La intensa vida en Atenas

La ciudad que cautiva

Cuando cogí el avión para viajar a Atenas en septiembre de 2017, la incertidumbre, los nervios y el miedo se habían hecho dueños de mi. Ahora, casi dos meses después de haber acabado mi experiencia Erasmus, el cariño, el orgullo y la emoción siguen conmigo. ¿Por qué?

Porque no, Atenas no es una ciudad fácil de tratar en cuanto pones un pie allí. Es posible que al llegar a la ciudad te encuentres con que el transporte público del aeropuerto hasta el centro implica casi una hora de viaje en un autobús que es de todo menos cómodo... Y puede que, en cuanto te bajes de él en la plaza Syntagma sientas que los letreros en griego se te quedan grandes... Pero, créeme, desde ese mismo momento, Atenas empezará a cautivarte. Te encontrarás de frente con el Parlamento Helénico y será el primero de los monumentos que te impresione. Si es de día, la propia plaza Syntagma ya te dejará con la boca abierta.

Tendrás que coger otro bus, probablemente, a alguna calle con nombre "extraño" en la que se encontrará tu piso compartido o tu "residencia erasmus", y llegarás muy cansado pero también con una gran sonrisa en la cara, porque empezarás a ver un poquito más de la ciudad y te invadirán sentimientos de ilusión e incerteza. Tranquilo, nos ha pasado a todos.

No te sorprendas si el baño que tienes en casa pone un cartel con un dibujito para no tirar el papel higiénico por el váter. Sí, también es lo habitual (aunque en muchos baños se puede ya tirar el papel por el retrete).

Es muy probable que las primeras personas griegas con las que tengas contacto te reciban con una gran emoción, que te cuiden ya desde el momento cero y que se muestren muy hospitalarios. La gente en Grecia parece que te incluye en su familia desde que cogen la mínima confianza contigo. Intenta agradecerlo siempre e intenta ser lo más amable posible... Son gente de gran corazón, con muchas ganas por compartir y aprender y que intentan poner todo de su parte para que en todo momento te sientas cómodo. Por cierto, las zonas con más estudiantes (incluídos Erasmus) y las más asequibles para vivir son Exarcheia, Kipselis y la zona de Victoria, esencialmente.

Los primeros días serán una aventura: estás en una ciudad nueva, un poco loca (aunque adorable) y en la que probablemente no entiendas el idioma. Eso sí, todo el mundo, todos, hablan inglés sin ningún problema, así que pierde el miedo, échale ganas e intenta comunicarte con tu mejor inglés, gestos y alguna palabra griega que vayas aprendiendo.

La universidad también será una locura al principio: muchos papeleos; muchos profesores nuevos; muchos cambios del Learning Agreement; visitas a distintas oficinas para conseguir la tarjeta de estudiante, o la tarjeta de comidas, o cualquier otra tarjeta... No te olvides: en casi todas las universidades de Atenas hay comedores gratuitos para los estudiantes, así que haz lo posible por conseguir la tarjeta cuanto antes y disfruta, no solo de comidas gratis, sino de un lugar más con un ambiente universitario increíble.

Irás acostumbrándote paso a paso al metro, que no tiene nada de inseguro. Irás acostumbrándote también a los buses, que generalmente funcionan bien... Pero irás acostumbrándote a las muchas huelgas que se convocan en transporte (y en todo): si algo caracteriza a la sociedad griega es que salen a la calle para luchar por sus derechos, y no dudan ni un minuto en alzar la voz ante una injusticia. Empápate de todos esos valores. No tengas miedo, habla con la gente, pregunta por qué están reunidos con carteles en medio de la calle, y ve aprendiendo cuál es la realidad de la sociedad: sus pensiones, su educación, la realidad anarquista, la multiculturalidad, los muchos refugiados que viven en Atenas, etc.

No pierdas la oportunidad de participar en la vida cultural, de hacer voluntariado si es lo que te apetece, y de colaborar o aprender de todo lo que te inquiete. Atenas es una ciudad con grandes contrastes, con muchas culturas viviendo en sus calles, con muchas historias que respirar y que puede, sin duda, cambiar tu visión de la vida. Si tienes la oportunidad, apúntante a algún curso de griego moderno o intenta aprenderlo de alguna forma... puede que en el momento te de pereza ir a clases, pero, créeme, te sentirás mucho más completo si vuelves teniendo alguna noción del idioma con el que has convivido durante meses.

Visita todos los lugares de interés que puedas (un consejo, hazlo en temporada baja y entre semana, para evitar aglomeraciones) y nunca te olvides de llevar la tarjeta de estudiante contigo: entrar en la Acrópolis, en los museos y en muchos otros lugares culturales es gratis si presentas esa tarjeta (tanto la de tu universidad española como la que te faciliten en Atenas).

Aprovecha también para quemar todas tus energías saliendo de fiesta, si te gusta. Hay clubs muy buenos y, sobre todo, hay fiestas erasmus muy divertidas. En ellas podrás conocer a gente de muchos países en tu misma situación y también a muchos estudiantes griegos que las organizan y colaboran para crear un ambiente de diversión único. Para ello, sigue en Facebook la página correspondiente a la ESN de tu universidad (o de otras universidades de la ciudad) en las que irán publicando todos los eventos organizados, no solo fiestas sino visitas a otras ciudades, excursiones, y mucho más.

Aunque aproveches las comidas gratuitas del comedor, date un capricho de vez en cuando y sal a algún restaurante a probar la gastronomía griega... ¡Esta cultura también enamora por el estómago! Sabores frescos, mediterráneos y llenos de tradición. Hay muchos restaurantes como el Liondi, el Efcharis y muchos otros en los que el trato es maravilloso, los precios muy asequibles (puedes comer cantidades increíbles por unos 10€) y los platos son tradicionales.

En resumen, las claves son:

• No asustarte al principio aunque Atenas sea una ciudad muy viva
• Participar en toda la vida de la ciudad y actividades
• Aprender algo de griego
• Aprovechar la increíble gastronomía que tienen
• Perder el miedo y hablar y conocer a todo el mundo (es lo mejor)

Ah, eso sí, no te olvides de viajar a otros sitios de Grecia y de Europa. Desde el aeropuerto hay vuelos baratos (principalmente a islas griegas y a Italia, Bulgaria, Rumanía y Turquía) y desde el puerto de la ciudad, el Pireo, hay ferries baratos a las islas (Aegina, Agistri, Santorini, etc).

Aprovecha cada segundo del Erasmus y haz todo lo que sueñes, porque es una experiencia única e inolvidable.