! También nos dimos un capricho con la deliciosa comida callejera. Pasamos un buen rato al sol en una colina de al lado, disfrutando de la música en directo mientras hablábamos.

Probar la comida local

Lo que tienes que probar si estás en Berlín (o en cualquier parte de Alemania) es una salchicha (wurst). La más popular es la de curri (currywurst), una salchicha de cerdo con ketchup picante y curri. Es más bien de gusto adquirido, pero si pasas por alguno de los muchos vendedores de salchichas wurst de la ciudad, tienes que probarla. Han hecho versiones para vegetarianos y veganos, ¡así que no hay excusa! Si no te atreves, siempre puedes recurrir a las salchichas bratwurst (foto debajo).

Para comer sentado te recomiendo probar la comida vietnaminta, muchos vietnamitas huyeron a Berlín durante la guerra fría, así que ahora hay una gran comunidad en la ciudad y la comida será auténtica. E incluso mejor: no te dolerá el bolsillo, ¡creo que toda esta cena (dos entrantes y dos platos principales) nos costó solo 14€!

Si lo que buscas es picar algo por la tarde, ve a Five Elephant y pide una ración de su maravillosa tarta de queso, los expertos la consideran de las mejores del mundo, mi madre y yo desde luego estábamos satisfechas con la nuestra.

También puedes ir a cualquier cafetería de la ciudad y probar una berlinesa (donut relleno de mermelada con azúcar por encima). Si alguien saca el tema de ese discurso de John F. Kennedy, que sepan que el expresidente en realidad no se equivocó al hablar alemán, solo es una leyenda urbana.

Si es un día especialmente caluroso, refréscate con un delicioso yogur helado, donde yo voy es al Good Q. Es bastante barato y hay muchos toppings donde elegir. Os prometo que se ve mejor cuando no está medio derretido...

Por último, si estás buscando dulces (son un buen regalo para llevar a tu familia o amigos), prueba los Haribos. Hay pasillos enteros en los supermercados de estos dulces en Alemania, algo que a mí (que soy un poco adicta) no me decepcionó en absoluto. Mira estos caracoles de gominola que probé:

Disfrutar de la cerveza alemana

La cerveza es una parte muy importante de la cultura alemana, así que asegurate de que te das el gusto cuando estés allí. Si vienes de Reino Unido, te sorprenderá lo barata que es.

Ir a los lagos

Mi amiga y yo pasamos nuestra primera mañana juntas en Schlachtensee, uno de los muchos lagos alrededor de Berlín. Era un día bastante nublado, ¡así que teníamos una pequeña playa toda para nosotras! Y el agua estaba buena para bañarse. Aunque si no te apetece darte un chapuzón, también puedes alquilar una barca allí o darte un paseo por un paisaje espectacular a través del bosque.

Ir a una piscina al aire libre

Si te gusta darte un baño pero no quieres salir a las afueras de la ciudad, siempre puedes ir a una de las piscinas al aire libre de Berlín. Mi madre y yo disfrutamos mucho de nuestra visita a la Sommerbad Kreuzberg. La cola de la entrada era muy larga, pero aguantamos y fuimos recompensadas con dichosa agua fresca. Ten cuidado si vas, puede que haya unos señores dando vueltas por los cambiadores.

Relajarse en el parque

Hay muchos espacios verdes encantadores por la ciudad, pero mi favorito es el popular Tiergarten. Fui allí mi último día y quité un poco de tiempo de turismo para leer un libro junto a una pequeña laguna. ¡La próxima vez iré algo más lejos y visitaré el zoo!

Si quieres ir a algún sitio algo más animado, ve a James Simon Park, junto al río. Siempre está lleno de gente en verano, y hay bares geniales cerca por si te apetece un aperitivo.

Ir a Teufelsberg

Otro lugar estupendo para relajarse al sol es Teufelsberg, una colina que está a un pequeño viaje en metro del centro de la ciudad. Este pequeño monte artificial (se escala en un par de minutos) se construyó encima de un montón de escombros de la Segunda Guerra Mundial, ¡pero no te lo imaginarías! Es un lugar perfecto para ver el horizonte de Berlín y a la gente volando cometas.

Ir de bares y discotecas

Si acabas agotado después de todo el día viajando, diviértete sumergiéndote en la animada vida nocturna de Berlín. En realidad yo solo he estado en un sitio, un local de música tecno llamado Tresor, ¡pero fue toda una experiencia! Tuvimos que esperar en la cola durante una hora y estábamos cada vez más preocupadas conforme veíamos cada vez a más y más gente a la que le denegaban la entrada. Sin embargo, de milagro, a los porteros les parecimos dignas de poder entrar y por la considerable suma de 30 € disfrutamos de una noche de buena música en esta extraordinaria central eléctrica abandonada. Conseguimos sobrevivir allí hasta las 7 a. m. , y fue muy raro irnos a casa a dormir mientras que la gente se levantaba para empezar el día.

¡Eso es todo, amigos!

Ahí los tenéis: mi top 10 de recomendaciones de cosas que hacer en Berlín. Es un lugar increíble que visitar, y ahora que han pasado dos años desde la última vez que fui, estoy deseando volver. Quizás debería darle otra oportunidad al curso de alemán de Duolingo...

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