El puerto de Biganos y la Bahía de Arcachón

¡Hola otra vez! El tema de hoy trata de un pequeño municipio situado a pocos kilómetros de Burdeos, en Francia: Biganos. Es un pequeño pueblo situado en el departamento de Gironde y al principio de la Bahía de Arcachón, un lugar precioso que estoy deseando volver a ver.

Biganos está en medio de la autopista de A63, entre la salida a Burdeos y la salida a Arcachón, justo en medio. La mayoría de la gente lo pasa de largo porque piensa que no hay nada interesante que ver, pero pocos saben lo que verdaderamente guarda esta comuna. Y era ésta la razón por la cual quería escribir este post.

Aunque a primera vista no parezca muy atractivo dado que solo hay chalets y alguna iglesia, hay que saber tener paciencia y adentrarse un poco por sus calles para descubrir su auténtico corazón.

Y es que, a pocos minutos del centro de Biganos, se encuentra su pequeño pero especial puerto. Es un puerto de pequeñas embarcaciones, y está construido en un riachuelo que según la marea lo encontraréis vacío o lo encontraréis lleno de agua. Además, los embarcaderos son un poco viejos, pero todos hechos de madera, y los muelles son naturales, es decir, son nada más y nada menos que cachos de tierra. Es un puerto muy tradicional y curioso.

Pero no hemos venido hasta aquí para hablar del muelle, sino del ambiente que lo rodea. La verdad es que la Bahía de Arcachón está llena de ellas, pero las de Biganos están mucho mejor conservadas y tengo la sensación de que éstas guardan mucha más vida e historia: las chabolas de los pescadores.

Hay dos largas calles (sin asfaltar, claro) abarrotadas y peinadas de preciosas chabolas de madera pintadas de tantos colores que la palabra "arcoíris" se queda corto comparado con este puerto. Es un espacio muy acogedor y mágico, una especie de huida de las grandes ciudades y de los altos edificios.

Todas las chabolas tienen más de un color, es decir, que sus paredes están pintadas de colores combinados, como pueden ser éstas:

- Rojo y amarillo
- Marrón y blanco
- Azul oscuro, blanco y amarillo
- Marrón y azul claro
- Verde claro y marrón oscuro
- Verde y blanco
- Rosa y blanco
- Azul oscuro y blanco
- Turquesa y negro
- Azul celeste y marrón
- Gris y marrón

(Mucho marrón, como veis. Es el color de la madera no pintada).

Algunas combinaciones no conjuntaban, sinceramente, pero tampoco eran horrorosas. Todas eran agradables a la vista.

También era muy agradable pasear por delante de ellas, con el puerto al otro lado y un silencio casi absoluto en su entorno si no fuera por el ruido corto de algún coche o de los pocos vecinos de la zona (también pueden ser los propietarios de las mismas chabolas) sentados en un circulo y en medio del paseo mientras charlaban. Ellos eran los que mantenían vivo el puerto, era de agradecer.

Era una comunidad muy generosa y muy arraigada a su cultura. Se veía claramente que le tenían un cariño muy especial tanto al pequeño barrio como al puerto, ya que los habían cuidado con mucha paciencia y durante muchos años.

Es verdad que algunas casas estaban a punto de ser deterioradas, a punto de caerse, y algunas otras estaban desteñidas y con las tablas de madera rasgadas, pero para mí, tenían el mismo encanto que el resto. No había inferioridad y mucho menos superioridad en el puerto. Solamente por eso no dejaría de visitarlo. El puerto de Biganos me había ganado.

Personalmente, desearía que las calles fueran mucho más largas de lo que ya eran, porque nunca me cansaba de pasear por las pequeñas casitas de madera, y siempre tenía la necesidad de dar una vuelta más al puerto cuando llegaba al borde final. Era como si me faltara algo: la infinitud.

Pero este grupo de casas no es lo único que tiene para ofrecer el puerto, ya que un poco más al norte, al final de una marisquería (la única de la zona), hay una estrecha pero accesible entrada a la reserva natural de Îles de Malprat, un sitio estupendo para explorar y conocer mejor la zona, la naturaleza local y la fauna y la flora girondesas. Arcachón está llena de sorpresas, solamente hay que saber encontrarlas.

Cómo llegar hasta el puerto

A ojo inexperto y, aún teniendo un mapa en la mano, puede ser un poco complicado identificar el puerto. Yo tampoco sabía de su existencia hasta que, planeando mi viaje a las Landas (departamento francés cuyo post encontraréis en este enlace), estuve buscando fotografías de Arcachón por internet y di en el clavo: encontré unas fotografías idílicas de un puerto que parecía estar sacado de un cuento. Lo comencé a estudiar, intentar localizarlo y conseguir sus coordenadas. Tengo que admitir que costó un poco dar con el resultado, pero finalmente lo conseguí:

Una vez tomada la salida a Biganos, continuad recto hasta llegar a un gran cruce en el cual descubriréis el Ayuntamiento, pastelerías y muchas, muchas tiendas. Desde ahí, girad a la izquierda en cuanto podáis, y el resto del camino trata de seguir recto y recibir al puerto con los ojos asombrados y la boca abierta.

Una situación muy probable en la cual os veréis trata de que, una vez adentrados en el centro de Biganos, os sintáis desorientados y no sepáis por cual camino estáis conduciendo. Eso fue lo que nos pasó a nosotros, y debido a que no había señales ni carteleras que guiaran hasta el puerto, no tuvimos más remedio que cruzar los dedos y callejear por un buen rato hasta divisar la entrada al puerto, el cual consistía en una de las carreteras principales del municipio entrando por una especie de "puerta" hecha de árboles.

