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Barcelona: la zona del mar


En mi opinión, lo único que le faltaría a Barcelona sería una río espectacular que recorra la ciudad. Aunque, el mar Mediterráneo lo compensa un poco llenando la ciudad con una serie de paisajes espectaculares que pueden disfrutarse, tanto desde Montjuich, como en su mayoría desde la zona del puerto, donde se encuentra el marítimo distrito de La Barceloneta. Todavía me faltaba un paseo por la zona del mar para completar mis experiencias por Barcelona. Por lo tanto, para aprovechar al máximo un soleado sábado de principios de febrero, decidí realizar el paseo que me faltaba.

Barcelona: la zona del mar

Barcelona: la zona del mar

Empecé mi recorrido marítimo desde el Mirador de Colón. Se trata de un imponente monumento dedicado a Cristóbal Colón, que se encuentra e en medio de una enorme rotonda, justo al final de La Rambla. El almirante, que según algunos historiadores podía haber sido originario de Barcelona (en vez de Génova), está representado con el dedo de su mano derecha señalando al mar. Recibido por una desagradable e inesperada lluvia, seguí con mi camino por el muelle, pasando por al tradicional mercado de antigüedades que tiene lugar todos los sábados frente al Mirador de Colon.

Barcelona: la zona del mar

Al llegar al espectacular paseo marítimo, llamado Rambla del Mar, divisarás un montón de mástiles y velas que brotan a tu izquierda. Recomiendo enormemente disfrutar del paseo por este puente basculante, ya que desde él se puede contemplar una vista increíble en la zona de la derecha, desde donde de puede admirar también la zona del Mirador, por la que acabas de pasar, así como la colina de Montjuicj a lo lejos. Por otro lado, en la parte de la izquierda, divisarás la zona del antiguo puerto (Port Vell), con un sinfín de embarcaciones que contrastan con los edificios de la ciudad al fondo. Al principio, me decepcionó un poco la ausencia del Pailebot de Santa Eulalia, una goleta que data del año 1918, y que suele estar anclado en Port Vell. Aunque, para mi sorpresa, tuve la suerte de ver una goleta que volvía de un pequeño recorrido por el turístico puerto. Una vista impresionante, sin duda, que me trasladó a mi juventud, cuando leía sobre piratas y aventuras en el mar.

Barcelona: la zona del mar

Siguiendo con el recorrido por Moll de Espanya, justo enfrente del estrecho golfo en el que se encuentra el Port Vell, tendrás la oportunidad de admirar unas vistas fantásticas de Barcelona. Rodeado de miles de gaviotas hambrientas, será mejor que cruces al otro lado, donde gracias a un paso elevado, llamado Mirador del Port Vell, estarás de vuelta en el paseo marítimo. Tras echar un último vistazo a la espectacular cantidad de barcos que están tranquilamente anclados en el puerto, merece la pena dirigirse un poco hacia la ciudad para poder contemplar la original escultura, que recibe el nombre de El Cap de Barcelona. Erigida por el artista de pop americano, Roy Lichtenstein, su colorido contrasta enormemente con los edificios de alrededor.

Barcelona: la zona del mar

Barcelona: la zona del mar

Por último, si nos dirigimos hacia el distrito de La Barceloneta, te encontrarás con un elegante palacio llamado Palau del Mar. Aunque en su momento fueron los Almacenes Generales del Comercio, actualmente alberga el Museu d'Historia de Catalunya. Por un precio de 4 euros, podrás entrar y ver una interesante reconstrucción de la vida y los trajes de las gentes que caracterizaron la historia de la región durante siglos. Ahora toca descubrir la pintoresca zona de La Barceloneta, un barrio que data del siglo XVIII y que estaba habitado por pescadores. Al caminar por sus estrechas y caóticas calles, encontrarás una serie de restaurantes conocidos por sus menús de pescado, así como unos cuantos bares de tapas que se cuentan entre los mejores de Barcelona. También se puede apreciar una muestra de la vida cotidiana del barrio, gracias a la gente que se agrupa en las cafeterías o que van al mercado local a hacer sus compras. De mediados del siglo XVIII, la Esglesia de Sant Miquel del Port es el edificio más antiguo de La Barceloneta. La fachada de la iglesia da a la tranquila Plaça de La Barceloneta, mientras que la parte de atrás da a la animada zona del mercado, que recibe el nombre de Plaça del poeta Joan Boscàn.

Barcelona: la zona del mar

Cogemos fuerzas con una buena comida para poder seguir con nuestro paseo con las pilas cargadas. De vuelta al amplio muelle, podrás contemplar más vistas de la ciudad, cuyos característicos edificios consiguen sobresalir en el horizonte. Así, se pueden ver la torre de la catedral, la iglesia de Santa María del Mar y Santa María del Pi sin problemas, así como la colina del Tibidabo que se eleva al fondo. Desde este punto, también se puede empezar un espectacular viaje por el teleférico que une Montjuich, que ofrece una vista de pájaro de la ciudad y de la zona del puerto. Sin embargo, la experiencia no te saldrá nada barato: cuesta 10 euros solo la ida y 15 euros la ida y vuelta.

Barcelona: la zona del mar

Barcelona: la zona del mar

Te aconsejo que continúes con tu paseo hasta la moderna y original escultura llamada Homenatge a la Nataciò (Homenaje a la Natación). Se trata del que probablemente es el mejor sitio para disfrutar de las vistas al mar, ya que el hormigón deja paso a una enorme playa (Platja de Sant Miquel). Dejando de lado el paseo un momento, en dirección al norte encontraremos más arena, ya que la Platja de Sant Miquel empalma con la Platja de Sant Sebastiàn. Otro curioso punto de partida, que está justo en el centro de la playa, es el Homenatge a la Barceloneta. Se trata de una especie de torre en conmemoración al cuartel que había en esa zona. Seguimos por el paseo pavimentado, bordeado en su parte izquierda por un sinfín de restaurantes. Además, si hace buen tiempo, también podrás disfrutar de la zona de costa que se extiende unos cuantos kilómetros hacia la zona del Port Olimpic y El Forum. Sin embargo, cuando llegues al final de este barrio, será mejor que dejes atrás el paseo y cruces otra vez por La Barceloneta, en dirección a la ciudad. La siguiente parte de la playa no tiene nada interesante y, enrome escultura, llamada El Peix (El Pez) está demasiado lejos y no es lo suficientemente interesante como para que merezca la pena desviarse.


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