Viaje al corazón de Europa - tercera parte
Desde Praga el itinerario a través de la República Checa nos condujo hacia el sur, bordeando el río Vltava hasta las montañas de Sumava en la frontera con Alemania (Baviera).
Český Krumlov
Después de un largo camino entre densos bosques y prados verdes, llegamos al pueblecito pintoresco de Český Krumlov. Se encuentra rodeado por un recodo circular perfecto del río y alrededor por altas montañas, sobre una de ellas se encuentra un imponente castillo. Todo el pueblo y el castillo pertenecen al periodo medieval, renacimiento y barroco, entre el siglo XIV y XVI, ofreciendo así una atmósfera muy sugestiva y armoniosa.
Desde el parking dedicado a los visitantes subimos sobre una empinada escalera sobre las paredes rocosas y comenzamos nuestra visita por el castillo, tan encantador e imaginativo que parecía sacado de un cuento. No es casualidad que forme parte del patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Me gustó especialmente el puente con arcos que cruza una hendidura de la montaña rocosa sore la cual se localiza el castillo y la torre renacentista del Belvedere, a la que obviamente se puede subir. Pasando por varios bastiones del castillo además, hay una visita perfecta del pueblo, el río y el paisaje con las montañas.
Saliendo por la puerta principal por la via Zámek empezamos a recorrer la calle principal del pueblo, strong>via Latran, hasta pasar el puente Lazebnický y llegar hasta la plaza central Svornosti. En todo este trazado no había ninguna vista que no fuese digna de fotografiar. Otros lugares de interés para visitar son la iglesia gótica kostel svatélo Víta y la via Horni que conduce al puente de entrada al pueblo que cierra el asa del río. ¡Una visita realmente recomendable!
El lago Lipno
Subiendo aún más al río llegamos al lago más grande de la República Checa: el lago Lipno. En realidad se trata de un reciente lago artificial; de hecho, a principio del siglo XX se decidió crear una presa en el Vltava para controlar las frecuentes crecidas que amenazaban con inundaciones a los pueblos de los alrededores del río. A pesar de ello, la reserva resultante parece muy natural, llena de partes boscosas y pequeños centros balnearios.
Nosotros en concreto nos situamos con la autocaravana en un camping en Horní Planá, cerca del ferry que lleva los vehículos hasta la otra parte del lago. Por la tarde nos relajamoos sobre la playa de arena gris y asistimos a un colorido atardecer sobre las montañas que se reflejaba en el agua del lago.
Llegada festiva a Baviera
Y, entonces, pasamos al último país extranjero de nuestro viaje. Tras cruzar la frontera por las montañas de Sumava entramos en la región de Baviera en correspondencia con el exuberante bosque bávaro. Aquí, aún más que en República Checa, el paisaje es muy montañoso y lleno de granjas y pastizales.
Antes de llegar a Passau, hicimos una parada en Hauzenberg, el pueblo en el que vivía Lisa y nos alojamos en casa de su familia aparcando la autocaravana cerca de su garaje. La familia bávara fue muy hospitalaria y cordial con todos nosotros. Esa misma tarde nos hicieron ponernos los trajes típicos bávaros (yo por ejemplo me puse los pantalones cortos de cuero y una camisa a cuadros roja y nos llevaron hasta la Bierfest del pueblo, al más estilo Oktoberfest; bajo la enorme carpa adornada había una banda que tocaba y las únicas jarras de cerveza que se podían pedir eran las de un litro.
A la mañana siguiente en cambionos ofrecieron un desayuno típico bávaro: pan fresco, quesos, huevos de codorniz, wurstel de todos los tipos, salsas... ¡incluso cerveza! Su casa también era muy característica, toda de madera y con vista panorámica a las montañas. ¡No olvidaré nunca esta especial acogida!
Passau
Siguiendo el viaje, llegamos a la ciudad de Passau, situada sobre la estrecha confluencia de los ríos Danubio, Inn e Ilz. Debido a este particular estrechamiento geológico, la ciudad es bastante propensa a sufrir inundaciones y los edificios en la base de la montaña sobre la confluencia pueden ser fácilmente anegadas por el agua.
Un lugar muy interesante es la punta Dreiflüsseeck desde la cual se ven todos los tres ríos, cada uno de un color distinto, que se unen y se fusionan juntos. Otro lugar importante de visitar es la magnífica catedral barroca de San Esteban, que presenta en su interior ricas decoraciones en blanco y el órgano más grande del mundo con sus 18.000 tubos.
Si queréis tomaros un dulce descanso con vistas os aconsejo en definitiva ir al Cafe Lounge sofa, en la última planta de un edificio en el centro con las bonitas vistas a toda la ciudad y los ríos.
Munich
Después de un largo camino, llegamos a Munich, también conocido como Mónaco de Baviera.
Olympia Park
Aparcar en Olumpia Park es una idea perfecta porque es un lugar maravilloso. Las estructuras futuristas construidas como ocasión de los pasados juegos olímpicos están inmersas en un verde y tranquilo parque y es un placer disfrutarlo paseando. En esta zona siempre aconsejo de subir a Olympiaberg, una colina panorámica sobre la ciudad generada por la acumulación de material de la Segunda Guerra Mundial y el modernísimo edificio de BMW Welt.
El centro histórico
Desde Olympia Park llegamos al centro de la ciudad utilizando la cómoda y moderna metropolitana aunque el billete era un poco caro.
El centro histórico me desilusionó un poco a parte del ayuntamiento de Marienplatz, la iglesia gótica Frauenkirche y la zona monumental del palacio ante la Odensplatz, lo demás fue todo reconstruido después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y por tanto, ha perdido su atractivo histórico.
De todas maneras, me gustó en cambio el el borde del río Isar con muchísimas zonas naturales y la mole monumental del Maximilianeum.
Por otra parte, ¿Por qué no probar la buena cerveza bávara en la antigua cervecería real Hofbräuhaus? Este local es gigantesco: cuenta con tres plantas, tiene mil sitios y sirven al día decenas de miles de litros de cerveza. Aparte, el ambiente es realmente espectacular con sus mesas de madera y los techos pintados y hay siempre alguna banda que se exhibe con música y bailes tradicionales. ¡Me gustó mucho estar aquí disfrutando de una buena cerveza con toda la familia!
El castillo de cuento de Neuschwanstein
Llegamos a la última y romántica parada de nuestro maravilloso viaje.
El castillo de Neushwanstein fue construido en el siglo XIX por el excéntrico rey Luis II de Baviera (apodado Rey Loco), deseoso de tener cortes lujosas por todo el reino. Además de por su estructura de fábula en sí adoro este lugar también por su espléndido paisaje sobre los Alpes cubierto de pinares, sobre lagos idílicos del Kalvarienberg y sobre la verde llanura bávara.
Para subir al castillo hace falta seguir una carretera con una serie de curvas; después, aconsejo pararse a admirar todo el conjunto y la montaña del puente peatonal de Marienbrücke en el cual, entre otras cosas, está suspendido sobre una profunda garganta escavada del torrente que da verdadero vértigo.
Finalmente, no hay que olvidar el cercano y más antiguo castillo de Hoenschwangau, que normalmente se queda sin motivo a la sombra del nuevo y sin embargo es igualmente pintoresco.
Y de esta forma finalizó nuestro gran itinerario por la Europa central. Volviendo a Italia cruzamos el paso de Resia con el misterioso campanario cubierto en medio del lago, para después bajar al Alto Adigio.
¡Hasta el próximo viaje!
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