Esta puerta os llevará a otro mundo que no tiene nada que ver con el resto de Biganos. Un espacio lleno de árboles, sombras, un camino exclusivo para las bicicletas y aparcamientos sin asfaltar, hechos de pequeñas piedras.

Dónde comer

En este pequeño barrio portuario, solamente existe un restaurante en el que también se puede solamente tomar algo: la marisquería de "Oyster Bar", pero no es lo que yo recomiendo, realmente.

En mi opinión, lo mejor que podéis hacer es traer vuestra comida ya hecha y comerla en alguna de las muchas mesas que hay en la zona. Podéis comer entre árboles y sombra, o podéis comer enfrente del puerto a la sombra de un sauce y con las casas de colores detrás de vosotros.

Nosotros desconocíamos esta gran cantidad de mesas de picnic repartida por todo el territorio, y nos sentamos en la primera que encontramos: una mesa colocada entre un aparcamiento y las puertas traseras de las chabolas. Estábamos bajo plena sombra, sin un rayo de sol, y no teníamos el privilegio de comer con unas vistas insuperables al puerto. Pero vosotros podéis tenerlo. No seáis como nosotros. Aunque tengáis mucha hambre y no podáis resistiros más. Comer con unas vistas como aquellas no tiene precio.

Otros consejos

Si el día se os hace largo, coged el coche y probad con visitar otros rincones de la zona. Biganos se ubica en el borde este de la Bahía de Arcachón, así que ¿Por qué no hacéis caso a vuestro instinto aventurero y os animáis a conocer el resto de la reserva?

Hay muchas para conocer en la zona, desde el lado norte hasta el sur.

Si os dirigís al lado norte, dadle una oportunidad a los municipios de Audenge (sobre todo a la zona de restaurantes, situada en el puerto, en medio de las marismas), los estanques de Lanton, Adernos-Les-Bains y Cap Ferret. Las playas de ésta última son seguramente las mejores de la bahía, y también dispone de un faro, un barrio de pescadores y paisajes preciosos. En sus playas hay cursos de windsurf y alquiler de las tablas para poder practicar el deporte.

En medio de la bahía existe una isla llamada "La isla de las aves", al cual se puede acceder mediante un barquito especializado en estos trayectos. En la isla hay varios caminos de piedra que atraviesan las marismas (por lo que he oído, en épocas de lluvia los caminos se suelen inundar y el entorno es muy lodoso, por eso se recomienda visitarlo en verano).

En el lado este hay dos cabañas muy conocidas que se sostienen y se separan del arenal por unas barras de madera. Estas dos cabañas son nombradas como "Cabanes Tchanquées", y fueron construidas por la recogida de ostras. Actualmente no se puede acceder a sus interiores.

Cuando sube la marea, la única manera para arribar aquí es en barco, y ya después os podéis bañar en los alrededores y tomar el sol. Podéis montaros en un "barco-taxi", privatizar un barco o alquilar unos kayaks. Las tres maneras son perfectas para disfrutar del viaje.

Cuando la marea baja, podéis ir caminando sin ningún problema (ya que los barcos no tienen la posibilidad de alcanzar las cabañas), pero no solamente por la zona de las cabañas, sino también por explanadas de arena dorada que antes se encontraban sumergidas bajo el agua. Pero el tema de las mareas no es algo que preocupe, porque en cualquiera de las dos situaciones la experiencia es inolvidable. Y más si permanecéis en el arenal por unas horas de más, con el objetivo de contemplar los atardeceres desde los balcones de las cabañas o con el agua hasta los hombros.

También hay varios barrios pequeños de chabolas donde locales veranean en medio de todo ese silencio. En general, puede ser muy interesante visitar esta isla y conocer las tradiciones locales. 

En cuanto al lado sur de la bahía, probablemente necesitéis más de un día para ver todo lo que realmente merece la pena.

Algunas de las atracciones turísticas que se encuentran en la zona son Gujan-Mestras, una comarca protegida por múltiples puertos parecidos al de Biganos; la reserva de aves de Le Teich, con una veintena de observatorios y la posibilidad de practicar canoa por sus arroyos y Arcachón, una ciudad erasmus muy conocida con atracciones turísticas como sus kilométricas playas, su puerto deportivo, sus embarcaderos y su noria. También es una ciudad turística, por lo que la mayoría de las calles tienen docenas de hoteles y algún casino. A diez minutos se encuentra un parque acuático, otro temático con animales de granja y un campo de golf. No son muy grandes, pero es un buen plan para hacer durante la estancia.

Y, finalmente, la Duna de Pilat. Ésta es la atracción turística más conocida de Aquitania y la más fotografiada de Arcachón, pero ya daré mejores explicaciones sobre esta maravilla natural en otra publicación, ya que hay mucho de qué hablar.

Otra opción muy sencilla y perfecta es tomar la dirección contraria e ir a Burdeos, ciudad del cual ya he escrito un post entero. Lo podéis leer aquí.

¡Y esto ha sido todo! Biganos es, a partir de ahora, un punto muy agradable que deberíais visitar en vuestro viaje por Aquitania. Su puerto es un buen punto de partida por la Bahía de Arcachón, una bahía llena de gemas escondidas. ¿A qué estáis esperando para conocerlas?

¡Un beso y hasta otra!

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